Entradas

Crisis de Liderazgo: sacudón emocional…y oportunidad de cambio.

Los líderes se forjan y crecen cuando están al servicio de su gente, porque se retroalimentan y enriquecen cuando aprenden a relacionarse.

La era de los egos «inflados» en los puestos de alta responsabilidad está llegando a su fin…

En este mini-video te muestro lo que NO va más, y te doy indicios de cómo comenzar a transformar positivamente tu gestión y resultados.

Consultas? Escribime a contacto@monica-arias.com.

Storytelling: el infinito poder de emocionar.

Cuando estaba en quinto grado de la primaria estatal, la Señorita Coca, nuestra maestra de lengua, nos ponía retos semanales para crear historias (en realidad, en aquel entonces las llamábamos redacciones).

No importaba si la historia era ficción o representaba una parte de nuestra realidad.

La cosa era muy simple: teníamos que cumplir con un número de palabras equis, el título debía ser atractivo para el lector y el contenido más atractivo todavía, fuese por su carga emotiva, el grado de imaginación que aplicáramos o la descripción en sí de lo que había ocurrido. Podíamos acceder a libros de la biblioteca de la escuela para chusmear las historias y cuentos de los grandes escritores y guiarnos en cuanto a la “forma” de organizar la narrativa.

La señorita Coca nos daba apoyo si nos “trabábamos” con alguna idea en la cabeza durante la semana, y con mucha paciencia nos escuchaba y nos daba sus sugerencias, siempre geniales.

La consigna se completaba con un premio: cada autor que así lo deseara leía su historia en clase y la que más aplausos lograba, se llevaba un premio, que solía ser casi siempre o bien un librito (sí, había pequeños libros de bolsillo con historias magníficas coleccionables), o en algunos casos, un cuaderno nuevo de 24 hojas (hoy sé que este era con seguridad el máximo aporte material al que llegaba el bolsillo de la maestra para incentivarnos con la escritura).

Luego, por supuesto, venía el proceso de corregir faltas de ortografía, y cuando la Señorita Coca nos devolvía los trabajos, la nueva consigna era reutilizar las palabras mal escritas en su versión correcta en la siguiente historia.

Esto para la mayoría de nosotros, que rondábamos los 11 años, era magnífico. Más que por la “competencia” por obtener el librito o el cuaderno en sí, por el hecho de poner a volar la imaginación y aprender a plasmar en el entramado textual una parte de nuestra realidad que tal vez no nos animábamos a compartir de otra manera.

Recuerdo muy bien que había compañeros de clase que odiaban las redacciones, pero aún así, nos daban permiso a las que amábamos escribir a leer sus historias cada tanto.

También recuerdo que un día, uno de ellos le dijo a la Señorita Coca: “disculpe seño, pero a mí todo este asunto de escribir una historia por semana no me gusta, me parece algo inútil, que no sirve para nada”.

Ella, con una mirada que parecía venir del cielo, se le acercó y le dijo estas palabras que jamás olvidaré: “Bueno fulano, hoy no podés apreciar el valor de narrar historias porque sos chico todavía, pero si sos capaz de practicar igual aunque no te guste, te puedo asegurar que poquito a poco, este conocimiento poderoso será de un inmenso valor en tu vida cuando seas más grande, en todos los aspectos. Todos somos creadores de historias, algunas mejores que otras, pero todas valiosas porque son únicas, como nosotros. Asi que, no importa qué tipo de redacción hagas, lo importante es que escribas una, cada semana, como el resto de tus compañeros. Si después no querés compartirla, está bien, no es obligación hacerlo.”

La transformación positiva que este compañero vivió a partir de esas sabias palabras fue descomunal. Se plasmó en muchísimas historias que nos emocionaron hasta las lágrimas y algunas nos dieron miedo/terror (como cuando describió cómo usar la “gomera” de forma correcta para «bajar de un hondazo» a cualquier pájaro de un árbol…)

La Señorita Coca ya no existe. Perdón, me equivoqué: sigue existiendo en mi corazón, y seguramente en el de quienes lean este post, porque su sabiduría es eterna.

Yo lo ignoraba entonces, pero allá lejos y hace tiempo, se habían plantado las semillas de un enorme poder que, como ella tan claramente describió, hoy no solo está de moda, sino que vemos germinar por todas partes, en todas las industrias globales y todas las áreas humanas con diferentes nombres, entre ellos: Storytelling.

Contar historias – ó Storytelling en idioma inglés: esa es nuestra naturaleza. Lo ha sido desde siempre porque nos necesitamos unos a otros, y porque construimos nuestros mundos a través de nuesras historias.

Porque las historias unen, equiparan, fomentan la creatividad, la escucha y el respeto por el mundo del otro, enseñan, apoyan, inspiran y como si fuera poco, emocionan.

