Felicidades, a pesar de todo. Season´s Greetings, despite everything.

No sé cómo el 2020 que se está yendo te habrá “pegado”…Si maso, fuerte, muy fuerte o fuerte al extremo de creer no poder soportarlo. Una cosa es segura, como sea que te haya tocado vivirlo, seguramente te zarandeó bastante y te dejó huellas…como a todos, que sabemos no podremos olvidar.

Te puede haber tocado criar uno o varios pibes en pandemia. Si así fue, no precisás ninguna indulgencia plenaria ni confesarte ni nada que se le parezca… te aseguro que ya tenés ganado el cielo.

O tal vez sufriste una pérdida irreparable…para lo cual, no tengo palabras y creo nadie podría inventarlas para aplacar tu dolor.

Puede que la «era Covid-19» te encontró en plena luna de miel…Dios! Y sin embargo, pudiste remarla y pasarla bien igual.

Quizá te tocó atravesar una dolencia que afectó tu salud…ojalá te hayas recuperado plenamente o estés en vías de recuperación.

Las situaciones y contextos que pudimos haber vivido son infinitos, porque las realidades no son todas iguales y las dinámicas relacionales tampoco.

Pero también hay que ser justo con 2020. Tuvo la amabilidad de enseñarnos costumbres que antes no teníamos, o al menos, no tan arraigadas como ahora. Por ejemplo: nos lavamos las manos a cada rato y las “alcoholizamos” por las dudas. Somos mucho más cautos a la hora de hacer compras, lo cual implica una mayor consciencia de los gastos inútiles que hacíamos. Y también y aprendimos a relacionarnos “con la cara lavada”, así, tal cual somos, para hablar con franqueza, que no es poco.

Por eso, y a pesar de todo, me sumo al espíritu de la frase que solía decir M. Luther King: “Si supiera que el mundo se habría de desintegrar mañana, igual hoy plantaría mi manzano”.

Que termines el año 2020 con la mayor Paz, Alegría y Agradecimiento que puedas, los que te salgan, las dosis que vos solamente puedas expresar y sentir.

Y que el 2021 venga cargado de una lluvia rica en Bendiciones para todos.

Felicidades, a pesar de todo.

Mónica M. Arias.

contacto@monica-arias.com

English version:

I do not know how 2020 about to finish «hit» you … If mildly, strongly, or hard enough to the point of believing you could not bear it. One thing is for sure, however you have gone through it, it must have left scars … as in everyone else, that we will not be able to forget.

You might have had to raise one or several kids during pandemia. If so, you need no plenary indulgence or confession or anything like that…I assure you that you have already earned Heaven.

May be you suffered an irreparable loss….for which I have no words and think anybody could invent them in order to ease your pain.

Perhaps the «Covid-19 era» found you in the middle of your honeymoon…God! And yet, you were able to “surf” the waves and have a good time anyway.

Or, you might have gone through a disease that affected your health …I hope you have already fully recovered or are in your way to.

The contexts and situations we may have faced are infinite, because realities are all different and so are our relational dynamics.

But we must also be fair with 2020. He was kind enough to teach us customs that we did not observe before, or at least, not as deeply rooted as now. For example: we wash our hands much more often and «alcohol» them just in case. We are much more cautious when making purchases, which implies a greater awareness of the useless expenses we used to make. And we also learned to relate to others in «our washed face ”, exactly as we are, in order to speak frankly, not at all a minor act for sure.

In any case, and despite everything, I favor the spirit embedded in M. Luther King´s phrase: «If I knew that the world would disintegrate tomorrow, I would anyway plant my apple tree today.»

May you end year 2020 with the greatest Peace, Joy and Gratitude you are able to, just the dosis you and only you can express and feel.

And may 2021 pours rains of Blessings throughout the year to all of us.  Seasons´Greetings, despite everything.

Mónica M. Arias

contacto@monica-arias.

Comunicar valor: ventaja competitiva del liderazgo presencial y virtual.

Voy a decir algo que no es novedad para nadie, pero es preciso repetir hasta el cansancio: es necesario desmitificar el liderazgo y quitarle el halo “romántico” que suele asignársele. Porque no es posible seguir pensando, como muchos creen, que se aprende a ser líder – presencial o virtual – yendo a un curso o leyendo un libro. Claro que es importante capacitarse, crecer en conocimiento, y no estoy diciendo que dejes de hacerlo.

Sin embargo la realidad es que liderar siempre fue un Arte, con mayúscula, y lo sigue siendo. Y como tal, requiere de técnicas base, importantes pero no suficientes, porque en rigor de verdad liderar implica mucha práctica, tiempo y paciencia. Es decir, implica un hacer constante, o dicho de otro modo: liderar implica mucho trabajo. Por ese simple hecho NO es para cualquier persona, aunque SÍ cualquier persona pueda aprender a ejercerlo y ser excelente en su desempeño.

Tu trabajo “hacia afuera” en tu rol de líder por momentos será duro, arduo, aburrido, desafiante, exasperante, pero tal como al artista, te producirá con seguridad grandes satisfacciones si día a día continuás tu tarea con espíritu y actitud renovados, pase lo que pase. A esto tenés que sumarle el trabajo “hacia adentro”, tal vez más importante aún: el auto-conocimiento, la aceptación de áreas de mejora para pulir tu gestión al nivel de excelencia, la decisión firme de convertirte en un mejor líder, más confiable y coherente, más cercano, humilde y vulnerable, dispuesta/o a crecer y a co-crear.

Y aquí tiene lugar la Comunicación Valorativa o de Excelencia, ventaja competitiva de las empresas exitosas hoy, y uno de los pilares más avanzados descubiertos por la Neurociencia que está revolucionando positivamente las Culturas Organizacionales de grandes, medianas y pequeñas organizaciones.

