Entradas

Resiliencia que fomenta creatividad e innovación en el trabajo. Resilience that encourages innovation & creativity at work.

Todos estamos en gran medida de acuerdo con lo que el término resiliencia significa: la capacidad de recuperarse de la adversidad, enfrentar desafíos y adaptarse a los cambios. También muchos coincidimos en lo que implica ser una persona resiliente, que podría resumirse en alguien que sabe mantener su mentalidad y su actitud positivas a pesar de los obstáculos y/o experiencias no agradables, y continuar su crecimiento por encima de ellos.

No obstante, al hablar de resiliencia, se omite mencionar que este término suele mal interpretarse dentro de las organizaciones.

Me refiero a que existe una creencia creciente y real que vincula a una persona resiliente con alguien “dispuesto a tolerar” cualquier situación de abuso (verbal, no verbal o ambas), o tipo de violencia laboral (explícita, implícita o ambas).

Esta situación no puede estar más alejada de la verdad, ya que un individuo resiliente no es quien “soporta cualquier cosa o situación”, sino todo lo contrario: es un ser que, habiendo atravesado dificultades, muchas veces durísimas, entre otras capacidades aprendidas, conserva la de hacer frente a todos los desafíos que se presenten sin perder la calma, con dignidad y la convicción de que no está dispuesto/a a tolerar abusos de poder o situaciones de violencia de ninguna naturaleza.

Hecha esta aclaración, la realidad continúa mostrando en las empresas altos índices de desidia en contemplar e incluir resiliencia como valor en sus culturas organizacionales.

Esto se debe en gran parte a la ceguera de sus líderes en tomar en cuenta la ingeniería en reversa del problema: no hay forma de iniciar un proceso de innovación, y mucho menos de creación, a menos que, entre otras cuestiones:

  1. Se establezcan mecanismos de gestión concretos y medibles sobre la mejora en la comunicación dentro de todo el entramado social de la empresa.
  2. Se verifique si efectivamente la organización demuestra con los hechos que su cultura es diversa e inclusiva, o si se queda en enunciados de “buena intención”.
  3. Se realicen chequeos periódicos de salud mental con especialistas, en particular entre quienes tienen personal a su cargo.
  4. Se eduque permanentemente al personal, comenzando por el ejecutivo, en la importancia y enormes beneficios de saber cómo funciona básicamente nuestro cerebro y cuáles son los orígenes orgánicos de una gestión pobre en inteligencia emocional.
  5. Se revise la cultura organizacional cada tanto, y de ser preciso, se tomen decisiones respecto de realizar las mejoras y/o cambios necesarios.

Si bien este es un plan relativamente simple, no por ello es fácil de implementar. Porque en general las empresas – salvo excepciones – continúan aletargadas en materia de tomar consciencia de los problemas que pueden estar obstruyendo el nivel de creatividad e innovación de los individuos que la componen.

Por lo tanto, aquellos líderes que realmente lo consideren y lo pongan en práctica fomentarán la resiliencia en sus grupos y tendrán una ventaja competitiva que distinguirá su gestión al nivel de excelencia.

English version:

We all largely agree on what the term resilience means: the ability to recover from adversity, face challenges, and adapt to changes. Many of us also agree on what it means to be resilient, which could be summarized as someone who knows how to maintain a positive mindset and attitude despite obstacles and/or unpleasant experiences, and continues to grow in spite of them. However, when talking about resilience, it is often omitted that this term is somewhat misunderstood within organizations.

I refer to the growing belief that links a resilient person with someone ‘willing to tolerate’ any situation of abuse (verbal, non-verbal, or both), or any type of workplace violence (explicit, implicit, or both). This situation could not be further from the truth since someone resilient is not one who ‘endures anything or any situation’, but quite the opposite: it is them who, having faced difficulties – often very harsh ones – were able to develop among other abilities, the one that allows them to face all challenges without losing calmness, with dignity, and the conviction that they are not willing to tolerate abuses of power or situations of violence of any nature.

That being said, reality continues to show high levels of neglect in companies to consider and include resilience as a value in their organizational cultures. This is largely due to the blindness of their leaders in taking into account the reverse engineering of the problem: there is no way to initiate a process of innovation, much less of creation, unless, among other things:

a) Concrete and measurable management mechanisms are established for improving communication throughout the whole social fabric of the company.

b) It is verified whether the organization effectively demonstrates through actions that its culture is diverse and inclusive, or if it remains in simple statements of ‘good intention’.

d) Executives and staff are continuously educated on the importance and enormous benefits of understanding how our brain works and the organic origins of poor emotional intelligence management.

e) The organizational culture is reviewed from time to time, and if necessary, decisions are made regarding the appropriate improvements and/or changes.

While this is a relatively simple plan, it is not easy to implement. Because in general, companies – with some exceptions – continue to be sluggish in becoming aware of the problems that may be obstructing the level of creativity and innovation of all the members of their stuff.

Therefore, those leaders who truly consider it and put it into practice will encourage resilience in their groups and will have a competitive advantage that will distinguish their management to the level of excellence.

Liderazgo y miedos: un cocktail para el fracaso.