Y ese poder, tal como lo predijo la Señorita Coca, es infinito…

Si te gustó mi historia, seguime en las redes…

Comunicación de Excelencia: el poder de refinar el lenguaje.

Sabemos que todo comunica, lo que se “escucha y se ve” y lo que no, porque comunicar no implica solo hablar, sino también expresarse.
Sin embargo el habla, en cualquier idioma, sigue teniendo prioridad a la hora de emitir un mensaje…que no siempre “llega” con el sentido y significado de lo que se intentó compartir. Pero esa es «harina de otro costal» como diría mi abuela.


La Neurociencia nos dice que vivimos de acuerdo a ciertos “patrones” del lenguaje acumulados en el inconsciente, que no siempre favorecen la buena comunicación, porque con la repetición devienen en efecto “hipnótico”. Dicho de otra manera: el lenguaje que usamos sin darnos cuenta, demarca el resultado de nuestra comunicación, y por ende, de la calidad de nuestras relaciones.

Sabemos que el lenguaje es poderoso porque obra como una moneda de dos caras: es creador y destructor al mismo tiempo. Tanto puede sanar, elevar, mejorar, alentar, facilitar, construir, bendecir, recrear, inspirar, valorar y amar, como todo lo contrario: con una sola frase desalentadora se puede truncar el futuro de una persona, o hacer que su estado de ánimo caiga en picada y tarde mucho tiempo en recuperarse. 

En los entornos laborales este doble poder del lenguaje se magnifica, para bien y para mal, con las consecuencias que se observan a diario: los líderes que utilizan lenguaje de excelencia son más congruentes, inspiran al crecimiento y logran equipos comprometidos. Quienes no se interesan en trabajar en sí mismos y pulir su estilo de lenguaje, logran el escenario contrario: desmotivación, agresividad, exigencias desmedidas, conflictos recurrentes, falta de compromiso, índices de productividad inestables, etc.

La comunicación de excelencia no es un recurso “facilista” o «elitista» y no está reñida con la realidad que viven las personas en las organizaciones. Es una necesidad porque replantea la rutina de las conversaciones que no dan resultado y pone en jaque a los líderes aferrados a estilos de lenguaje peyorativos o agresivos.
 
Veamos un ejemplo:

No es lo mismo que el líder diga: “¡Necesito que (me) entregues el trabajo urgente!, casi a los gritos, que a cambio diga: ““¿Cómo vas con el trabajo? ¿Necesitás ayuda para terminarlo? Si es así, contá conmigo (o con quien designe para ayudarlo/a), ya que lo necesito lo antes posible…”

¿Cómo puede sentirse quien escucha la primera frase?
¿Cuál sería la emoción asociada al escuchar la segunda?

Los líderes pueden lentamente dejar de lado el lenguaje hipnótico (inconsciente), y aprender comunicación de excelencia para elevar así la calidad de sus interacciones, y como reflejo, de las relaciones con su personal y con toda la cultura organizacional a la que pertenece.
 
Porque como dijo la brillante Mary Kay Ash: “Una empresa es tan buena como la gente que trabaja en ella”.

Para reflexionar…

Seguime en las redes…





Gerencia Colaborativa

Desde hace varios años, crear y consolidar equipos colaborativos, ágiles y comprometidos es el enfoque masivo más importante en prácticamente todas las industrias del mundo. Sin embargo, en varias encuestas globales sobre tendencias de Capital Humano durante 2019, se supo que solamente alrededor del 7% de los líderes en empresas de todo tamaño se sintieron listos para iniciar un cambio en sus equipos.

En la actualidad, y a medida que seguimos lidiando con todos los problemas causados ​​por el Covid.19 en nuestra salud psico-física, debemos sumar además la incertidumbre económica y laboral que trajo aparejadas nuevas formas de relacionarnos y de entablar negocios.

Por eso, para generar propósitos evolutivos en las organizaciones es preciso reorganizarse y evitar paradigmas de liderazgo obsoletos, ya que fomentar la colaboración en los equipos es absolutamente esencial para lograr alto rendimiento.

Porque, si hace tres años atrás, la mayoría de los líderes no estaban preparados para centrar su liderazgo en la colaboración, ¿se imaginan cómo es hoy el escenario post pandemia, con los nuevos índices de deterioro en la salud mental, los cierres de empresas, el trabajo remoto e híbrido y la realidad de que los líderes no saben cómo enfrentar el desafío de lidiar con los problemas relacionales diarios?

Es cierto que iniciar cambios en una cultura organizacional no siempre es sencillo, porque todo nuevo aprendizaje implica un esfuerzo y además provoca incomodidades de variada índole. Pero reconocer que sin esos cambios no hay espacio presente ni habrá futuro para esa organización es un ejercicio de auto-reflexión insoslayable para cualquier líder, en cualquier lugar del planeta.

Una forma de acompañar la decisión de cambio es incrementar los diálogos en todo el entramado social de la empresa.