La Comunicación Valorativa o de Excelencia conlleva un cambio de paradigma: es el pasaje de la instancia reactiva por miedos e inseguridades (dominio del cerebro primitivo o reptiliano) al aprendizaje de consolidar formas de comunicarse de alto valor que implican un esfuerzo por revisar patrones de comportamiento y lenguaje, y re-diseñarlos, para lograr grupos humanos más alegres y comprometidos (auto-reflexión o auto-coaching, dominio del neocórtex) .

Incluir Comunicación de Excelencia en el día a día laboral, implica que comenzarás a crear otras vías neuronales (redes hebbianas) ya que el cerebro posee una capacidad estupenda llamada neuro-plasticidad, mediante la cual se pueden lograr cambios químicos que implican mayor bienestar psico-físico.

Esto es vital porque si estamos “regulados” por grandes cantidades de cortisol (neurotransmisor que emite el cerebro primitivo), estamos literalmente inundados de stress, cerrando las opciones expansivas que podríamos co-crear si nos animáramos a establecer vínculos más genuinos y vulnerables con nosotros mismos y nuestros equipos (generación de oxitocina y serotonina, dos neurotransmisores naturales que emite el neocórtex cuando está estimulado y en una atmósfera psicológicamente segura donde existen instancias de reciprocidad y aprendizaje).

Innumerables estudios realizados por Universidades de la talla de Harvard ya han comprobado que generar felicidad y bienestar laboral implica contar con una Visión empresarial de trascendencia (mucho más expansiva que la meta económica) que da sentido a la tarea del Líder porque le ayuda a transmitir con el ejemplo esta visión expansiva a su equipo.

El problema radica en la enorme grieta entre lo comprobado científicamente y lo que en las empresas en general se sigue aplicando: estilos de liderazgo autoritarios y ultra piramidales.

Cuando un/a Líder se involucra con decisión en co-crear comunicaciones valorativas con su personal, por ejemplo fomentando el diálogo fecundo, está activando las “redes neuronales” propias y de los demás, redes que en la psiquis generan confianza (primer condición esencial que todo líder debe poder brindar) y simultáneamente activa su pensamiento estratégico, y su habilidad para empatizar con otros.

Te dejo tres Preguntas Poderosas de Neuro-Coaching para que te hagas a Vos Mismo/a y otras tres para compartir con tus equipos.

Para el Líder

1 – ¿Qué estilo de comunicación mantengo conmigo mismo/a que no me permite crecer como Líder? Ennumerar qué cosas te decís usualmente en tu quehacer diario.

2 – Si tu estilo de comunicación no te «devuelve» respuestas aceptables de tus equipos…¿Qué te impide cambiar el estilo nocivo de comunicación? Anotá todo lo que se te ocurra.

3 – ¿Cómo estoy aportando alto valor a cada persona de mi equipo en mi gestión diaria?

Para el Líder junto a sus equipos:

1- ¿Cuáles son las conversaciones, frases, palabras, gestos y acciones diarias que repetimos sin darnos cuenta y que perpetúan una cultura o ambiente tóxico emocional-relacional? Ennumerar.

2 – ¿En qué áreas del trabajo podríamos virar a nuevos comportamientos que se centren en un NOSOTROS?

3 – ¿Qué nuevas posibilidades podríamos crear para lograr una mayor interacción y mejor convivencia entre todos?

Recordá que así como no existen emociones “malas” o “buenas”, tampoco existen los resultados “buenos” o “malos” sea cual sea el tamaño de tu empresa. Ya que cada resultado indica simplemente una tendencia que, o es preciso revisar o es urgente cambiar, o quizá ambas cosas.

Si precisás aprender más sobre cómo lograr una gestión de Neuro-liderazgo de Excelencia con herramientas prácticas, te animo a escribirme a contacto@monica-arias.com o enviarme un whatsapp al 011-5937-3158. Contame brevemente cuál es tu mayor desafío actual como líder y exploraremos si mi ayuda puede ser tu próximo paso a dar.

Mónica M. Arias

Consultora Boutique en Comunicación de Excelencia

3 ejemplos de lenguaje de excelencia para brillar como Líder.

En tu rol de liderazgo, muchas veces te verás obligada/o a dar un feedback que no te agrada, conocido como “feedback negativo” a alguien en particular, o tal vez a un grupo, que tuvo un comportamiento no deseado o viene cometiendo errores que se pudieron haber evitado. Es en estos casos donde mayor será tu compromiso en comunicar con alto valor, es decir, con excelencia.

Convertirte en un/a excelente comunicador/a es un proceso que se logra con la práctica sostenida, el tiempo y la paciencia. Y depende de Vos lograrlo, porque siendo el/la Líder, esta también es una de tus tareas para las cuales es preciso dediques un mínimo diario o semanal de tiempo. Sin esos tres elementos, ningún cambio positivo es posible.

Sin embargo, comunicar con excelencia no se trata de ser “permisivo/a”, “demasiado blando” o ineficiente en tu manera de establecer límites. Sino de tener en cuenta algunos giros en tu forma de hablar y dirigirte a las personas, de manera que apuntes solo a un comportamiento específico en una línea de tiempo específica (contexto), y NO a su forma de ser, en referencia a lo que hicieron o dejaron de hacer.

Es decir, como comunicador/a de excelencia, es menester que te asegures que al expresarte todo aquello “no deseado”, que “no tolerarás”, o que fue para vos fue un “gran error” se escuche a los oídos de tu personal como algo que si bien es importante, no es muy grave.

Y que tu intención al dar ese feedback NO es castigarlos, amenazarlos o “hacerles entender quien manda aquí”, sino demostrarles que a pesar de todo les tenés confianza, que tienen oportunidades de mejorar, de forma que se sientan empoderados y no resentidos o confundidos después de recibir tu feedback.