El miedo no es sonso” decía mi abuela, y nunca, mientras ella vivió y hasta mucho después que ella partió, entendí el significado cabal de esa frase. Entre los azotes de la pandemia, hoy parece que el miedo es rey, y que sus parientes, las fobias y otros estados mentales alterados, le “sirven la mesa” a un sinfín de terrores que no podemos ignorar: las personas se sienten más inseguras e inestables que nunca.

Los miedos son emociones restrictivas, contraen cuerpo, mente y espíritu. Bloquean la creatividad y todo intento de la persona en elegir conscientemente crecer. Porque el miedo “no es sonso” y el cerebro sabe que moverse hacia lo desconocido genera inicialmente y durante cierto tiempo, incomodidades variopintas: el poder del miedo es la defensa que esgrime el ego (entre otras cosas, cúmulo de nuestras inseguridades) para recordarnos cuántas creencias limitantes aún debemos reconocer y atravesar.

Por eso la realidad sigue pidiéndole a los Líderes que aprendan a explorar su mundo interno, a construir su red emocional, a basar su trabajo en elevar los estándares de su educación y puesta en práctica de principios no negociables, como la comunicación de excelencia, el Neuroliderazgo y la psicología positiva, entre otros, para generar un clima donde la gente recupere la alegría de “pertenencer” largamente olvidada, en especial por las nuevas generaciones.

Como Líder podés tener la mejor de las intenciones a la hora de volcar tiempo, energía y dinero en aprender lo que evidentemente sabés que te hace falta, y sin embargo caer en tu propia trampa cuando tus miedos toman el control.

La buena noticia es que se puede lograr una gestión exitosa esforzándote y aprendiendo. La mala, es que los miedos nunca desaparecerán. Lo importante es avanzar a pesar de ellos y junto a ellos. Después de todo, nuestro cerebro solo intenta protegernos de lo que cree es nocivo para la vida cuando opera en “zona restrictiva o de control”.

Los miedos vienen en todos los colores y tamaños. Hay para todos los gustos y para todas las generaciones: nadie puede decir que no los siente, con intensidades distintas de acuerdo a la etapa de la vida o contexto que le toque atravesar.

En la empresa, los líderes suelen tener una variante más o menos similar a esta:

Miedo al “qué dirán”, a “quedar como tonto/a”, a “no dar la talla”, a que las responsabilidades los excedan, a no saber poner límites o a ponerlos en exceso, a “fracasar”, a perder “credibilidad” como líder, al “papelón”, a que otro/a ocupe su puesto, a ser visto como una persona “no apta” para el cargo, y uno de los más importantes: el miedo al rechazo de los demás (en especial de sus superiores).

Teniendo esto presente, es clarísimo que a los líderes les resultará de gran ayuda iniciar un proceso de auto-conocimiento para lograr equipos más estables y comprometidos. Porque ninguna persona que sostenga que puede liderar a otras sin conocerse bien será, para esas personas, confiable.

Y la confianza – frágil como el cristal – no se logra de la noche a la mañana ni se mantiene sin esfuerzo. Convertirse en Líder confiable implica realizar continuas demostraciones de coherencia, dando el ejemplo y actuando según valores humanos universales, manteniendo una constante atención en virtud de preservar dicha confianza.

La neurociencia avala que somos seres 80% emocionales que emanamos y absorbemos energía permanentemente. Cuando no existe genuino interés por su personal, la energía que emanarán los líderes se captará consciente o inconscientemente por su gente, que sencillamente, percibirá la farsa y no los apoyarán.

Y esto a su vez generará más miedo en los líderes, lo cual generará una cadena sin fin de juicios de valor, hacia ellos mismos y los demás. Esto cercenará posibilidades y destruirá los sueños de concretar metas ambiciosas reales, porque cerrará un círculo vicioso que no dará nunca pie a cambiar lo necesario para crear una cultura más inclusiva, diversa y comprometida.

Decía Ludwig Borne: “El hombre más peligroso es aquel que tiene miedo”.

Pero volviendo a los miedos, como dije, hay muchos y muy variados. Y cuando los enfrentamos con humor, dejan de hostigarnos y se convierten en fuentes de aprendizaje.

Veamos un ejemplo: Jia Jiang sentía un terrible miedo al rechazo, pero lejos de dejar que lo dominara, logró superarlo cuando decidió hacer una prueba que llamó “100 días de rechazos”.

En la TED Talk que adjunto, él mismo lo explica (pueden colocar subtitulado al Español desde la ruedita de configuración de Youtube, abajo, a la derecha del video).

Estimo que toda persona que lidere personal o esté en ventas encontrará este video sumamente valioso. A mi juicio, es una verdadera joya.

Cierro esta nota con un recordatorio: puede que el miedo no sea sonso, pero tal vez ya sea hora de que le demuestres quien manda aquí. Mónica M. Arias.

Ranking Millennials – Great Place to Work Argentina

Un/a verdadero/a Líder no crea separación. Un/a verdadero/a Líder une a su gente.

Comparto hoy este informe sumamente interesante que preparó la gente de Great Place to Work Argentina sobre la generación Millennials (año 2021) en virtud de acercar cada vez más a las empresas con el conocimiento y entendimiento necesarios para comenzar a mejorar diariamente su diálogo, cultura organizacional y gestión de liderazgo.

