Humor y creatividad en la empresa: Sexto NO negociable del paradigma en Liderazgo.

Sin humor ni creatividad, toda relación humana se resiente en cualquier ámbito.

¿Alguna vez ingresaste a una empresa donde el “aire se cortaba como con cuchillo? Me pasó, y nada menos que en una empresa fabricante de ¡¡¡juguetes!!! ¡Tremenda contradicción! No dejes que esta fea sensación impregne tu gestión o el ambiente que compartís con tu personal.

La verdad es que «mostrarse» de manera tan antinatural y obligar a las personas a «ser «muy serias» en el trabajo es un verdadero flagelo y un gran error. Antes, se imponía “la seriedad” como norma dentro de una organización para denotar su “confiabilidad” y “solidez”.

Hoy, gracias a los dispositivos tecnológicos donde se puede «ver» qué ocurre en nuestro cerebro y sus repercusiones en la unidad mente-cuerpo, la neurociencia comprueba la enorme conveniencia de descartar ese paradigma obsoleto, y reivindica lo que decía el genial Oscar Wilde: “La seriedad es el pecado original del mundo”. Las nuevas generaciones demostraron no tolerar el “acartonamiento” ni  la “estructura inflexible” en el trabajo, y mucho menos la incoherencia de sus líderes. Estas personas reclaman ambientes laborales mucho más inclusivos, participativos, flexibles y alegres.

Y en general, todas las generaciones que conviven en el trabajo se adhirieron poco a poco a este estilo de convivencia que fomenta humor y creatividad, porque ofrece incontables beneficios, entre ellos:

  • Caída en picada de altos índices de stress acumulado, personal y grupal.
  • Alineación con los valores que sostienen la visión de la empresa, revalorización de los que cada uno expresa, y aquellos compartidos grupalmente.
  • Desarrollo y aporte fluído de nuevas ideas y perspectivas ante un problema o desafío dado.
  • Mayor disfrute en la convivencia laboral por el aumento de la energía positiva y del nivel de alegría compartida.
  • Puesta en práctica de acciones simples y espontáneas que implican el cuidado de cada quien (bienestar psicológico).
  • Facilidad de intercambio de opiniones, aún ante los conflictos, ya que el humor desdramatiza situaciones.
  • Productividad «in crescendo»: se comprobó que las personas que se sienten alegres en el trabajo producen más y mejor.

Además, entre los beneficios más inmediatos en los ambientes que incorporaron humor y creatividad, se comprobó que el sistema inmunológico es uno de los más beneficiados porque tanto humor como creatividad lo refuerzan. La razón es que debido a la inmensa cantidad de conexiones que el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) realiza con el sistema endócrino (hormonas) y el sistema inmunológico (productor de anticuerpos) nace la psico-neuro-inmunología, cuyas conclusiones generales reportan de formacontundente que un estado de ánimo positivo protege de enfermedades y malestares psico-físicos, inclusive cuando la persona está inevitablemente expuesta a ellos.

Te preguntarás qué deberías hacer para infundir humor y creatividad en tu empresa, y mejorar así tu gestión y ambiente laboral.

Para empezar, solamente tenés que elegir hacerlo. Decidir simplemente que fomentar el humor y la creatividad en tu agenda diaria, en particular en momentos de grandes disrupciones como los que vivimos actualmente, te conviene y a tu gente. Por ejemplo, en tu próxima reunión podrías comentar que decidiste incluirlos en el día a día, y nombrar los beneficios y ventajas descriptas en este artículo, para abrir el “juego”. Fijate cuál es la reacción de tu gente ante esa decisión, escuchá atentamente sus propuestas sin juzgar, y de esa forma, de a poco y en poco tiempo, todos, inclusive vos mismo/a, se habrán beneficiado con mejores interacciones y resultados creando una convivencia mucho más placentera.

Si querés que tu liderazgo se destaque por ser inspirador, te invito a tener una conversación virtual de 30 minutos donde exploraremos qué más podés implementar para incluir humor y creatividad en tu gestión. Al finalizar, tendrás mayor claridad para crear un par de acciones inmediatas.