En los siguientes tres ejemplos, verás en la columna de la izquierda cómo una frase común que cualquier líder puede darle a un empleado – de hecho en la mayoría de las empresas sigue siendo esta la opción, muchas veces por ignorancia –  y que se focaliza en apuntar a su esencia, a su Ser, a quien el / ella es, se transforma totalmente en frases de apoyo, empatía y tolerancia en la columna de la derecha. Porque comunicar excelencia es enaltecer, empoderar, vivificar, y psicológicamente quien reciba feedback de ese tenor sentirá la enorme diferencia.

Por supuesto, esto no implica de ninguna manera que debas permitir lo no permitido.

Hay límites clarísimos que tus valores como líder y los de tu empresa no permiten atravesar y que solo Vos y tu personal conocen a la perfección. En esos casos, serán otras las frases. Pero aún así, siempre podés comunicar con elegancia cualquier cosa que desees transmitirle a tu gente, personal o grupalmente, y dejar sentado que tu feedback siempre se basa en lo que “hicieron o no puntalmente en tal ocasión”, es decir, en un contexto determinado (en tiempo pasado, así hayan pasado diez minutos) y que su esencia humana no está en juego ni corre riesgos por ese feedback, sino todo lo contrario: tu intención es corregir y empoderar al mismo tiempo.

Por eso, siempre tené presente al hablar con tus empleados el efecto y el impacto que tendrán en ellos tus palabras, gestos, frases, tono de voz, etc

Probá estas alternativas. Jugá con las palabras. Podés intercambiarlas según sea el contexto en el que precises dar el feedback y la persona o grupo de que se trate.

Después me contás…

 ESTILO MEDIOCRE DE COMUNICAR
(reprende, menoscaba)
 COMUNICACIÓN DE EXCELENCIA (empodera, enaltece)  
1  

«Estás demostrando ser alguien no comprometido.»  

«Tu manera de ser / comportamiento/desenvolvimiento no es aceptable.»

«En X situación (definir contexto) no demostraste del todo tu compromiso con las tareas/empresa, etc y eso me preocupa…»

«¿Está todo bien en tu vida?»
«¿Puedo serte útil en algo»(interacción: escuche sin responder)  

«Te desafío a que lo logres de ahora en más.»  
2  

«Mostraste la hilacha: sos muy agresivo/a.»  

«No toleraré exabruptos como los que le demostraste a X en la reunión.»
 
«La manera en que te comportaste con Z en la última reunión (contexto) fue una opción triste y muy agresiva porque no se condice con tu desempeño de siempre. ..literalmente te “saliste de eje”…»

«Estoy seguro/a que en el fondo no fue tu intención lastimarlo/a.   Tu disculpa a Z sería reconfortante para él/ella.»  

«Espero recuperes tu gran capacidad de empatía muy pronto y que este episodio no vuelva a suceder, ya que el respeto entre todos, como bien sabés, es uno de los pilares de esta empresa.»
    3  

«Estoy disconforme con vos/ tu gestión / forma de liderar, etc.»  

«Me desilusionaste / estoy desilusionado/a.»  

«Me desagrada el resultado de tu decisión, etc.»
«Sé que como Líder/gerente/supervisor, etc,  tenés muchas presiones y responsabilidades y también que tenés espacio para continuar creciendo en tu rol.» 

«Estimo por ello que tu comportamiento/decisión podría haber sido mucho más flexible de lo que fue en Z (contexto: último trimestre, último año, etc) o con Z (persona específica).»  

«Te animo a que profundices en las causas de estos resultados de manera que puedas mejorarlos. Cuento con Vos, y si necesitás ayuda, contá conmigo.»  

Si sos líder, esta información es para Vos.

¿Sabías que no tenés uno, sino tres cerebros? Conocerlos y mantener tu eje emocional equilibrado te permitirá desarrollar una gestión de excelencia.

Existen más de 100.000.000 (cien mil millones) de neuronas en tu cerebro que conforman la base o asiento de la lógica, el intelecto, la motricidad, tu mundo emocional. Pero hay una enorme cantidad también en tu corazón. De hecho, las vías neuronales que van del cerebro a tu corazón son mucho menores en número a las que van desde el corazón a tu cerebro.

Y el intestino tiene la mayor reserva de serotonina, el neurotransmisor entre cuyas funciones se encuentra el control del apetito y del estado anímico/emocional. Esto te permite, regular la ansiedad, el miedo, la angustia y la agresividad cuando el eje emocional o conexión cerebral-cardíaco-visceral está en equilibrio.

Si sos un/a buen/a Líder, con seguridad sos humilde y paciente. También honesto/a, claro/a y confiable. Pero si querés además, convertirte en líder de excelencia, tenés que aprender a estar al servicio de tu gente, simplemente porque ellos son lo más importante; también dar el ejemplo permanentemente, porque esa es la mejor forma de demostrar tu coherencia e inspirar a tus equipos; ser un/a verdadero/a aprendiz día a día, porque eso implicará que no tenés todas las respuestas; escuchar con la intención de ayudar, porque eso hará la diferencia en tu gestión; y mantener tu eje emocional cerebral-cardíaco-visceral en equilibrio, porque de esa forma habrás podido lograr el nivel de inteligencia relacional óptimo para consolidar una gestión basada en valores universales y apoyada en la comunicación de excelencia.

¿Te interesa aprender más? Enviame un correo a contacto@monica-arias.com o un whatsapp al 54911-5937-3158, contame brevemente cuáles son tus inquietudes, desafíos o problemas actuales con tus equipos y exploraremos cómo podría ayudarte a sortearlos.

La pandemia no es excusa para no lograr una gestión de liderazgo ejemplar.