Liderando Millennials y Generación Z: 8 No negociables.

En la siguiente infografía, comparto los 8 NO legociables que estas dos jóvenes generaciones acuerdan compartir a la hora de pertenecer a una organización/empresa/institución, y desear seguir haciéndolo.

Dale un vistazo, tomá nota y actuá!

Liderando Millenials y Generación Z – 8 NO negociables.

El diálogo y la escucha intencional fomentan ambientes laborales exitosos

Dialogar (que no es hacer tormenta de ideas) y escuchar con intención – actitud que precede y comanda todo diálogo – permite la práctica de conversaciones que destraban miedos, confusión y chateos tóxicos mentales, y por ende habilitan el avance de los proyectos sin cargas emocionales innecesarias.  Conversar eligiendo un lenguaje expansivo (con palabras y actitudes elegidas ex profeso, en particular por los líderes), y aprender a escuchar sin juzgar, es la receta clave para co-crear un ambiente laboral de confianza mutua y crecimiento sostenido, sea tu ámbito presencial, virtual o mixto (híbrido).

Estamos comprobando en carne propia lo que la Neurociencia constató hace más de una década: es indudable que la calidad del ambiente laboral depende de la calidad de las relaciones entre los miembros de la empresa, que a su vez depende de la calidad y tono emocional de sus conversaciones, personales o tecnológicas, virtuales o presenciales.

Se desprende entonces que, como Líder, el éxito de tu gestión – sea presencial, virtual o híbrida (mix entre ambas) – dependerá a su vez de la forma en que logres comunicarte con tu gente. Por eso, el cambio de mentalidad más importante que todo líder puede tener es darse cuenta de que tiene el poder de crear el espacio que habilite conversaciones creativas, expansivas, (no confundir con brainstorming) que generen mayor entusiasmo y reduzcan o eliminen el miedo, la apatía o la procrastinación de sus empleados.

Generar una “química sustentable” que amalgame a todos bajo el mismo “paraguas” de crecimiento y colaboración es la “nueva normalidad” instaurada durante la pandemia, que regirá el período post-pandemia según las Consultoras Gallup International, Deloitte y otras. Esto no es utópico, es posible focalizarse y / o generar las emociones de entusiasmo, compromiso y alegría dentro del trabajo, con la actitud adecuada y poniendo en práctica pasos simples que requieren la práctica sostenida en el tiempo y el compromiso de los tomadores de decisión.

Este es el diferenciador del siglo, porque incide directamente en la calidad de los resultados que planifiques lograr.

Van dos sugerencias que te ayudarán a mejorar tu clima laboral:

  1. Sé consciente de cómo iniciás tus conversaciones y del tono y contenido emocional que compartís 

Por ejemplo: el enojo o la bronca, hablar en voz quebrada, dudosa, dirigirse a tu personal con palabras o gestos de agresión o de disgusto por algún error que hicieron, etc «CIERRA» automáticamente al cerebro, lo paraliza, lo cual disminuye notablemente la plena atención y la escucha intencional, perjudicando las interacciones.

Intentá siempre elegir el estado emocional que contribuya más a tu expansión y la de tu equipo: iniciá tus mensajes con la mejor predisposición, aún si es muy difícil la conversación que debas mantener. Tené siempre en mente que tu intención es la de acompañar, de servir con alegría, de invocar al diálogo. Todos estos estímulos – y muchos otros que ponen el foco en la participación y colaboración – «ABREN» al cerebro, lo preparan para la creatividad, porque bajan notablemente el nivel de ansiedad y miedos que puedan estar perturbando a las personas.

Si el cerebro se «cierra», estarás caminando “sobre cáscaras de huevo” y en un laberinto sin salida: siempre vas a volver al mismo lugar – tal vez te haya sucedido por años – y no habrá cambio posible porque así estás “programado”.

Si en cambio, está en un canal «abierto» – tu mente estará relajada, y tendrás más posibilidades de elevar la calidad de tu comunicación, dado que los estados emocionales expansivos te habilitan para que puedas escuchar/comprobar/poner en práctica/explorar muchas más  opciones/posibilidades/alternativas sobre cómo cambiar una situación dada no deseada, lo cual, inevitablemente, enriquecerá tus relaciones.

La idea entonces es OBSERVAR sin juzgar qué tipo de mensaje estás enviando y cómo lo estás haciendo, cada vez que inicies una conversación, des una pauta, informes sobre nuevas iniciativas, un cambio, etc. Cuando sos consciente de la manera en que comunicás, podés elegir cambiarla si no te favorece. Podrás así co-crear una cultura que permita que los demás interactúen sin tanto miedo y compartan perspectivas, emociones, sentimientos y aspiraciones, lo cual hará que tu gente crezca – o quiera crecer en principio – y aprenda que el cambio, aunque genere miedos, no es el fin, sino el comienzo y continuación del crecimiento, que dicho sea de paso, nunca tiene fin. De hecho, y paradójicamente como lo dijo Heráclito hace siglos: LO ÚNICO CONSTANTE ES EL CAMBIO.

  • 2 Recordá la regla de Oro: Toda conversación, sin importar el grado de importancia del tema que se trate, estimula en los demás reacciones emocionales, de diversa índole e intensidad.