Los beneficios no tardarán en reflejarse y podrán medirse fácilmente: aumento del compromiso en las tareas, empleados más entusiasmados, incremento del orgullo de pertenencia, menores índices de stress y sus derivados, mayor creatividad individual y grupal, etc.

El resultado de este simple cambio producirá beneficios colaterales: las empresas fidelizarán a su fuerza laboral, y esto reducirá enormemente sus costos en reemplazar empleados y aumentará su prestigio, porque la mayoría de los competidores aún siguen creyendo que la “culpa” la tienen las nuevas generaciones por “irresponsables”,  el Covid-19 que ”los tomó por sorpresa” y mil otras cuestiones (excusas).

Los líderes están parados hoy ante un cruce de caminos: elegir el más conocido tal vez produzca resultados al principio, pero no a largo plazo. Si verdaderamente desean lograr equipos colaborativos, es necesario que elijan el camino desconocido, no transitado y tal vez más largo, que pondrá en jaque todas sus inseguridades y expondrá los problemas relacionales que es preciso enfrentar y sanear.

Ese es el único camino seguro para lograr un ambiente laboral estable y alegre, donde el personal desee desarrollarse, compartir, y crecer de manera sostenida (pasaje del “Yo” al “Nosotros”).

Cuando esto ocurre, y como en una ecuación matemática perfecta, los líderes gestionan mejor, los equipos colaboran, y los resultados positivos crecen y se consolidan en el tiempo.

¿Quieres aprender a dialogar con tus equipos y crear una cultura colaborativa? Envíame un email a  contacto@monica-arias.com y agendamos un encuentro.

Ranking Millennials – Great Place to Work Argentina

Un/a verdadero/a Líder no crea separación. Un/a verdadero/a Líder une a su gente.

Comparto hoy este informe sumamente interesante que preparó la gente de Great Place to Work Argentina sobre la generación Millennials (año 2021) en virtud de acercar cada vez más a las empresas con el conocimiento y entendimiento necesarios para comenzar a mejorar diariamente su diálogo, cultura organizacional y gestión de liderazgo.

¿TECH O NO TECH? ¿CUÁL ES LA CUESTIÓN?

“En el camino primigenio de la evolución, el Hombre – situado en medio entre lo abstracto, inmaterial y superior del espíritu, y lo tangible e inferior de la materia – estaba llamado a realizar el trabajo fundamental de elevar la materia desde lo inferior y convertirla en superior por medio de su poder creativo. (…) Si bien la evolución del Hombre se detuvo, conservamos aún vestigios de aquel camino en el arte y la artesanía. El escultor, por ejemplo, lleva la materia de una piedra (tangible e inferior) a lo abstracto del símbolo (inmaterial y superior), significándolo a través del poder creativo. Lo mismo el artesano que de un montón de barro forma una vasija”.  

Extractos editados del Proyecto “El dolor referido y el poder creativo” del profesor Hugo Pérez Santángelo (se incluyen varios párrafos editados con autorización del autor).

Estas palabras del querido Hugo tienen forma de daga afilada. Una que corta preconceptos, modas, tendencias y cualquier otro artilugio que sobre la tecnología como “avance evolutivo” del hombre se pretenda exponer (o imponer).

Desconocer las inmensas ventajas y beneficios que los avances tecnológicos nos brindan en virtud de mejorar nuestra calidad de vida – por ejemplo, en relación a los diagnósticos, inventos y tratamientos médicos en general – es no poder o no saber mirar hacia atrás la propia historia y la de la humanidad, con ojos compasivos y una cuota enorme de sobrecogimiento por quienes nos precedieron, y tal vez de admiración por nuestros congéneres.

Por otro lado, es un hecho que lo exponencial convive con lo que no puede – ni debe – crecer tan rápido, arrogándose una superioridad totalmente artificial, es decir, inexistente. En otras palabras: la tecnología convive con los seres humanos, lo cual no sería un problema si no se le la hubiese “coronado” elevándola a una categoría superior a nosotros – inventada vaya a saber por quienes – y que sencillamente no puede alcanzar por sí misma, porque carece de esencia. Es una invención humana, tanto o más falible que el hombre mismo, sin embargo, atestiguamos permanentemente un sinfín de elogios y apoyos de lo más variados que sostienen exactamente lo contrario.

¿Por qué muchos creen – aquí y en casi todo el mundo – que lo tecnológico es tanto o más importante que la propia humanidad, nuestro sentido del Ser y nuestro magnífico poder creativo, concedido en escalas supremas por obra y gracia divina únicamente a los de nuestra especie?

¿Realmente es tan vital para nuestra evolución estar pendientes de “ir a la vanguardia” en asuntos tecnológicos? ¿O así nos lo quieren “hacer creer” los que “saben”?