Escribime un email a contacto@monica-arias.com, poné en el asunto: Conversación de cortesía y contame tus horarios para coordinar agendas. Abrazo! Mónica

Para optimizar tu calidad de escucha como Líder, van 6 sugerencias simples y prácticas.

Si querés crecer como líder, podés empezar chequeando lo más importante: tu calidad de oyente.  Poniendo en práctica estos 6 tips, darás el primer paso en el camino a optimizar tu nivel de escucha y mejorar así todas tus relaciones.

1 – Observá tus pensamientos sin juzgarte.

Al hacerlo, inentá “hackear” todos los que te provoquen emociones no deseadas: ira, rencor, violencia, miedo, envidia, etc. Verás que son muchos durante el día….De hecho, la ciencia comprobó que tenemos más de 65000 pensamientos diarios, muchos de los cuales nos provocan dichas emociones de manera rutinaria. También se comprobó que muchas de tus reacciones provienen de “redes de pensamientos” de este tipo, que encadenados pueden abarrotar tu mente y no dejarte escuchar con genuino interés a los demás, lo cual te hace perder oportunidades únicas de cimentar confianza. Por otro lado,  al observar los pensamientos, descubrirás que solo vos traés a la charla o interacción esas redes de pensamientos encadenados con las emociones que te provocan.

Auto-pregunta: ¿Qué pienso exactamente en este momento? Detallar.


2  – Ajustate estrictamente a los datos concretos con los que contás.

Cuando solo te atengas a los datos concretos y comprobables, verás la cantidad enorme de “filtros mentales” con los que, entre otros efectos, das por sentadas muchas cosas que pueden ser totalmente erróneas. Tu ego intentará a toda costa valerse de cualquier dato para que tu opinión / voluntad/decisión, etc sea la única que cuenta. No lo escuches. Tendemos a inventar todo tipo de inferencias acerca de nuestras experiencias con XX, o sobre ZZ, sin ser conscientes de que estamos proyectando nuestras propias conclusiones en relación a ellas. Evitá a toda costa esta proyección en tus relaciones, inclusive si los datos concretos con los que contás son reales. Reflexioná sobre lo siguiente:

Auto-pregunta: ¿Qué datos concretos NO estoy considerando para hacer valer solamente lo que yo quiero?


3 . Testeá todos tus supuestos e inferencias “verdaderas”.

Poné atención a tus suposiciones, en especial las que considerás “verdaderas”. También a tus “fuentes confiables”, y desafialas abriéndote a la posibilidad que brinda la interrogación. Sucede muy a menudo que tratamos las suposiciones como si fuesen hechos, y evitamos considerar toda prueba que demuestre nuestro error (el ego siempre quiere tener razón) porque tomamos el reconocer que nos equivocamos como una muestra de debilidad, cuando es todo lo contrario. Por eso, te sugiero pongas más atención a los momentos en que sostenés contra viento y marea tus “teorías verdaderas” y suponés que son “rotundas”, para “hackearlas”, desafiarlas con la pregunta siguiente y evitar así conclusiones apuradas y erradas.

Auto-pregunta: ¿Qué supongo y doy como verdad sobre XX (una persona, una circunstancia, etc)?


4 – Seguí el desorden “aparente” que evoca una contestación que no «te cierra».

Cuando escuches palabras o veas gestos que te alteran, refrená tu impulso de reaccionar y seguí manteniendo tu atención en el momento presente, sintiendo todo tu cuerpo en ese instante. Percibí como surgen tus emociones y cómo reacciona tu cuerpo.  Al escuchar ciertas palabras que “nos activan” para reaccionar casi de inmediato,tenemos la tendencia a traer al presente de la conversación, recuerdos y “evidencias” pasadas que creemos confirman y aprueban nuestra reacción, aunque esté infundada o sea totalmente exagerada. Pero en vez de esto, podrías considerar todo lo que desafíe esos pensamientos.