    En efecto, las conversaciones conllevan SIGNIFICADOS – y estos significados están entrelazados y activados mucho más en QUIEN ESCUCHA (tu equipo) que en QUIEN HABLA (Vos).

    Por eso, las palabras que elijas pueden causar que las personas se inspiren y refuercen un lazo de confianza con mayor intensidad, lo cual puede medirse fácilmente si sabés que para tu gente trabajar en tu empresa es como pertenecer a una familia… Cuando te des cuenta de esto, inmediatamente te surgirán las palabras, frases y actitudes que facilitarán tu conexión emocional con los demás.
    Sin embargo, tu forma elegida de dirigirte a ellos puede también desintegrar la confianza en un instante, haciendo que estén a la defensiva, critiquen permanentemente tu estilo de liderar y te consideren  – y a su juicio, te soporten –  solamente porque sos “EL/LA JEFE/A» .
    De ahí la importancia de lograr una comunicación clara, explícita, pero también con emocionalidad, serena, para que haya un equilibrio entre las responsabilidades a realizar y el estado emocional de todos los involucrados, incluyéndote.

Van 4 Preguntas Poderosas para interactuar con el equipo y generar diálogos:

  • Como no soy experto/a en el tema…quisiera que compartas/compartan… ¿qué pensás /piensan vos/ Ustedes sobre mi opinión?
  • ¿Qué otras posibilidades /alternativas pensás /piensan que podríamos crear?
  • Me gustaría pensar en grande sobre esto. ¿Cuál/es sería/n tu/s mayor/es aspiración/es – contribución/es para el proyecto?
  • Les cuento: estos son nuestros desafíos actuales. …¿Qué ideas/sugerencias tienen /se les ocurre aportar sobre cómo enfrentarlos y atravesarlos? Pensemos un minuto y luego me encantaría escucharlos e interactuar entre todos.

    Tu mente se abrirá ni bien comprendas la conexión íntima entre el ESTILO DE COMUNICACIÓN que elijas Y LA SALUD (psico-física) que compruebes al aplicarlo. De esa forma estarás habilitado/a para lograr que tu ambiente laboral sea más sano, con rituales de conversación que progresivamente generen emociones positivas e instauren alegría, autogestión responsable, humor y co-creación sostenida y sustentable.

Espero este artículo te haya sido de utilidad. Si es así, te pido le des un Like y lo compartas con quienes creas puedan necesitar leerlo.

Si te interesa comunicarte mejor con tus equipos y lograr un ambiente de auto-gestión responsable, escribime a: contacto@monica-arias.com y con gusto agendamos un encuentro.

Seguime en las redes…

Cómo liderar en contextos de crisis sin perder la elegancia.

“En los momentos de crisis, la imaginación es más importante que el conocimiento” Albert Einstein.

Sabemos que crisis implica un “sacudón” a todo lo conocido, y por ende, es un proceso muy difícil de atravesar tanto en la vida privada como en la laboral. Especialmente en este último ámbito, los líderes pueden sentir este «simbronazo» como algo terrible, sin remedio, inclusive irreversible.  Aunque muchos saben reponerse del impacto inicial y apegarse a la famosa y trillada frase (no por ello incierta) que reza: “Crisis implica oportunidad de cambio”. Desde el lado que decidan ver la situación, podrán empoderarse o desmoronarse, invitar a su personal a navegar la aventura de los cambios necesarios y aprender de ellos, o llevarlos a contagiarse de su mismo desánimo y falta de confianza en sus capacidades para atravesar la crisis, afianzar lazos y salir más fortalecidos de la “prueba.

Como decía Einstein, es en los momentos de crisis donde se pone en juego todo el caudal posible de nuestra imaginación, que debe primar sobre el conocimiento adquirido hasta el momento. Si bien está comprobada la veracidad de esta afirmación, se sabe también que implica estar dispuestos a realizar ajustes rápidos, lo cual no siempre es agradable, y mucho menos cómodo, en especial para los líderes. La realidad es que toda crisis requiere de respuestas rápidas, casi inmediatas, para trasmutar la experiencia no deseada en un proceso creativo grupal y dinámico que la atraviese sin demasiados dolores de cabeza. Los líderes que así lo entienden se fortalecen y suelen salir airosos de situaciones difíciles que tarde o temprano los sorprenderán.

Entender cómo funciona el cerebro ante una crisis, les da una ventaja inmensa a la hora de tomar las riendas del cambio: estamos cableados para huir del dolor y asirnos al placer. Por lo tanto, es lógico que ante cualquier estado que nos provoque incomodidad o dolor (como la inseguridad psicológica que nos genera una crisis), sencillamente nos paralizamos, minimizamos el alcance de las circunstancias de la situación (obteniendo así cierto placer temporal), o percibimos lo que sucede como algo sumamente negativo, casi imposible de enfrentar (negación).

Pero el cerebro también es altamente flexible, sus neuronas son muy “plásticas” (de ahí el término neuro-plasticidad). Se adaptan y crean nuevos circuitos toda vez que logramos darnos cuenta de que huir del asunto cuando las papas queman es mucho peor que armarse de paciencia y coraje para reinventar lo que sea necesario.