Veamos cuál es la mirada de Hugo P. Santángelo sobre el tema, por demás interesante y absolutamente iluminadora:

“La creencia moderna de que cuanta más tecnología posea el hombre civilizado, más evolucionado es, carece de fundamento (…) En el camino de la civilización el hombre no evoluciona, sino que va vaciándose progresivamente de su humanidad (…) Poco a poco y debido a esa sensación de vacío, su vida comienza a carecer de propósito y significado: se vuelve una vida “manejada” y “sometida” por los medios. Su vaciamiento (deshumanización, pérdida de valores) no lo convierte, por oposición de civilizado, en hombre salvaje o animal:  lo torna gradualmente en un robot programable (…) De esta manera, habiendo dirigido su poder creativo (superior, abstracto, espiritual, inmaterial) hacia el sometimiento de lo inferior (materia) en el afán de alcanzar su plenitud, el hombre se va quedando vacío de humanidad y sometido a los medios que el mismo ha creado (tecnología)”.

Cuando leí este párrafo, recordé las palabras del genial Eric Fromm: “El peligro del pasado era que los hombres fueran esclavos. Pero el peligro del futuro es que los hombres se conviertan en robots”.

En efecto, las consecuencias del abuso y dependencia de la tecnología son sumamente adversas y comprobables. No solo se ha instalado en las sociedades una nueva enfermedad – la demencia digital (daños importantes, algunos graves, en el cerebro y la psiquis)- sino que somos testigos de las tremendas tasas de suicidio, bipolarismo, depresión, agorafobia y otros estragos directamente relacionados con la virtualidad, entendida esta por muchas personas como la única “realidad”. (Debatir qué es o en qué consiste “la realidad”, que dicho sea de paso para Eric Fromm “nunca es simple”, no es la intención de quien escribe este artículo).

Se deduce entonces que el poder creativo es, junto con nuestro poder de elección consciente, uno de nuestros mayores poderes, porque es inherente a nuestra esencia humana. Como lo afirma el actor británico Ethan Hawke en el siguiente video subtitulado al Español: “Date permiso para ser creativo”:

Ahora bien, si por un lado la tecnología nos ofrece hoy más beneficios que en el pasado – en salud, prevención de enfermedades, avances científicos, etc – medibles en retrospectiva, y que prácticamente nadie puede ignorar, y por el otro, el uso sostenido de sus manifestaciones materiales (celulares, tablets, PCs, etc) provocan impactos adictivos en la psiquis que repercuten también en el cuerpo, deberíamos concluir que una posible respuesta a la pregunta del título estaría dada en un “término medio”, o espacio de equilibrio en cuanto a su uso, consumo, etc.

Es decir, la tecnología no es ni tan buena ni tan mala. Es necesaria, sí, pero NO es superior a un Ser humano pensante y creativo, que hace uso de sus facultades para reflexionar sobre la realidad y se reconoce en sus propias creaciones, seas estas cuales fueren.

Continúo citando a Hugo P. Santángelo:

“El dolor referido, para la medicina, es aquel dolor que se percibe en un lugar diferente a aquel desde donde irradia el estímulo doloroso (…) Es un dolor psicosomático, que en el caso de la relación hombre-tecnología, se produce por la aceleración y/o multiplicación del avance tecnológico y ante el cual el sistema nervioso reacciona inconscientemente produciendo un bloqueo de la percepción sensorial denominado narcosis por extensión (respuesta inconsciente y automática al dolor referido). La narcosis por extensión es una forma de anestesia psicosomática propia de las sociedades tecnificadas, que se manifiesta como una separación psico-física y emocional entre los individuos, y entre el individuo y el medio natural. Esta separación es la raíz fundamental del narcisismo. En su libro “Understanding Media: The extensions of Man”, McLuhan dedica su capítulo llamado “Narciso, el enamorado de los dispositivos”, a esta respuesta inconsciente, basando su análisis, al igual que Freud y Lowen, en el mito griego de Narciso. Una primera relación entre el narcisismo y la tecnología es que esta última, siendo un agente de separación – un medio que separa y transforma los eventos de la realidad circundante antes de que estos eventos alcancen la percepción – aísla al individuo al rodearlo de extensiones tecnológicas percibidas como propias. De esta manera el individuo queda, al igual que Narciso en el mito, fascinado con su propia imagen, que es en realidad una metáfora de esas extensiones percibidas como propias”.

Tremendo. Cuando leí que Ray Kurzweil – Director de ingeniería de Google (Singularity University) había afirmado que: “La inteligencia artificial creará arte tan bien o mejor que los humanos. Las computadoras ya escriben historias, componiendo música y pintando cuadros, y es sólo cuestión de tiempo que lo hagan como nosotros”, algo dentro mío quiso gritar ¡NO!, pero no tenía argumentos “racionales” para explicarme a mí misma ese “estar en contra” ni tampoco sabía poner en palabras lo significativo de mi NO grande como una casa.