Por ejemplo: Si estás pensando que X es de tal o cual manera por lo que dijo y que “merece” una reacción de tu parte, simplemente tomá aire profundamente varias veces, continuá manteniendo tu atención en el momento y evitá la reacción inmediata. Comenzarás de a poco a reconocer tus patrones de pensamiento/recuerdos/creencias que te llevaron a querer reaccionar, y a ver a quien dijo lo que no te gustó ( y a todos los que intervengan en la conversación) experimentando al mundo e interpretando la situación de otra forma…Probablemente caigas en la cuenta de que su percepción es totalmente diferente (ni peor ni mejor) que la tuya, por lo cual, se abre la posibilidad de que tengan razón o estén en lo cierto, y vos no. De esta forma, tu escucha será más reflexiva y apreciarás el universo de cada quien, que tal vez sea totalmente distinto al tuyo. E igual de válido.

Auto-pregunta: ¿Qué evidencias contundentes NO avalan la reacción exagerada que tuve?


5 Escuchá sin resistencia.

Reconocé la forma en la que proyectás continuamente tus opiniones infundadas y distorsiones sobre los demás. Reconocé también cada vez que querés imponer tu opinión.

Tomá nota de esas veces, llevá una especie de conteo diario…Dejá ir la resistencia a abrir el diálogo, cuando la notes. Identificá las reacciones que vos mismo/a generás, por ejemplo porque querés “hacerte valer” o porque “tenés derecho por ser líder”. Son procesos del ego que podés identificar muy bien cuando observes con atención y leas lo que vas anotando. Resistí la tentación de responder o reaccionar de inmediato. Cuando sientas que estás por reaccionar, respirá hondo un par de minutos y dejá que el momento pase. Siempre que la situación lo permita, reflexioná unos minutos antes de contestar. Porque esas reacciones impiden consolidar tus vínculos.

Y por favor, NO interrumpas…queda feo…

Auto-pregunta: ¿Estoy escuchando para entender y con la intención de ayudar/apoyar/inspirar, o solo para reaccionar/ contestar/contraatacar/defenderme/acusar/menospreciar/»corregir»?


6 – Permanecé algún tiempo en silencio, aún en la vorágine diaria.

Aprendé a aquietar tu mente, estés donde estés y hagas lo que hagas. Tu respiración consciente tiene un rol vital para calmarla. Buscá videos que la enseñen y practicala cada vez que puedas. Aquietar tu mente pone “paños fríos” en tu chateo mental que parece infinito por momentos, y te permite disfrutar de un impass de silencio para equilibrar tus emociones.

Esto permite que puedas escuchar con una mente mucho más calmada y expansiva. Tu atención incrementará, tu nivel de concentración también, y tu mente permanecerá clara y tranquila.

Auto-pregunta: ¿Desde qué estado mental estoy escuchando?

Practicando estas sugerencias sencillas, estarás dando los primeros pasos hacia tu nivel óptimo de escucha, lo cual repercutirá positivamente en todas tus relaciones.

¡Hasta la próxima! Mónica.

Quinto NO negociable del paradigma en Liderazgo: Comunicar excelencia.

Virtual o presencial, tu gestión hará la diferencia.

La elección de cambio hacia una mejora en tu gestión implica en principio reconocer que no todo está funcionando como te gustaría cuando ejercés tu rol. Sin esa toma de conciencia, no hay cambio posible.

Seas Líder presencial o virtual, comunicarte con tus equipos no implica solamente informar las novedades, armar reuniones y darles directivas o delegar tareas para luego supervisar su cumplimiento. Dependiendo de la industria, sabemos que los estilos de liderazgo pueden variar, en particular en este último punto, la supervisión, y en virtud del mayor cuidado físico del personal: no es lo mismo liderar grupos en empresas de servicios o de distribución de productos que en una empresa metalúrgica o automotriz, donde se hacen necesarios controles específicos en especial en el cumplimiento de normas que atañen particularmente a la protección de los operarios.

Esto no implica que el cuidado físico de los grupos humanos se reduzca a este tipo de empresas. Todas pueden aplicar sistemas de protección que exceden la normativa vigente de contar con un servicio ART (Aseguradora de riesgos del trabajo) para cada uno de ellos.