Para superar la barrera biológica y natural que el cerebro impone, y que se traduce como procrastinación, quejas, sensación de impotencia, negación de la gravedad del tema, “la culpa es del equipo” etc, ante la “amenaza” que implica atravesar el territorio desconocido por el que la crisis te hará pasar, en principio podrás (o mejor dicho, deberías) despertar tu curiosidad y seguir estos 6 pasos:

  1. Realizar respiraciones profundas, diafragmáticas, conscientes.
  2. La mejor manera de lograrlas es imaginarse respirar dentro de la zona de tu espalda baja en vez de tu abdomen. Esta respiración mitigará muchos de los procesos que podrían desencadenar emociones fuertes en detrimento de tu equilibrio psico-físico y de las relaciones con el personal.
    En el contexto laboral en crisis, habrá miles de cosas para hacer tan pronto como sea posible, porque no hay tiempo que perder.
    Pero si encarás esas cosas en un estado de alto stress, pánico, miedo extremo o desesperación, será muy difícil ejecutar cada una con precisión.
    El beneficio de la práctica de este tipo de respiración es que lo previene y te ayudará a centrarte en planificar las acciones más urgentes.
  3. Tomar inmediatamente la situación bajo control.

    Esto significa que es imperioso reconfortar a tus equipos y brindar la seguridad y el bienestar de todas las personas involucradas. Protegé siempre a tus empleados y/o personal primero, y recién después pensá en cómo protegerás los bienes de la empresa.
    Este paso puede significar que precises recurrir a personas más capacitadas que Vos o que hayan atravesado varias crisis similares, por ejemplo profesionales en disciplinas como el Neuro-Coaching ejecutivo, Consultores expertos en crisis, etc, porque dada la situación, el tiempo apremia y por ende te apremiará a encontrar una salida.
  4. Realizar un análisis lo más objetivo posible de la situación.

    Es necesario que como líder evalúes con la mayor precisión posible lo que ocurrió y sus repercusiones: el impacto actual y a futuro de la crisis lo más objetivamente posible.
    Por ejemplo, hacé un listado de preguntas invocando la curiosidad propia y de tu gente y para cada pregunta anotá todas las respuestas que te surjan, así como los aportes de tu personal.

    Qué pasó puntualmente?
    Qué está pasando ahora como efecto de lo que pasó?
    Qué puede pasar a continuación?
    Qué debería pasar?
    Podemos intervenir para que ello suceda? Si es así, cómo?
    Cuál de todas estas posibles acciones es la menos riesgosa dadas las circunstancias?

    Y así con todas las preguntas que surjan…La idea es que te entrenes para ver cuáles son los pasos más rápidos y menos riesgosos para dar.

Si ya experimentaste alguna crisis, sea en esta o en otra empresa, considerá también preguntas sobre aquellas acciones que pusiste en práctica con éxito para salir de la situación y escribí todo lo que recuerdes. Por ejemplo:

Qué fue útil y necesario hacer?
Cuáles fueron totalmente inútiles de considerar y/o hacer?
Hubo opciones que se descartaron y que en esta crisis actual podrían ayudar?
Qué hicimos que nos robó tiempo, energía y entusiasmo?
Cuáles fueron los aprendizajes logrados que podríamos aplicar en esta oportunidad?

Por otro lado, es importante que evalúes que todo lo que decidas hacer tendrá un efecto replicador, por lo tanto, cerciórate antes de las instancias legales y éticas que dichas acciones podrían tener.Tomá acción basándote en tus valores personales, los de tu gente y los de la empresa.

Una crisis siempre requiere que definas y priorices inmediatamente cuáles son los valores con los que te moverás para superarla. Mantenete firme en tus convicciones morales y no dejes que las circunstancias te impidan hacer lo correcto, aún si las decisiones que quieras tomar parezcan ser el mejor “atajo” hacia una salida o alivio posible…en especial, si parecen serlo.

Si te apegás solo a tus convicciones sobre los valores propios, de tu gente y de la empresa, habrá mucho menos posibilidades de que te arrepientas de lo que hagan durante esta fase cuyo slogan es: “la situación requiere acciones concretas inmediatas”. No olvides registrar cada decisión y acción tomadas, en virtud de obtener información que puede ayudarte a evitar errores en momentos similares a futuro.

5. Enfrentá la crisis junto con tu gente sin perder el humor.

John Lennon plasmó, entre otras, esta frase impecable: “Las únicas cosas que el sistema no sabe cómo manejar son la no violencia y el humor”. Cuando estés atravesando una crisis con tu personal, esforzate por mantener la alegría grupal. Recordales permanentemente a todos que están en el “bote” juntos y que la mejor forma de capear las olas es permanecer en un estado de apertura y permiso a toda oportunidad de integrar el humor, de reírse y de contagiar alegría.

6. Celebrá los logros de cualquier tamaño.

No existen logros diminutos ante una crisis. Todos son enormes, porque contribuyen a cimentar el camino para atravesarla y aprender de ella. Por eso, cuando hayan obtenido un éxito, por más “pequeño” que parezca, animá a tu gente a celebrarlo, con un festejo simple e íntimo, pero genuino. Esto mantendrá el espíritu en la firme decisión de salir triunfantes de la crisis.