Conocer el Proyecto que Hugo Pérez Santángelo llevó adelante en varias escuelas de la Provincia de Córdoba, República Argentina, y leer su trabajo de campo (dirigido en particular a los adolescentes, supuestos consumidores de más tecnología) fue revelador y enriquecedor: dio por tierra ese preconcepto, porque los jóvenes alumnos plasmaron en sus propios y geniales ensayos hasta qué punto su vida se ve afectada negativamente por el uso incesante de teléfonos inteligentes y otros dispositivos, y por la tremenda dependencia de las redes sociales, inclusive en los propios padres y adultos de la familia.

Dice Pérez Santángelo sobre los dichos de Ray Kurzweil: “De tal afirmación se deduce que el arte sería una combinatoria de contenidos lógicos y racionales, que responden a un algoritmo o programa y que en ello no hay elementos intuitivos, inconscientes o irracionales. El arte queda entonces reducido a una expresión mediática en donde la perfección técnica se coloca por encima de lo sorprendente, lo auténtico y lo “loco”. El valor sanador del arte se pierde para convertirse en “contenido de entretenimiento”.

Me pregunto…¿será por eso que los grandes gurúes de Silicon Valley, a pesar de dichos como los de Kurzweil, hace ya varios años restringen a solo un par de horas semanales el uso de celulares, tablets o computadoras a sus propios hijos? En casa de herrero…

Bien, hasta aquí, el lector tiene planteada la “otra campana” que el avance tecnológico supone, desde un punto de vista netamente humanístico y real, con investigaciones que avalan las palabras y reflexiones aquí expuestas.

La tecnología continuará su camino de desarrollo exponencial. Las personas disfrutaremos de las extensiones que nos provee, con seguridad. Aunque lo más importante es reconocer en todo momento que somos seres 80 % emocionales, y solo 20 % racionales. Esto implica que nuestro mundo emocional, tantas veces bastardeado, es en realidad la materia prima de nuestro camino de evolución consciente. Además, somos seres relacionales, nos necesitamos. Es relacionándonos con nosotros mismos y con lo demás como aprendemos a evolucionar. Aprender este arte lleva tiempo, suma paciencia e interacción personal, es un camino no libre de bifurcaciones, atajos y contradicciones, pero absolutamente vibrante.

Tarea que lleva tiempo, compromiso, voluntad, paciencia e interacción personal, para ir aceptando las paradojas de la vida, las nuestras y las de los otros.

En síntesis, los dispositivos tecnológicos – y sus hermanas, las redes sociales – llegaron para quedarse y es preciso convivir con ellos. De ahí su importancia en aprender a usarlas en su justa medida. Sin embargo, aunque nos maravillen con espejitos de colores y conversaciones instantáneas con otros seres del mundo impensadas en otra época, o nos hagan creer que crear “un grupo de pertenencia virtual” (o cualquier otra cosa) es sinónimo de fomentar relaciones humanas, jamás podrán si quiera imaginar lo que nuestros espíritus son capaces de crear, cuando reverenciamos nuestra esencia de ser humanos por encima de todo.

Me despido, deseándote buena vida, y con un video que ya tiene varios años pero hoy está más vigente que nunca: «Look up» , «Levanta la mirada».

Ideas «a la carta» para entablar conversaciones difíciles en la empresa.

Cuando se trata de trabajar con tus equipos hacia el logro de tus objetivos, es vital que aprendas a entablar todas las conversaciones difíciles que debas enfrentar en el proceso, con respeto, confianza e integridad. No está de más recordarte, de todas maneras, que es preciso seas lo más consciente posible de la dinámica siguiente: es inevitable que hasta cierto punto, el éxito de tus conversaciones y de tu gestión descansarán en tu aceptación plena de que en muchas ocasiones nadie estará de acuerdo con vos, y aún así, estar en paz con eso.

Sabemos que a casi nadie le agrada tener que enfrentar una conversación difícil, sea en el ambiente familiar o social, y mucho menos en la empresa. La razón es que hacerlo implica inexorablemente atravesar estados emocionales que no nos gustan: stress, tensión, incomodidades, incomprensión, intolerancia, furia…Y como si fuera poco, aceptar que la otra parte también se sentirá así.

Para atravesar y agilizar las conversaciones difíciles, primero hay que decidir llevarlas a cabo. Y esto implica correrse del “lugar común”(donde a los líderes les encanta dar cátedra ), hablar solo lo necesario y luego contenerse un buen rato de continuar hablando, para mantenerse lo más atentos posible a escuchar y a sentir qué sucede cuando la conversación ya se inició. Una vez dado el puntapié inicial, toda conversación difícil que mantengas con tu personal aliviará muchísimo las tensiones que se hayan amontonado, despejará dudas y derribará juicios de valor innecesarios, también creados en la mente de las personas, y en la tuya propia.

Recordá que todo problema relacional tiene origen en la forma y estilo en que las partes se comunican, consciente o inconscientemente. Por eso es sumamente importante que seas quien da el ejemplo y decide conversar lo que sea necesario con quien sea necesario.