Todo cambió. Y esto, que asusta tanto, en realidad es lo que la vida misma es: puro cambio. Pandemia de por medio, ahora la adaptación laboral viene de la mano de la tecnología, que por suerte es bastante accesible y amigable, y te permite continuar la vinculación con tus equipos al menos hasta que se compruebe que es seguro volver a las oficinas o lugares de trabajo usuales.

Sin embargo, no todos los líderes que se adaptaron bien al ámbito virtual logran una gestión efectiva y la confianza suficiente de parte de su gente. Y por supuesto, la excusa más común que se escucha es que todo es debido a la pandemia, que los deja sin posibilidades de interactuar mejor, de innovar…etc, etc.

La realidad es que quienes sostienen estas y otras excusas ya sufrían de gestiones débiles antes de la pandemia. Irrumpiendo esta, no hizo más que mostrar con lupa las dificultades que arrastran muchos líderes.

Como líder, en esta etapa donde gracias al cielo el año ya culmina, es ideal que reflexiones sobre lo que podés cambiar para que tu tarea como líder te gratifique en vez de angustiarte o enojarte.

Una posibilidad siempre a tu alcance es considerar tu grado de honestidad con Vos Mismo/a en reconocer si apreciaste más – o no – a tu gente de forma explícita cada vez que lograste algo. 

¿Animaste/reconociste/felicitaste concretamente a todos y cada uno de los miembros de tu personal?

Las personas precisan saber que lo que hacen «se ve», que los líderes «lo notan»,  y necesitan escuchar de su propia boca una frase de aliento y/o felicitación con bastante frecuencia.

Hace tiempo escribí un artículo donde hice hincapié en la necesidad de reflexionar sobre tu estilo de comunicación. Vigente más que nunca, te pido consideres ahora estas otras dos preguntas poderosas y reflexiones tus respuestas, sin juzgarte.

¿Tenés la buena costumbre de enviar un email o de escribir de tu puño y letra una carta de reconocimiento y agradecimiento a tus empleados o miembros de tu equipo hacia fin de año?

¿Le demostrás a cada persona en ese email o carta, una visión clara de lo que te gustaría lograr juntos durante el año entrante?

Si la respuesta a ambas fue negativa, no te preocupes. Te asombraría conocer el porcentaje de Líderes en el mundo que NO tienen esta buena costumbre…La buena noticia es que podés elegir cambiar este mal hábito por otro mucho mejor, que demuestre genuino interés en conectar emocionalmente con tu gente e inspirarlos a dar lo mejor de sí en el trabajo.

Por eso, para cerrar este año que para nadie fue sencillo y en especial por haber atravesado los inmensos desafíos que implicó, es esencial que dejes de excusarte y tomes consciencia de que tenés que hacer algo diferente. Por ejemplo, como estrategia de innovación, podés hacer una pausa y dedicar un tiempo a escribirle a tu grupo ese email o carta personalizada donde se resuman no solo los desafíos que todos enfrentaron, sino especialmente los logros clave del año, para celebrarlos, apreciar a cada uno, reconocer sus contribuciones y luego invitarlos a mirar hacia el nuevo año con renovado espíritu.

Te preguntarás, ¿por qué un email o carta de reconocimiento? Simple: La comunicación clara y directa optimiza los lazos emocionales instantáneamente, por efecto de la dopamina, oxitocina y serotonina, neuro-transmisores que desde el cerebro inundan todo el cuerpo y energizan positivamente a las personas, en especial cuando se sienten valoradas y se les demuestra que su trabajo es muy importante para generar los resultados de los que todos se benefician.

Enviar un email parecido al ejemplo que sigue hacia fin de año, brinda una experiencia de cierre de año que permite compartirse, porque se traduce en un efecto residual entusiasta y con miras a poner las energías en lo que se intenta crear durante el año. ¿Estás listo/a para crear un email con tinte emocional?

Para ayudarte, he creado la siguiente muestra o «plantilla» de un posible email para tu equipo, cuyas frases podés adaptar a tu estilo personal.

Innovar es una tarea de Neurolíderes, porque conocer cómo funciona el cerebro y su relación pensamientos-emociones-acciones te ayuda a crear las mejores condiciones posibles para tus equipos, presencial o virtualmente, lo cual también es parte de tu tarea diaria.

A: Quienes corresponda (cada uno de los miembros del equipo)

De: Tu nombre (no coloques tu cargo, ellos ya saben cuál es)

Re: Fin de año XXX Logros y desafíos – Nuevo Año ZZZ, Allá vamos!

Felices Fiestas XXX querido Equipo! ó Feliz Año Nuevo ZZZ querido Equipo!

Muchas gracias a todos por haber hecho de este, un año increíble, a pesar de todo lo que debimos atravesar, como empresa y como personas, inclusive con nuestras familias. La pandemia que sorprendió al mundo también nos marcó, y lamentablemente es posible que se haya instalado durante mucho tiempo. Pero a pesar de todo, cada uno de Ustedes contribuyó significativamente para que este año fuese lo mejor posible, y entre todos consolidamos no solamente la concreción de las metas propuestas sino que también crecimos un poco más en nuestra identidad grupal.

Quiero que sepan que estoy orgulloso de Ustedes!

Les comparto un raconto de nuestros logros:

(Aquí, hacé un listado de los logros específicos más importantes del año: incremento en la comunicación, participación activa en las reuniones, porcentajes de aumento en las ventas, nuevos clientes logrados y/o clientes recuperados si los hubiere, capacitaciones, movidas de marketing, desafíos que han sido superados, campañas y/o eventos de la industria donde el grupo haya participado, etc)

Realmente hemos sido capaces de hacer todo esto sin perder nuestro entusiasmo y esto es producto de su esfuerzo y confianza en poder atravesar todos los desafíos que encontramos y superamos durante el año.