Liderar crisis con elegancia no es una utopía. Sino un camino que es posible tomar, tanto si liderás equipos preseccial o virtualmente, y que puede darte incontables satisfacciones en varios niveles:
Personalmente, te proveerá de herramientas de gestión que cimenten tu auto-confianza. En tu dinámica relacional, lograrás un entendimiento directo de los valores, ideas y estrategias que pueden aportar cada uno de los miembros de tus equipos en momentos difíciles – hasta ahora tal vez desconocidos por vos –  y por ende, crearás vínculos más cercanos, sólidos y confiables.

Por último, y como suelo hacer hincapié, tuya es la responsabilidad de mantenerte lo más sereno/a posible ante cualquier crisis. Porque tu equilibrio y directivas serán la brújula que tu gente usará para beneficio de todos.

¡Hasta la próxima!



Sin humildad ni vulnerabilidad peligra tu liderazgo.

Desde hace varios años en mi práctica vengo poniendo el acento en la necesidad imperiosa de revisar los modelos de liderazgo que todavía hoy se resisten a cambiar en el mundo laboral, en especial en los ámbitos corporativos, a pesar de que dichos modelos “caen” por su propio “peso”. La pandemia Covid-19 incrementó esta necesidad. La realidad actual demanda líderes presenciales y virtuales con alto índice de inteligencia relacional, humildad, vulnerabilidad, y capacidad de asumir cambios mientras aprenden y ponen en práctica las habilidades que les permitirán virar su gestión hacia una donde sean el ejemplo y funcione como un espejo: espejo en que su gente pueda y quiera mirarse.

Existe probada evidencia científica de que los líderes humildes y vulnerables poseen alto índice de inteligencia relacional, son empáticos con cada miembro de su equipo y por ello sobrepasan en efectividad y carisma a los líderes cuyos comportamientos arrogantes parecen ser la única manera – ¿o la más fácil? – que ponen en práctica para gestionar su rol. Palabras más, palabras menos, así lo sostiene Bill Taylor, co-fundador de Fast Company en su reciente artículo para la revista Harvard Business Review, (adjunto el link al original en inglés que también puede leerse en versión español en la misma página).

https://hbr.org/2018/10/if-humility-is-so-important-why-are-leaders-so-arrogant&utm_medium=email&utm_source=tgr_newnlsignup&utm_campaign=nlconfirm_leadership_notactsub_v20191101?deliveryName=DM131508

Taylor también sugiere que para un/a líder, sea cual sea su nivel, es muy difícil “auto-chequear” su propio ego. Porque, por un lado, muchos piensan que no pueden ser humildes y ambiciosos al mismo tiempo. Y por el otro, ser humilde, en especial cuando se deben enfrentar problemas difíciles, aún se sigue considerando señal de debilidad, máxime cuando la gente busca que le den respuestas concretas o necesita sentirse segura. Agrego que, invariablemente y a pesar de todo, aún hoy, encontrar líderes que deseen explorar su comportamiento y reconocer sus posibles zonas de mejora es todavía mucho más difícil.

Lo seguro es que a esta altura del Siglo, tanto por la Neurociencia como por los resultados que arrojan miles de trabajos realizados dentro de organizaciones de todo tamaño a nivel global, se sabe hace rato que  los mejores líderes son los líderes humildes. Personas que presentan en su desempeño el “factor H”, combinación de honestidad y humildad, tal como reza una columna reciente en el Wall Street Journal mencionada en el artículo de Taylor y con la que estoy totalmente de acuerdo.

Aquellos líderes que demuestren altos estándares de ética están comprometidos con su labor de elevar la calidad de interacciones más justas y claras con sus equipos, destilarán confianza y su gente honrará las reglas de juego que ellos dispongan para la convivencia diaria, las acciones a realizar y las metas a lograr. De forma similar, cuando comuniquen sus expectativas desde un lugar de empoderar a los demás en vez de hacerlo desde el estigma de exigir o reclamar, además de lograr que todos se “suban” al mismo barco, evitarán que las personas se sientan disminuidas o amenazadas, y que sus pensamientos divaguen por no experimentar un verdadero interés en su bienestar y crecimiento de parte de su líder, lo cual los desmoralizaría por la sensación de estar trabajando en un rumbo “a ciegas”.

Como lo sostuve siempre, en los ambientes donde los empleados sienten seguridad y confianza, estos niveles de incertidumbre y stress se reducen drásticamente, y la neuroplasticidad de sus cerebros producirá de manera natural la química necesaria para una mayor capacidad de innovación, respeto, creatividad, socialización e intercambio genuino de información que ayude a todos a crear la sinergia grupal indispensable para lograr lo que su líder proponga.

Esto último también está harto comprobado por la Neurociencia. Cuando la amígdala (glándula del cerebro primitivo o reptiliano) registra una posible amenaza a nuestra seguridad, y nos domina el miedo, las arterias se endurecen y engrosan para manejar la corriente sanguínea que fluye a las extremidades, y que nos prepara para la respuesta de “lucha o huída”. En ese estado, perdemos tanto el acceso a la capacidad de sociabilizar que nos ofrece nuestro sistema límbico (cerebro “emocional”), como las funciones del cerebro pre-frontal (corteza cerebral, estadío más desarrollado y fuente de la razón humana), que literalmente se cierran de manera automática, lo cual habilita comportamientos, reacciones y actitudes muchas veces sumamente irracionales, de las que es difícil volver.