Por eso todo estilo de liderazgo requiere la maestría en saber Comunicar, que es mucho más profunda y transformadora, porque implica la conexión emocional al interactuar, única manera de lograr la máxima calidad posible en todas tus relaciones, lo quieras o no reconocer.

Vos elegís: tenés la opción de continuar liderando desde tus patrones repetitivos de lenguaje oral y textual, tu gestualidad y comportamiento, o aprender a conectarte con un estilo de comunicación que empodera, enaltece, genera sinergia y confianza y por lo tanto eleva la calidad de todas tus relaciones, incluyendo la que mantenés con vos mismo/a.

La comunicación de excelencia no es un recurso “facilista” o “reduccionista”. Por el contrario, es disruptiva, porque replantea toda dinámica relacional rutinaria, imprimiendo una “marca”, donde el antes y el después se notan como el día y la noche.

Las ventajas de elegir mejorar tu estilo de gestión incorporando este NO negociable junto con los demás, son múltiples, y tienen efectos residuales positivos cuyos resultados podrás reconocer en la medida en que lo practiques.

Algunas de ellas son:

  • Cercanía con la realidad de cada miembro del equipo.
  • Mayor nivel de escucha con intención de ayudar/apoyar/reconocer/alentar/inspirar a los demás.
  • Apertura a permitir diálogos mucho más distendidos y productivos.
  • Cambio en la percepción del universo personal y de los demás y descubrimiento de fortalezas y debilidades «escondidas».
  • Aumento de tu capacidad creativa y la de tus equipos.
  • Enaltecer las relaciones y / o reparar vínculos reconociendo miedos personales y grupales

Es vital hacer hincapié en que no es simplemente aplicando y practicando de forma sostnida los 7 NO negociables del nuevo paradigma en liderazgo como lograrás convertirte en esa persona cuya forma de interactuar sea inspiradora y magnética.

Muchos deberían iniciar un proceso de terapia para devanar algunos de sus ovillos inconscientes arraigados y que no los benefician ni a sus equipos. Es el caso de muchos líderes – en las empresas abundan… – que tienen comportamientos narcisistas o psicopáticos, donde la violencia explícita e implícita es su modus operandi y disfrutan tanto mintiendo, como desprestigiando, acosando y/o menoscabando a los demás, es decir, maltratándolos.

Sin embargo, cambiar tu manera de comunicarte incorporando lenguaje, textualidad y gestos que denoten excelencia es el comienzo hacia la mejora en cualquier dinámica relacional, ya que su efecto es replicador y “en cascada”, tal como el efecto dominó. Una vez que se empieza a practicar, se notan las diferencias en la energía compartida y ya no se desea volver al estado anterior.

Te obsequio tres ejemplos desde el lenguaje y la gestualidad que te ayudarán a incorporar comunicación de excelencia.

Comunicación mediocre y rutinaria (reprende y menoscaba)Comunicación de Excelencia: es disruptiva, dinámica, enaltece y empodera.
  “Necesito que (me) entregues el trabajo urgente”  

Tono de voz: alta.
Gestualidad: ceño fruncido, ademanes que denotan exigencia y negatividad.
Mirada y actitud amenazantes.
  “¿Cómo vas con el trabajo? ¿Creés que podrías entregarlo mañana? La verdad que lo necesito lo antes posible. Contá conmigo si necesitás ayuda para terminarlo, sí?”  

Tono de voz: medio (audible pero no alto) Gestualidad: mirada tranquila y directa a los ojos en señal de genuino interés  por conocer la respuesta a la pregunta planteada. Ademanes que denotan real compromiso en ayudar si es necesario. Actitud positiva hacia el/la empleado/a aunque firme en relación a la urgencia.
  ¿Tenés idea de la magnitud de lo que acaba de pasar? ¿Cómo pudiste haber perdido esa venta /cliente que le reporta ingresos importantísimos a la empresa? ¡Es increíble!