Por eso, me complace contarles algunas intenciones y objetivos principales a lograr juntos durante el año entrante (mencionar el año).

(Aquí, volvé a leer las categorías que hayas descripto más arriba para extender o reforzar cuáles son las intenciones para el año entrante y agregá aquellos nuevos desafíos y objetivos que como Líder proponés para el grupo en general y también aquello que la Empresa haya instituido como innovación en miras al nuevo año)

Sus logros individuales permitieron acrecentar nuestros logros grupales durante el año y a pesar de (detallar la realidad atravesada en la pandemia Covid-19)  y confío en que continuarán asegurando que logremos nuestros objetivos el próximo año.

Gracias por ser quienes son, por lo que hacen, por su compromiso firme de continuar creciendo personalmente y dentro de la familia (nombre de la empresa). Juntos hacemos la gran diferencia no solo en el trabajo, sino en la vida de cada cliente con el que conectamos. Los invito a seguir creciendo hacia nuevos horizontes.

Brindemos por el tramo recorrido y los nuevos caminos a transitar, con la alegría y entusiasmo que nos caracteriza.

Salud!  Y nuevamente, muchas gracias a todos!   Tu nombre.

Te sugiero escribas un email o carta de este estilo ANTES de fin de año a tu grupo, para comenzar a cambiar no solo la energía que compartís, sino tu forma de percibir la magnífica oportunidad que te ha sido dada cuando aceptaste la responsabilidad enorme de conducir personal, contra viento y marea.

Si aún sentís miedos o dudas respecto a tu forma de liderar, enviame un correo a contacto@monica-arias.com y te cuento cómo podés dar el paso siguiente hacia tu gestión de Excelencia.

Mónica M. Arias

Consultora Boutique en Comunicación de Excelencia

contacto@monica-arias.com – Whatsapp 011-5937-3158

Si tus equipos «no te responden como deberían», te invito a leer este artículo.

Siendo líder, ¿te sentís identificado/a con alguno de estos escenarios?

  • Venís notando que los miembros de tu equipo suelen estar “ausentes” y desmotivados.
  • Te impacientás a menudo porque te cuesta que tus mensajes sean interpretados y puestos en práctica tal como quisieras,
  • Creés que tu personal no es lo suficientemente productivo.
  • Te dise cuenta de que entre los equipos que trabajan en un mismo proyecto no hay buena comunicación, o sencillamente no existe, y esto perjudica directamente los resultados de tu empresa.
  • Te escuchan con atención y asienten…pero luego no parecen “ponerse las pilas” y trabajan a contra-reloj, lo cual te exaspera.
  • Muchas veces te responden con evasivas y frases hechas como: “no le escuché lo que dijo”, “no fue eso lo que yo interpreté”, “creí que se hacía de esta manera”, etc.
  • Creés que esas frases son excusas para “desviar” responsabilidades.
  • El ambiente de trabajo se enrarece, tenés que repetir muchas veces las directivas y el personal no parece entenderlas o no las cumple como quisieras.

La comunicación deficiente es un problema actual con el que se enfrentan los líderes que continúa creciendo en forma alarmante y se está convirtiendo en un verdadero desafío de superación personal.

La tecnología hoy provee alternativas de contacto instantáneo con mensajes que provienen de varias plataformas, y que simulan una “conexión” humana genuina.

No obstante, el reverso de la moneda también existe, e irónicamente, quienes lideran personal ya experimentaron la cruda realidad: muchas veces y a pesar de la tecnología, no logran conectar son sus empleados, es decir, no establecen verdadera comunicación: esa instancia de conexión clara (no exenta de tinte emocional) directa y efectiva con su gente.

El cocktail de frustración, impotencia y desconcierto marea y da paso a angustias y sinsabores en muchos casos evitables.

¿Qué hacer ante estos panoramas?

Hay múltiples formas de generar un ida y vuelta más sano, es decir, un estilo de comunicación mucho más claro, auténtico y efectivo.

Una de ellas es que como Líder aceptes recibir feedback.

En comunicación, se conoce como feedback a la reacción, respuesta u opinión que nos da un interlocutor como retorno sobre un asunto, característica o acción determinados.

La palabra feedback proviene del inglés, y se compone de dos términos:  el verbo to feed, que significa ‘alimentar’, y la palabra back, que traduce en español ‘atrás’ o ‘retorno’. Feedback es entonces “retroalimentación’.

En el ambiente organizacional en general, se conoce como feedback a la evaluación de desempeño de una persona o grupo de personas sobre el trabajo realizado durante un período de tiempo – un año, la duración de un proyecto, etc –  con el fin de brindar reconocimiento u orientar mejoras si fuese necesario.

Sin embargo, son raros los casos en que el feedback se realiza de abajo hacia arriba en la escala jerárquica.

Las ventajas que obtendrás al recibir feedback de tu gente son varias, siendo estas tres las más importantes:

  • Cerciorarte de que el mensaje se entendió efectivamente tal y como fue tu intención al emitirlo.
  • Variar, re-configurar, revisar o adaptar tu mensaje enviado según la respuesta que se haya obtenido de tus receptores (los miembros del equipo)
  • Corregir los estilos de comunicación que utilizás – muchas veces inconscientes – verbales y no verbales, para lograr “cerrar la brecha” entre lo que quisiste comunicar y lo que realmente se entendió.