Esa es la razón fundamental por la cual se insiste en que los Líderes deberían formarse, siquiera básicamente, en el conocimiento de cómo funciona e influye nuestro Sistema Nervioso Central en nuestro comportamiento. Por ello el Neuro-liderazgo es vital, ya que son responsables cien por ciento de asegurarse que el nivel de seguridad psico-física de sus empleados siempre sea el mejor posible.

El comportamiento de los líderes es la raíz del éxito o fracaso de su gestión. No hay otra fuente o razón para uno u otro resultado. A medida que solidifiquen su conocimiento sobre sí mismos y aprendan a tomar decisiones basados en sus valores, irán afianzando su vínculo consigo mismos y los demás, en particular con quienes comparten diariamente su esfera laboral o familiar.

Aquí entran en juego la humildad y vulnerabilidad. Dos valores humanos gigantes que puestos al servicio del líder gestan verdaderas transformaciones positivas en su entorno y relaciones. Ninguna persona es humilde si no sabe escuchar con genuino interés a los demás, o sno aprendió aún que interrumpir y/o “hacer como que escucha” aunque no presta verdadera atención – es decir, no tiene interés en lo que le dicen los demás – no son los caminos para lograr que los demás sientan que pueden confiar en él/ella.

¿Cómo lograr ser más humildes? ¿Cómo demostrar vulnerabilidad sin caer en la trampa de creernos débiles?

Escucha, empatiza y acompaña: las conductas de un líder en tiempos de  coronavirus

Hay tantas sugerencias como realidades en las diferentes culturas laborales existen. Pero a modo de síntesis, van tres.

En primer lugar, demostrando con la forma de comunicar y con los hechos que nuestro compromiso con los valores humanos que encarnamos – y que la empresa también sostiene – se traduce en incrementar el conocimiento de aquellas habilidades que precisamos para crear el clima más propicio donde se respire confianza y se vivencie seguridad psico-física. Un ejemplo es auto-preguntarse permanentemente si esto que dijiste o hiciste se condice con dichos valores. Y si no es así, inmediatamente retractarse y pedir disculpas.

En segundo lugar, y valga la redundancia, dándole lugar a los demás para que se expresen sobre su sentir, lo que les gusta o no, lo que aceptan o no, en definitiva, para conocer sus valores.

En tercer lugar, cambiando todo lo que haya que cambiar para elevar la calidad de tu gestión.  Tu norte debería ser el crecimiento sostenido de todos, incluyéndote. Y tus auto-preguntas recurrentes deberían ser:

¿Es a través de esto que dije/hice de esta forma y que provocó esta emoción/reacción en los otros como me gustaría verdaderamente ser recordado/a?

¿Estoy sinceramente decidida/o a iniciar el cambio necesario para evolucionar como Líder y crear la atmósfera de confianza que nos ayudará a lograr los mejores resultados?

¿Soy consciente de la ayuda que necesito en pos de dar los pasos para lograrlo?

Solo Vos tenés las respuestas a estas y a todas las auto-preguntas poderosas que te vayan surgiendo…

Hasta la próxima! Mónica

Si te gusta lo que comparto en mi Blog, seguime en las redes

Auto-Coaching / Auto-Conocimiento: Primer NO negociable

Continúo contándote más sobre los 7 NO negociables del paradigma del liderazgo actual.

Hoy comparto una síntesis de lo que significa el AUTO-CONOCIMIENTO.

Es el primer NO negociable y el más importante porque cuando como Líder logres profundizar en tu mundo interno, reconociendo tus habilidades y capacidades y también tus zonas de mejora, te acercarás mucho más a tu gente, ya que les darás también el beneficio de reconocerse ellos mismos y bucear en sus habilidades, capacidades y zonas de mejora naturalmente, lo cual cimentará la confianza que siempre es necesario fomentar en los grupos humanos que lideres.

Recordá la regla de oro del liderazgo: Sos el espejo donde todos se miran y por eso también es preciso seas un verdadero ejemplo para ellos.

El auto-conocimiento se logra cuando empezás a hacerte preguntas poderosas, aquellas que llevan a reflexiones profundas y te invitan a meditar, tanto en tu estilo de comunicación como en tu gestión.

Te ayudo a iniciar el camino interno hacia tu mejor versión como líder con estas tres preguntas poderosas que te invito a que te hagas y respondas con la mayor honestidad posible:

  1. ¿Cómo estoy acostumbrado/a a pensar sobre mí como Líder? Reflexionar.
  2. ¿Qué creencias tengo que avalan ese pensamiento? Detallar.
  3. ¿Qué ambiente se respira en mi empresa y cómo lo vivimos diariamente?  Detallar.

    Comenzá hoy mismo a explorar cómo estás siendo al liderar, qué pautas que considerabas hasta hoy inamovibles podés cambiar, y desde qué lugar tu estilo de liderazgo puede y ta vez debe, mejorar.