A veces no tenés idea por dónde empezar, cómo iniciar estas conversaciones, qué palabras utilizar para propiciar un mayor entendimiento de lo que querés transmitir. Por eso decidís evitarlas a toda costa. Pero sabemos que todo problema relacional (entre vos y tu gente, en este caso) proviene de una comunicación deficiente, escasa, o nula. Por eso, lo ideal es que reconozcas esto último y evites postponerlas.

Cuando temas que las conversaciones puedan complicarse por los temas que implican, te sugiero seguir los pasos siguientes, embebidos en la fórmula CEMA, creada por Enrique Sacanell, consultor y formador Español.

En su libro: “¿Cómo se lo digo? El arte de las conversaciones difíciles” Scanell presenta el modelo CEMA que divide la conversación en 6 partes y hace hincapié en que ESCUCHAR es la actitud más importante que las atraviesa, simplemente porque sin la escucha intencional se dificultará toda conversación posible, en particular aquellas que no son sencillas de iniciar.

La pregunta que podés hacerte aquí es: ¿Qué tan bien escucho con atención e intención de comprender a mi personal? Te la dejo picando…

Vamos con las partes del modelo CEMA de Scanell y algunas ideas que te propongo para que venzas el temor de llevar a cabo conversaciones difíciles.

  1. La Pre-conversación
    Es necesario que te prepares para iniciar toda conversación difícil. A mayor preparación, mayores posibilidades tendrás de tener éxito.
    Idea 1: Escribí en un cuaderno cuál es el objetivo de la reunión, por ejemplo: llegar a un acuerdo y que los empleados se comprometan a cumplirlo, buscando las frases y palabras para evitar caer en “lagunas” o “silencios eternos” al hablar. 
    Segunda idea: Lo ideal además, es hacerte preguntas, por ejemplo:
    ¿Qué objetivos no está cumpliendo el grupo/empleado?
    ¿Cuáles son las responsabilidades que debería estar asumiendo y no cumple?
    ¿Estoy verdaderamente separando al problema de la persona?
    Si se trata de un conflicto entre pares, ¿Conozco las versiones de cada parte? Etc.
    Es importante disponer de toda la información que puedas antes de empezar a hablar para basar tu mensaje en hechos concretos.
    Tercera idea: Te recomiendo una frase de apertura que podés adaptar con todas las variables que quieras, sea personal o virtualmente, en grupo o a una sola persona:
    “Los cité a esta reunión porque surgieron algunos temas delicados/un poco delicados/ que están afectando nuestra convivencia/comunicación/el ambiente que compartimos / la manera en que trabajamos, etc., y de los cuales tenemos que conversar para que todos comprendamos que no pueden volver a suceder / repetirse, ya que nos perjudican a todos”.
  2. Construir
    Se refiere a la importancia de crear una atmósfera lo más agradable posible para dar inicio a cualquier conversación ríspida. El lugar donde la entables, cómo dispongas los muebles, la iluminación, en fin, el ámbito donde conversarás con tus empleados debe ser distendido. Empezá por honrar a tu gente con la actitud apropiada: siempre debés priorizar el respeto, la claridad, las pausas, y por sobre todo, la escucha. De esa forma será mucho más sencillo el ida y vuelta entre todos ( o entre vos y aquella persona con la que decidas tener la conversación difícil).
  3. Explorar
    Luego de tu introducción inicial,
    es muy importante que fomentes en todos los involucrados la posibilidad de dar sus opiniones y de expresarse libremente. Muchas veces  tal vez tengas ideas preconcebidas de lo que ocurre, creadas a raíz de rumores que circulan o debido a tu mayor o menor afinidad con algún empleado o grupo. 
    Estas creencias te predisponen a adoptar una determinada actitud y a emitir juicios de valor que podrían intoxicar la conversación.
    Todos deben tener la oportunidad de expresar su punto de vista, y que éste sea escuchado sin “filtros”. Tu reacción y respuesta a lo que la gente te diga debe ser lo más ecuánime y calmada posible.
  4. Mostrar
    Este es el momento de exponer tu visión sobre el/los problema/s de la manera más clara y precisa posible. No uses idioma técnico, ni palabras o frases rebuscadas. Sé franco/a, punto, pero sin perder tu halo de autoridad. Si te interrumpen cuando estás hablando, pedí permiso para contestar lo que pregunten luego de terminar de hablar. De esa forma, podrás decir lo que tengas que decir primero, y luego dar lugar a que todos (o la otra persona) exprese su punto de vista.
    No hay fórmulas mágicas ni soluciones sencillas para lograr consenso, aunque el esfuerzo de interactuar vale la pena para todos los involucrados.
  5. Actuar
    Significa que tenés que hacer todo lo posible por llegar a un acuerdo de compromiso entre vos y tu personal. Cuando este se logra, las conversaciones difíciles habrán tenido éxito y podrás a futuro replicarlo siguiendo estas ideas u otras similares.
  6. Post conversación
    Se refiere a que periódicamente, es necesario llevar a cabo la revisión del acuerdo y chequear el compromiso asumido por cada persona, incluyéndote, por supuesto. Cada tanto, tendrás que verificar si el acuerdo al que arribaron sigue vigente, e ir monitoreando si hubo mejoras en la comunicación y si pudiste comprobar que surgieron menos conflictos u ocasiones de entablar conversaciones difíciles luego de haber aprendido a hacerles frente.