Tono de voz: muy alto.
Gestualidad: ceño fruncido, verborragia expresada en movimientos exagerados de la cabeza, ojos vueltos hacia arriba en señal de no poder creer lo que sucede, brazos denotando enojo y reproche.
Mirada penetrante y displicente. Actitud amenazante y violenta.
  “Me enteré de que no lograste cerrar la venta a X…Bueno, como te podrás imaginar, esto repercutirá en los números de la empresa y en las exigencias que se avecinan.., Te confieso me sentí desilusionado/a al enterarme, esperaba que sí lo hubieras podido lograr, porque tenés capacidad y experiencia de sobra. Sin embargo, soy consciente de que muchas veces “al mejor cazador se le escapa la liebre..Por eso, en vez de empezar a “darte con un caño y auto-castigarte”, me parece un buen momento para que reflexiones y exploremos juntos qué puedo hacer para que esto sea solo una historia del pasado a partir de ahora”.  

Tono de voz: sereno, cálido y firme a la vez.
Gestualidad: gestos de cercanía y genuina preocupación.
Mirada de frente y a los ojos, denotando desilusión sin menoscabar.
Trato amable y respetuoso.
Actitud humilde que denota responsabilidad y apoyo.  

«Parece que no fui claro/a cuando expliqué que tu manera de ser/ comportamiento/desenvolvimiento no está permitido en esta empresa. ¿En qué estabas pensando cuando hiciste X?  

Tono de voz: alto.
Gestualidad: ceño fruncido, verborragia de menosprecio, expresada en movimientos exagerados de la cabeza, ojos vueltos hacia arriba en señal de no poder creer lo que sucede, brazos denotando enojo y reproche. Mirada penetrante y displicente.
Actitud amenazante y violenta.
«En X situación (definir contexto con claridad) me llamó la atención que tu accionar no estuvo a la altura de quien demostraste ser hasta hoy.. ¿Hay algún problema que estés atravesando en tu vida personal que haya detonado este comportamiento? Si es así ¿Puedo serte útil en algo?” (escuche sin responder)   Si no es así, “Sé que de aquí en más tomarás recaudos para no repetirlo, ya que las normas de la empresa claramente no apoyan ese comportamiento. Asi que te desafío a que de ahora en más las cumplas para bien de todos”.  

Tono de voz, gestualidad y actitud IDEM que el ejemplo anterior (arriba).

Te invito a una conversación virtual gratuita de 30 minutos vía zoom, Google meet o whatsapp donde exploraremos cuáles son tus inquietudes actuales y qué te gustaría lograr en 2021 con tus equipos. Al finalizar, tendrás mayor claridad en reconocer e implementar las primeras acciones inmediatas de acuerdo a lo que surja en la charla.

Escribime un email a contacto@monica-arias.com, poné en el asunto: Conversación de cortesía y contame tus horarios para coordinar agendas.

Y como siempre, si te gustó este artículo, te invito a compartirlo con tus colegas, amigos y quienes pienses podrían beneficiarse al leerlo.

¡Excelente semana! Mónica

Para liderar con autoridad natural y eficacia, va el cuarto NO negociable del paradigma actual de liderazgo.

La titánica tarea de liderar hoy sin tener idea del funcionamiento del cerebro y la mente, equivale a recorrer un laberinto sin salida con pasaje de ida al fracaso garantizado de tu gestión. La ciencia ha demostrado que cuando pensamos, creamos, porque los pensamientos gestan emociones y desde ahí, nos comunicamos, nos movemos, decidimos, actuamos, en síntesis, lideramos, tanto a nosotros mismos como a los demás.

Cada día elaboramos aproximadamente 70 mil pensamientos, muchos de los cuales son repetitivos (consciente o inconscientemente) y se basan en lo que ayer pensábamos, es decir, en el pasado. Rara vez hacemos el esfuerzo de «crear» pensamientos y solo somos capaces de observarlos cuando “los detectamos claramente”. Al hacerlo, descubrimos que la mayoría son restrictivos, egoicos, prejuiciosos, negativos, y en general, nos llevan a armar juicios sobre nosotros y los demás que pueden ser totalmente infundados.