Otra increíble fuente de mejoras en tu comunicación es seguir estas pautas características de la Comunicación de Excelencia:

  • Mostrate vulnerable (humano/a ¡bah!) Ejemplos: “Te pido disculpas, fulano/a, no imaginé que te estabas sintiendo incómodo/a con mi forma de dirigirme a vos” / “Siento que puedo estar equivocado/a. Qué harías vos / qué harían Ustedes en mi lugar?”
  • Dirigite a los demás con humildad. Ejemplo: “Como cualquier persona, no tengo todas las respuestas y aprendo todos los días junto a Ustedes”.
  • Mantené tu oído atento a escuchar con la intención de apoyar/ayudar: “En qué podría serte útil/ colaborar con vos/ para facilitarte lograr esta meta?
  • Auto-observate: Descubrí cómo utilizás tu cuerpo y tu lenguaje al comunicar tus mensajes. Por ejemplo: ser consciente de cómo movés tus manos, qué actitud corporal elegís, si levantás tu cabeza y tu torso en señal de superioridad, si tu mirada es penetrante e “inquisitiva” o firme pero cálida, etc.
  • Escuchate:  Prestá atención a tu propio timbre y tono de voz: si es alto, bajo, agudo, etc. Tu manera de hablar…¿invita al diálogo o más bien es un monólogo?
  • Identificá cómo son las cosmovisiones o mundos sensoriales, la manera  particular que tiene cada uno de tus interlocutores para “recibir información/mensajes”, etc.  ¿Sabés diferenciarlas para dirigirte mejor a cada quien? Por ejemplo: Sos consciente de si algún miembro de tu equipo es extremadamente sensible, y a quien deberías dirigirte cuidando más tu lenguaje verbal y corporal?
  • Reconocé tus Meta-mensajes (los mensajes que enviás detrás de cada mensaje): Por ejemplo: Repasá las frases y palabras que usas cotidianamente. ¿Cuáles utilizás para dirigirte a tu equipo?
    ¿Acompañan tu intención de crear una atmósfera de trabajo más agradable, colaborativa y eficiente?
    ¿Considerás son inspiradoras / motivan a la acción/ orientan a la superación permanente? ¿O por el contrario, en el fondo sabes que refuerza lo que “todavía no se logró” en cada instancia de interacción? ¿Contienen tus conversaciones una dosis importante de empatía, de aprecio por la diversidad del mundo único de cada quien?

Según un estudio de Psicología positiva realizado en USA, sobre la importancia de los mensajes verbales y no verbales a la hora de comunicar, se determinó que el 38 % de la comunicación se hace efectiva (es recepcionada positivamente por el oyente) a través de la voz del orante o en este caso, del líder. El 55 % a través del lenguaje corporal y solamente un mero 7 % a través de las palabras y frases que utilizamos o escribimos.

Esto nos dice algo interesante… Si además le sumamos lo que hace décadas se comprobó: que somos seres 80 % emocionales y solo 20 % racionales, tenemos un mix interesante para desenredar este bendito nudo de desencuentros en nuestra forma de conversar.

Las preguntas poderosas que surgen entonces y con las que te invito a reflexionar son:

¿Cómo estás capitalizando tu voz y lenguaje corporal para mejorar tu estilo de comunicación? ¿Estás haciendo algo al respecto?

¿Qué habilidad/es te hace falta desarrollar para conectar emocionalmente con la gente en general, y con tus equipos en particular?

¿Considerás que podrías aprender a mejorar tu tono de voz, ritmo, volumen, trama discursiva, o sencillamente creés que “no tenés tiempo para eso?

¿Cómo afecta reconocer esto en tu forma de comunicar efectivamente?

¿Qué podrías hacer para que la vida de quienes trabajan para vos sea más armónica, alegre y que ellos sientan tiene un propósito por el cual vale la pena esforzarse?

¿Cómo podrías ayudar a tus equipos sin controlarlos excesivamente o considear que «te necesitan cerca» para lograr lo que les solicitás?

Un cambio en tu actitud hará la diferencia: en vez de “hacerte respetar”, ayudalos de manera que sientan que los estás apoyando a lograr la responsabilidad de auto-gestionarse: todos los seres humanos ponemos lo mejor de nosotros cuando el marco de referencia en el trabajo está asociado a nuestro crecimiento, sea este personal o profesional. Y cuando sentimos que no es así, no tardan en surgir los problemas.

La ventaja competitiva del líder actual es elevar su comunicación al nivel de excelencia, fomentando el diálogo y las conversaciones valorativas.

Los beneficicos son incontables. Compartiré algunos secretos de Neuro-Liderazgo y comunicación de excelencia en una sesión exploratoria. Para conocer los detalles y reservarla, podés escribirme un email a: contacto@monica-arias.com o enviarme un whatsapp al 011-5937-3158.

Es un privilegio desafiarte a Ser el/la líder que tu equipo elige cada día respetar y seguir.

3 Sugerencias para elevar tu carisma como líder.

Feriado largo en Argentina. Momento ideal para empezar tu semana poniendo en práctica esta receta simple con tres ingredientes esenciales que podés aplicar para elevar el carisma y magnetismo en tu gestión.

Pero antes de practicar estas tres sugerencias, te pido que reflexiones sobre qué podrías hacer/decir de mejor manera. No te preocupes si al principio no tenés idea de qué podrías mejorar. Tené siempre presente la auto-pregunta en tu mente mientras el día transcurre y cuando menos lo espeeres, habrás encontrado ese algo que podés hacer o decir de una manera mucho más constructiva, elevada, que contribuya a crear un mejor clima con tu equipo/superiores/pares, etc.

1 – Entre las muchas responsabilidades que tenés como líder, aprender a influenciar positivamente a tu grupo es vital en la época actual, donde la vorágine de la cultura digital imprime ritmos cada vez más acelerados y los trabajos remotos se instalaron tal vez por mucho tiempo.
Sin embargo, uno de los valores más importantes que no podés perder para lograr mayor influencia es tu humildad, y con ella, la capacidad de ser vos quien se deja influenciar por tu gente. Esto es tan simple como el hecho de tener al otro en cuenta y no creer que tenés siempre la razón o que tu perspectiva es la única. Simple no implica fácil pero cuanto más abierta esté tu mente a este proceso, tanto más rápido comprobarás sus beneficios y excelentes resultados.