    Probá de iniciar tus conversaciones difíciles…el resultado siempre será positivo a largo plazo y en beneficio de todos.
    Obviamente, existen muchas otras formas simples, directas y efectivas de elevar tu calidad de comunicación con tus grupos al nivel de Excelencia, y puedo ayudarte a conocerlas y ponerlas en práctica hoy mismo.

Escribime tu consulta a: contacto@monica-arias.com o envíame un whatsapp al (54911)59373158 – 011-5937-3158.

Abrazos! Mónica

Seguime en las redes:

Cómo liderar en contextos de crisis sin perder la elegancia.

“En los momentos de crisis, la imaginación es más importante que el conocimiento” Albert Einstein.

Sabemos que crisis implica un “sacudón” a todo lo conocido, y por ende, es un proceso muy difícil de atravesar tanto en la vida privada como en la laboral. Especialmente en este último ámbito, los líderes pueden sentir este «simbronazo» como algo terrible, sin remedio, inclusive irreversible.  Aunque muchos saben reponerse del impacto inicial y apegarse a la famosa y trillada frase (no por ello incierta) que reza: “Crisis implica oportunidad de cambio”. Desde el lado que decidan ver la situación, podrán empoderarse o desmoronarse, invitar a su personal a navegar la aventura de los cambios necesarios y aprender de ellos, o llevarlos a contagiarse de su mismo desánimo y falta de confianza en sus capacidades para atravesar la crisis, afianzar lazos y salir más fortalecidos de la “prueba.

Como decía Einstein, es en los momentos de crisis donde se pone en juego todo el caudal posible de nuestra imaginación, que debe primar sobre el conocimiento adquirido hasta el momento. Si bien está comprobada la veracidad de esta afirmación, se sabe también que implica estar dispuestos a realizar ajustes rápidos, lo cual no siempre es agradable, y mucho menos cómodo, en especial para los líderes. La realidad es que toda crisis requiere de respuestas rápidas, casi inmediatas, para trasmutar la experiencia no deseada en un proceso creativo grupal y dinámico que la atraviese sin demasiados dolores de cabeza. Los líderes que así lo entienden se fortalecen y suelen salir airosos de situaciones difíciles que tarde o temprano los sorprenderán.

Entender cómo funciona el cerebro ante una crisis, les da una ventaja inmensa a la hora de tomar las riendas del cambio: estamos cableados para huir del dolor y asirnos al placer. Por lo tanto, es lógico que ante cualquier estado que nos provoque incomodidad o dolor (como la inseguridad psicológica que nos genera una crisis), sencillamente nos paralizamos, minimizamos el alcance de las circunstancias de la situación (obteniendo así cierto placer temporal), o percibimos lo que sucede como algo sumamente negativo, casi imposible de enfrentar (negación).

Pero el cerebro también es altamente flexible, sus neuronas son muy “plásticas” (de ahí el término neuro-plasticidad). Se adaptan y crean nuevos circuitos toda vez que logramos darnos cuenta de que huir del asunto cuando las papas queman es mucho peor que armarse de paciencia y coraje para reinventar lo que sea necesario.

Para superar la barrera biológica y natural que el cerebro impone, y que se traduce como procrastinación, quejas, sensación de impotencia, negación de la gravedad del tema, “la culpa es del equipo” etc, ante la “amenaza” que implica atravesar el territorio desconocido por el que la crisis te hará pasar, en principio podrás (o mejor dicho, deberías) despertar tu curiosidad y seguir estos 6 pasos:

  1. Realizar respiraciones profundas, diafragmáticas, conscientes.
  2. La mejor manera de lograrlas es imaginarse respirar dentro de la zona de tu espalda baja en vez de tu abdomen. Esta respiración mitigará muchos de los procesos que podrían desencadenar emociones fuertes en detrimento de tu equilibrio psico-físico y de las relaciones con el personal.
    En el contexto laboral en crisis, habrá miles de cosas para hacer tan pronto como sea posible, porque no hay tiempo que perder.
    Pero si encarás esas cosas en un estado de alto stress, pánico, miedo extremo o desesperación, será muy difícil ejecutar cada una con precisión.
    El beneficio de la práctica de este tipo de respiración es que lo previene y te ayudará a centrarte en planificar las acciones más urgentes.
  3. Tomar inmediatamente la situación bajo control.