    Puedo ayudarte y para ello te invito a enviarme un correo a contacto@monica-arias.com solicitando una charla de cortesía vía zoom, Skype o google meet de 30 minutos. Durante ese tiempo, escucharé cuáles son tus inquietudes y al finalizar la charla, habrás logrado mayor claridad para dar tus próximos pasos. Y si estás de acuerdo, exploraremos luego si somos compatibles para ayudarte a iniciar y lograr tu próximo nivel como Líder.

    Que sigas muy bien! Mónica

7 NO negociables del actual paradigma de Liderazgo.

¿Te gustaría ser el líder que tu gente ame seguir? Liderar con elegancia, ética y efectividad es posible. Proponete a Vos Mismo/a lograrlo en 2021. En este gráfico te enseño los 7 NO negociables básicos e imprescindibles del paradigma actual para lograr una gestión de excelencia.

¡Feliz año 2021! Ya respiramos el aire del nuevo año con ansias e intenciones de continuar creciendo, tal vez a paso lento, pero clara y definitivamente.

Te habrá pasado experimentar que durante el año que pasó, la irrupción de la pandemia Covid-19 hizo añicos tus planes, anhelos y quizá también tu salud psico-física o la de alguien cercano o muy querido. Seguramente también te habrás sentido desorientado/a, incierto/a, con el ánimo por el piso, desbordado/a o un mix de todas estas sensaciones juntas.

No estás solo/a, lamentablemente a todos nos marcó en mayor o menor medida el coletazo de este virus que continúa siendo severo y que siembra más dudas que tranquilidad en nuestras vidas y la de nuestras familias, amigos, vecinos y seres queridos.

Sin embargo y a pesar de todo el mal trago que debimos tolerar, algo no cambió y sigue vigente tal como ayer, hoy y siempre: Tu elección consciente: la actitud con la que decidís diariamente hacer frente a «lo que venga», sin garantías ni seguridades ni vacunas ni nada.

Elegir conscientemente qué actitud presentar ante lo sorpresivo, máxime si es indeseado, hace la diferencia entre lograr o no el equilibrio emocional necesario para atravesar cualquier dificultad y sentir o no una paz interior que perdure pase lo que pase.

Como líder, me animo a suponer que tampoco te pudiste escapar de los estragos de la pandemia. Me refiero a los enormes cambios que tal vez tu compañía instauró, y que sufriste directamente como resultado.

Una cosa es cierta: liderar, pre-durante-y-post pandemia no es tarea simple ni liviana y con esto no te estoy diciendo nada que no sepas. Siempre requerirá de dosis enormes de humildad genuina, compromiso, predisposición y actitud positiva tanto para crear las condiciones favorables que lleven a tu equipo a lograr las metas como para inspirar a tu gente a auto-gestionarse.

En el cuadro siguiente te enseño los 7 NO negociables del paradigma actual del Liderazgo, a modo de referencia y para que actualices tu conocimiento sobre lo que ya están estudiando y poniendo en práctica los líderes en las empresas de cualquier tamaño en todo el mundo.

Y en breve te hablaré de cada uno de estos requisitos NO negociables por separado, para que comiences a considerar qué acciones tenés que emprender para sintonizar con tu mejor versión y lograr junto con tu/s equipo/s los mejores resultados, aún a pesar de esta o cualquier otra pandemia invasiva que intente amargarte el día, o la vida misma.

Los 7 NO negociables son:

Todos somos Maestros y Aprendices, sabés que ese es una de mis frases favoritas y además forma parte de mi filosofía de vida y de trabajo.

Por eso, y aunque creas que es muy difícil, te cuento que es posible lograr un liderazgo elegante y eficaz siguiendo un proceso que cumpla cada uno de esos puntos, siempre que tu eje emocional cardíaco-cerebral-visceral esté equilibrado y mantengas ese equilibrio a pesar del entorno, las exigencias, responsabilidades, auto-sabotajes y otras yerbas. Te estaré contando más en sucesivos artículos.

Por otro lado, aprender estos 7 NO negociables te facilitará muchísimo la toma de decisión para tus procesos de cambio. La razón por las que elegí colorear cada punto es muy simple: el cerebro «se interesa» mucho más cuando lo que le presentamos como información nueva o relevante está «vestida» de colores. En especial cuando esa información «contradice» lo que reconoce como familiar («zona de confort») y por lo tanto lo induce a pensar diferente a como «cree», y por lo tanto lo acerca más a la «zona de crecimiento», a la que teme, pero disfruta cuando comienza a recorrerla. Este es también el motivo por el cual cuando estudiamos, nos concentramos más y mejor y disfrutamos del proceso de aprendizaje si utilizamos colores para hacer gráficos, resúmenes o mapas mentales.

Te ayudo a empezar el año con una conversación virtual de 30 minutos vía zoom, whatsapp o google meet de cortesía donde exploraremos cuáles son tus inquietudes actuales y qué te gustaría lograr en 2021. Al finalizar, contarás con un «mapa o ruta» a implementar de acuerdo a lo que surja en la charla.

Para solicitarla, escribime a contacto@monica-arias.com.ar y poné en el asunto: Conversación de cortesía.

Y si te gustó este artículo, te invito a compartirlo con tus colegas, conocidos o quienes piensen podrían beneficiarse al leerlo.

Que tengas una hermosa semana! Mónica