2 – Además de mantenerte presente, es decir, de escuchar con plena atención a tu interlocutor, mantené la intención primordial de que tu escucha esté basada en un genuino interés por apoyar, ayudar, sostener, comprender a quien tenés adelante. Escuchar atentamente y con la intención de demostrar que de verdad te importa el otro, es un arte que no muchos líderes practican. Habrás dado un paso enorme en ganar la confianza de tu gente cuando logres conectar con la intención genuina de servir.

3 – Los conflictos, desafíos y problemas son moneda corriente en todas las empresas y atraviesan todas las escalas jerárquicas. Cuando sucedan, lo más importante para asumirlos y antes de pensar en posibles soluciones, es aprender a separarlos de las personas que los originaron o que están involucradas en esos conflictos.
Un error muy común que comenten los líderes es asociar un problema dado con alguien en particular, y por tal razón “etiquetar” a esa persona poniéndole un mote, sobrenombre o simplemente demostrándole con ademanes o gestos dicha asociación, lo cual no hace sino empeorar las cosas.

Recordá que nos equivocamos todos, no estás exento/a de cometer errores y a pesar de que la cultura los considere como “defectos”, son en realidad la fuente más importante de nuestra experiencia. Sin ellos, no es posible crecer en ningún aspecto, y en el ámbito laboral es tu responsabilidad gestionar la tolerancia y respeto suficientes para que tu personal sienta seguridad a pesar de cometerlos.

Por último, no te olvides de reírte a menudo, inclusive de vos mismo/a, en tu casa y en el trabajo, sea presencial o virtual. La risa y el humor son bálsamos para el alma y patrones mentales disruptivos, es decir, ayudan a que la mente se distienda y no se polarice en la negatividad, y permiten que el cerebro genere serotonina y oxitocina, dos neurotransmisores que “inundan” al cuerpo de sensaciones de bienestar inmediatas.

Poné en práctica estas sugerencias, como te salga, de a poco, y sin pensarlo demasiado. Tené paciencia con vos mismo/a si al principio te parece algo inalcanzable. La dinámica misma de estas acciones simples es interactiva, es decir, cuando se practica una, se facilita la siguiente, y si cada día dedicás tan solo una hora a cualquiera de ellas, en poco tiempo habrás avanzado muchísimo en mejorar tu estilo de comunicación y de liderazgo.

¿Conflictos laborales? 7 claves para sortearlos…

“Si andas enredado en pleitos, no es posible que tengas un corazón sosegado ni tranquilidad de ánimo: tus pensamientos serán tu verdugo interior.” San Agustín.

Escribí este artículo en 2018 para la Revista Orientar, hoy lo comparto por su absoluta vigencia a pesar de la pandemia.

El conflicto en el lugar de trabajo – y las personas conflictivas –  conforman una realidad frecuente y en algunos casos demasiado dolorosa.

Si bien los conflictos son parte natural de la dinámica en la comunicación humana, justo es decir que en las empresas conforman la razón clave por la cual irrumpen, entre otras, emociones tóxicas como la frustración, el síndrome burn-out o exceso de stress, la bronca y la ansiedad que suelen acumularse cuando la cultura organizacional no promueve el diálogo entre todos sus actores. Cuando las situaciones conflictivas en el trabajo se ignoran, van in crescendo y suelen ser motivo de despidos y desvinculaciones voluntarias prematuras.

El ambiente se enrarece, la hostilidad crece y como resultado, tanto el nivel de confianza entre las personas como el de la productividad caen bruscamente.

¿Quién no tiene gente en su equipo que busque y cause problemas o esté siempre en disonancia con las directrices? Personas que hacen muy pesada la atmósfera de trabajo para los otros y que siempre encuentran la forma de tergiversar lo que se dice o se indica? La mayoría de nosotros ha conocido al menos a una persona problemática durante su experiencia laboral.

¿Quién que trabaje dentro de una organización no se vio – o tal vez se vea hoy mismo – perjudicado/a por recibir indicaciones incoherentes, malos tratos o abusos de poder de parte de su líder? También todos hemos sufrido en carne propia variables de este tipo.

¿Quién no presenció un estallido subido de tono por enfrentamientos entre el personal y su líder o viceversa? O entre pares? Les resulta familiar?

El punto es claro: cuando surge el conflicto, este suele ser abarcativo y se expande de manera que, inadvertidamente, ensombrece a todos los sectores. Es decir, no se va como por arte de magia y lamentablemente, empeora cuando se lo ignora.

Cierto tipo de conflictos laborales se identifican con mayor rapidez que otros. Es el caso del roce “notorio” entre dos o más personas por un asunto específico, o un acuerdo que tarda en llegar. Todo el mundo sabe que entre fulano/a y mengano/a hay “problemas”.

No obstante, otras formas de conflicto suelen no ser tan fáciles de detectar. Por ejemplo, el conflicto encubierto: esos pequeños e irritantes eventos como los gestos desagradables y las actitudes negativas, que ocurren en forma repetitiva una y otra vez, día tras día, pueden causar que las personas se maltraten unas a otras.

Y que en el mejor de los casos acumulen resentimiento que hará crecer demasiado su nivel de desconfianza.  Estas maneras de “llevarse” pueden convertirse en una cultura nociva que se arraiga cada vez con más fuerza, y que se parece a un laberinto sin salida.

¿Qué clase de conflictos laborales requieren de una intervención?

Cualquiera que discontinúe el nivel medio de productividad, impacte en la relación entre pares, pares y superiores, genere roces innecesarios o implique una posible amenaza (a los empleados o al personal jerárquico).