    Esto significa que es imperioso reconfortar a tus equipos y brindar la seguridad y el bienestar de todas las personas involucradas. Protegé siempre a tus empleados y/o personal primero, y recién después pensá en cómo protegerás los bienes de la empresa.
    Este paso puede significar que precises recurrir a personas más capacitadas que Vos o que hayan atravesado varias crisis similares, por ejemplo profesionales en disciplinas como el Neuro-Coaching ejecutivo, Consultores expertos en crisis, etc, porque dada la situación, el tiempo apremia y por ende te apremiará a encontrar una salida.
  4. Realizar un análisis lo más objetivo posible de la situación.

    Es necesario que como líder evalúes con la mayor precisión posible lo que ocurrió y sus repercusiones: el impacto actual y a futuro de la crisis lo más objetivamente posible.
    Por ejemplo, hacé un listado de preguntas invocando la curiosidad propia y de tu gente y para cada pregunta anotá todas las respuestas que te surjan, así como los aportes de tu personal.

    Qué pasó puntualmente?
    Qué está pasando ahora como efecto de lo que pasó?
    Qué puede pasar a continuación?
    Qué debería pasar?
    Podemos intervenir para que ello suceda? Si es así, cómo?
    Cuál de todas estas posibles acciones es la menos riesgosa dadas las circunstancias?

    Y así con todas las preguntas que surjan…La idea es que te entrenes para ver cuáles son los pasos más rápidos y menos riesgosos para dar.

Si ya experimentaste alguna crisis, sea en esta o en otra empresa, considerá también preguntas sobre aquellas acciones que pusiste en práctica con éxito para salir de la situación y escribí todo lo que recuerdes. Por ejemplo:

Qué fue útil y necesario hacer?
Cuáles fueron totalmente inútiles de considerar y/o hacer?
Hubo opciones que se descartaron y que en esta crisis actual podrían ayudar?
Qué hicimos que nos robó tiempo, energía y entusiasmo?
Cuáles fueron los aprendizajes logrados que podríamos aplicar en esta oportunidad?

Por otro lado, es importante que evalúes que todo lo que decidas hacer tendrá un efecto replicador, por lo tanto, cerciórate antes de las instancias legales y éticas que dichas acciones podrían tener.Tomá acción basándote en tus valores personales, los de tu gente y los de la empresa.

Una crisis siempre requiere que definas y priorices inmediatamente cuáles son los valores con los que te moverás para superarla. Mantenete firme en tus convicciones morales y no dejes que las circunstancias te impidan hacer lo correcto, aún si las decisiones que quieras tomar parezcan ser el mejor “atajo” hacia una salida o alivio posible…en especial, si parecen serlo.

Si te apegás solo a tus convicciones sobre los valores propios, de tu gente y de la empresa, habrá mucho menos posibilidades de que te arrepientas de lo que hagan durante esta fase cuyo slogan es: “la situación requiere acciones concretas inmediatas”. No olvides registrar cada decisión y acción tomadas, en virtud de obtener información que puede ayudarte a evitar errores en momentos similares a futuro.

5. Enfrentá la crisis junto con tu gente sin perder el humor.

John Lennon plasmó, entre otras, esta frase impecable: “Las únicas cosas que el sistema no sabe cómo manejar son la no violencia y el humor”. Cuando estés atravesando una crisis con tu personal, esforzate por mantener la alegría grupal. Recordales permanentemente a todos que están en el “bote” juntos y que la mejor forma de capear las olas es permanecer en un estado de apertura y permiso a toda oportunidad de integrar el humor, de reírse y de contagiar alegría.

6. Celebrá los logros de cualquier tamaño.

No existen logros diminutos ante una crisis. Todos son enormes, porque contribuyen a cimentar el camino para atravesarla y aprender de ella. Por eso, cuando hayan obtenido un éxito, por más “pequeño” que parezca, animá a tu gente a celebrarlo, con un festejo simple e íntimo, pero genuino. Esto mantendrá el espíritu en la firme decisión de salir triunfantes de la crisis.

Liderar crisis con elegancia no es una utopía. Sino un camino que es posible tomar, tanto si liderás equipos preseccial o virtualmente, y que puede darte incontables satisfacciones en varios niveles:
Personalmente, te proveerá de herramientas de gestión que cimenten tu auto-confianza. En tu dinámica relacional, lograrás un entendimiento directo de los valores, ideas y estrategias que pueden aportar cada uno de los miembros de tus equipos en momentos difíciles – hasta ahora tal vez desconocidos por vos –  y por ende, crearás vínculos más cercanos, sólidos y confiables.

Por último, y como suelo hacer hincapié, tuya es la responsabilidad de mantenerte lo más sereno/a posible ante cualquier crisis. Porque tu equilibrio y directivas serán la brújula que tu gente usará para beneficio de todos.

¡Hasta la próxima!