¿Por qué es importante reconocer la mayor cantidad de pensamientos que surgen? Porque es la calidad de lo que pensamos lo que determina, en gran medida, cómo nos comportamos, y a su vez, el comportamiento o forma de ser que repitamos le ganará siempre la partida a nuestras mejores intenciones de lograr una gestión transformadora, inclusiva y efectiva.

El cerebro cumple la función de preservar la supervivencia, y es por ese motivo que la mayoría de los pensamientos que tenemos NO son expansivos, ni alegres o alineados con altos valores humanos. Hay que hacer un esfuerzo consciente diario para revisarlos y no permitir que se conviertan en la causa de un círculo vicioso que perpetúa relaciones humanas sin confianza ni genuina comunicación.

La mente – que nadie sabe a ciencia cierta qué es, ni cómo y porqué forma pensamientos – nos juega malas pasadas cuando no sabemos cómo desviar la atención, desde lo que no nos sirve más aunque nos resulte familiar, hacia lo desconocido, que contiene la “semilla” de nuevas y mejores posibilidades. En efecto, la parte ancestral del cerebro, o “complejo reptiliano-emocional” se encarga de que permanezcamos en nuestra zona de confort, aún cuando no es lo que más nos conviene, nos sirve o nos beneficia.

Es mediante funciones del neocórtex – parte más desarrollada del cerebro – y en particular de los lóbulos pre-frontales (ver dibujo), que logramos la  reflexión y observación neutral de lo que estamos pensando, de cómo nos sentimos y de qué elecciones conscientes hacemos al pensar, sentir, hablar, gesticular y actuar.

El cerebro tiene dos hemisferios, izquierdo y derecho, unidos por una parte llamada “cuerpo calloso”. Ambos tienen funciones diferentes (ver figura). El izquierdo es la sede del lenguaje, la lógica, la planificación y las funciones ejecutivas, entre otras. Y el derecho lo es del mundo del color, la imaginación, la intuición y la creatividad. Hoy la ciencia con ayuda de la tecnología ha podido constatar que a pesar de estas funciones aparentemente “contradictorias”, nuestros cerebros funcionan de manera “holística”, es decir, integrando las funciones de ambos hemisferios y “borrando” las hasta ahora marcadas diferencias entre sus funciones.

Cuando inicies un cambio que implique el esfuerzo de prestar atención a tus pensamientos, como por ejemplo, crecer como líder y gestionar con autoridad natural, habrá resistencias. No te asustes ni permitas que “el chateo” mental te absorba y focalice tu mente donde no debe estar. Centrate en buscar la forma de pensar, decir o hacer algo de manera diferente y mejor.

Por otro lado, tu energía inside-out (aquella que se gesta interiormente e irradiás al exterior) debe permanecer equilibrada para que tu mundo emocional deje de “traicionarte” y se estabilice, brindándote mayor claridad para refocalizar tu mente hacia el momento presente y los objetivos que quieras alcanzar cada vez que sea necesario, sin jugarte ni juzgar. Regular tu energía implica también un compromiso que asumís con tu propio bienestar y el de quienes están a tu cargo.

Los líderes que se atreven a auto-liderarse y practicar valores humanos universales en su gestión, que se compromenten a ser más transparentes, humildes, vulnerables, y que conocen cómo funcionan básicamente el cerebro y la mente, además de lograr equilibrio emocional podrán desarrollar habilidades “blandas” o “soft-skills” mucho más acordes a las necesidades que todas las generaciones que conviven hoy en los ambientes laborales están demandando a gritos.

¿Querés chequear gratis si estás o no liderando hacia tu crecimiento sostenido, el de tu gente y tus resultados?

En una conversación virtual de 30 minutos vía zoom, Google meet o whatsapp exploraremos cuáles son tus inquietudes actuales y qué te gustaría lograr este año. Al finalizar, tendrás mayor claridad en reconocer e implementar las primeras acciones inmediatas de acuerdo a lo que surja en la charla.

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Y como siempre, si te gustó este artículo, te invito a compartirlo con tus colegas, amigos y quienes pienses podrían beneficiarse al leerlo.

Que tu semana sea buenísima! Mónica