Sabemos que los conflictos laborales surgen en todas las escalas del staff; Sin embargo, si al inicio incluye las escalas jerárquicas, se necesita una intervención clara y mucho más rápida, porque la responsabilidad de los cargos altos es mucho mayor, y el impacto de los conflictos repercute directamente en toda la cadena operativa de la Empresa.

Por otro lado, una situación donde un empleado – o superior –  amenaza a otra persona verbalmente o con otro tipo de demostración explícita  también requiere de una acción inmediata.

El grado de tolerancia de una situación conflictiva antes de intervenir puede variar. Un gerente o líder puede no sentir necesidad de intervenir cuando hay un pequeño intercambio de palabras entre empleados o mandos medios, a menos que el incidente llegue a repetirse diariamente y se expanda más allá de los empleados involucrados inicialmente (expansión del conflicto inicial).

Si en su lugar de trabajo hay situaciones de conflicto laboral, las siguientes sugerencias le serán de utilidad:

  1. Comprenda la situación e investigue ambos lados del problema.

Pocas situaciones son exactamente como parecen o como son presentadas a primera vista. Por eso, antes de intentar resolver el conflicto, si Ud es líder, asegúrese de que ha investigado ambos lados del mismo.

2. Reconozca el problema como tal ante los demás.

Tenga en mente que lo que para Usted puede ser un conflicto menor o insignificante, para otra persona puede ser muy importante o definitivo. Reconocer la frustración y preocupación de los involucrados es un paso importante para resolver el conflicto.

3. Ármese de paciencia y tómese su tiempo.

Tómese el tiempo necesario para evaluar toda la información que recopile. Una decisión muy rápida hace más daño que bien cuando resulta ser la decisión equivocada, ya que puede alienar más profundamente a los individuos involucrados y generar mayor rencor innecesariamente.

Evite por todos los medios utilizar la coerción y la intimidación, así como los arrebatos emocionales o realizar acciones coercitivas impulsivas. Esto puede tal vez interrumpir el problema temporalmente, pero no se engañe pensando que es una solución a largo plazo, porque provocará un efecto boomerang: el conflicto siempre volverá.

La realidad es que el problema resurgirá antes de lo pensado y tal vez en mayor escala. En ese momento, no solamente tendrá el problema inicial sino también los sentimientos negativos de bronca e impotencia que se mantuvieron debajo de la superficie en el interín, esta vez expandidos y magnificados.

4. Focalícese en la búsqueda de soluciones. Sepa separar conflicto de personas.

Evite tener actitudes que denoten pre-juzgar a las personas. Fulano/a puede no ser la/el que más congenie con Usted, o la/el que mejor se lleve con el grupo, o tal vez pueda tener un conflicto específico con alguien en el equipo o con Ud., pero eso no significa que dicho problema o conflicto no sea legítimo y Ud no pueda hacer nada por cerrar la brecha que se abrió.

Si, luego de un análisis profundo y cuidadoso, Ud determina que el individuo en cuestión es el problema porque su actitud no cambia, entonces focalícese en trabajar – si no puede por su cuenta con la ayuda de un especialista, como por ejemplo un Neuro.Coach – directa y puntualmente con ese individuo recién a partir de ese momento.

5. Establezca guías de comportamiento para las reuniones de negociación.

Antes de conducir una reunión formal entre quienes tienen un conflicto, haga que ambas partes acuerden sobre unas premisas y pautas básicas y claras para conducirse en dicha reunión. Esta estrategia lo ayudará a que la reunión tenga éxito.

Para eso, por ejemplo, pídale a las partes que se comprometan a expresar sus posiciones en forma más calmada y en una forma de hablar más lenta que lo usual, en un tono de voz mucho más bajo, y en lo posible dejando de lado su emocionalidad.

También, haga que acuerden intentar entender la perspectiva del otro y ponga un timer por lo menos 10 minutos para que respeten ese tiempo de exposición de cada quien.

Dígales a continuación que si violan las pautas, la reunión se cancelará hasta nuevo aviso.

6. Mantenga el canal de comunicación abierto con ambas partes.

El objetivo máximo de la resolución de un conflicto es que ambas partes puedan resolverlo entre ellas y en la medida de lo posible, se comprometan a no volver a repetirlo. Permita que ambas partes expresen su punto de vista, pero también comparta su propia perspectiva y fundamente la misma.

Intente facilitar la reunión y ayudar a que las partes punteen los temas que causan el conflicto y al mismo tiempo puedan reconocer cuáles son los beneficios de eliminarlo para ellas y para todos. Para eso, Ud. es quien debe saber cuáles serán esos beneficios de antemano.

7. Actúe con decisión.

Una vez que se tomó el tiempo de hablar con todas las partes involucradas, recoger y recopilar información, hablar con todas las partes y revisar todas las circunstancias y el contexto en que se desarrollaron, tome el toro por las astas y actúe. Acuerde una vía de posible resolución consensuada con las partes. No deje el problema irresuelto.

Porque tomarse demasiado tiempo para actuar podría dañar su credibilidad y mediante la percepción que los demás tienen sobre Usted como Líder, puede correr el riesgo de ser considerado muy débil, indiferente, o ambas cosas.

Mantenga la firme resolución de negociar desde el comienzo con los involucrados y recuerde: No todo el mundo estará de acuerdo con su decisión final, pero al menos sabrán cuál es su posición y quienes hayan reconocido los beneficios de terminar la “guerra” lo considerarán un Líder fuerte, listo para mantener las conversaciones difíciles que es necesario mantener cuando surgen conflictos que enrarecen el ambiente laboral.

Si necesita ayuda con su estrategia de prevención/resolución de conflictos en su empresa, generados por gap generacional o de otra índole, puede escribirme a contacto@monica-arias.com. Estaré encantada de asistirlo/a.

Mónica M. Arias – Consultora Boutique en Comunicación de Excelencia