Yo procrastino, tu procrastinas, él/ella procrastina…

Todos procrastinamos, unos más, otros menos. Y qué significa procrastinar? Es tomar la decisión de dejar pendiente “para mañana”, “más tarde”, “luego”, “después”, etc aquello que debemos hacer ahora mismo. Sí te está sucediendo, este artículo es para Vos.

Los orígenes de postergar las acciones importantes que nos brindarán: mayor bienestar, mejores relaciones o nos acercarán a concretar más negocios, son muy variados.

Algunos son psicológicos: la mente se “embota” o “enfrasca” en un auto-discurso difícil de reconocer como resistencia. Y resistir significa poner excusas desde el razonamiento lógico para no hacer lo que debemos. Esto te atañe especialmente si sos emprendedor/a…no es así?

El problema del origen psicológico de procrastinar es que no nos permite reconocer que cuando DECIDIMOS CREER que tenemos todo el tiempo del mundo para hacer lo que debemos, nos estamos engañando a nosotros mismos. No hay mejor tiempo que el presente, el momento actual, HOY. Porque no hay manera de hacer nada en el pasado y tampoco poner un pie en el futuro porque estas dos dimensiones del tiempo no son reales. El futuro es el presente que pensamos ayer. Recordemos, además, que el tiempo es el único recurso NO renovable con el que contamos. Todos los demás, de alguna forma y en general, se recuperan, menos el tiempo.

Otro origen de procrastinar es a la gran cantidad de cosas que nos impusimos hacer o lograr en un tiempo determinado: lo que se llama sentimiento de parálisis o terror de no poder hacer toda “esa cantidad de cosas pendientes” y por lo tanto, no sabemos por donde empezar, y procrastinamos

Por ejemplo: llenamos la agenda del calendario diario con múltiples actividades, algunas referidas al trabajo y otras no: llamar a X prospectos, ir a un evento de networking, crear contenidos de valor para postear en las redes, generar nuevas ofertas de nuestros productos o servicios, ir a hacer ese trámite engorroso que postergamos, visitar al médico para el chequeo rutinario, hacer compras, etc.

Y por supuesto, un lugar privilegiado para procrastinar es la excusa del perfeccionismo. Pretendemos que si “no tenemos todo en orden», perfectamente controlado, por millonésima vez chequeado y reformado, etc, no podemos hacer lo que debemos, simplemente porque no se “ajusta” al ideal de perfección que le imponemos a todas nuestras acciones. La buena noticia es que la perfección no existe. Por lo tanto, procrastinar esperando que absolutamente todo sea perfecto, es también una ilusión. Es una mentira que nos contamos a nosotros mismos. Mentira que hace que perdamos tiempo.

Si bien establecer metas diarias, semanales y mensuales es sano para nuestro progreso, también lo es ponernos límites a nosotros mismos y establecer con claridad y criterio de sentido común lo que NO es posible que realicemos, porque…a ver….a menos que tengamos un “ejército” de personas a cargo – felicitaciones si es tu caso! – no podemos desdoblarnos y estar en varios lugares a la vez….(por ahora, diría un físico cuántico….)

Entonces, la receta para vencer la procrastinación es simple: Mirá tu agenda diaria y establecé cuáles son las mejores acciones a tomar para tu crecimiento o bienestar y cuáles te podés permitir no cumplir y realmente dejar para otro momento. Se trata de que te organices de forma tal que las tareas sobre tu negocio no se mezclen con las que no lo son en el mismo tiempo-espacio.

Ese es un buen comienzo para que tu mente se focalice en lo que realmente es importante para tu crecimiento como emprendedor/a. Si sos mujer y tenés un negocio pequeño, seguramente te vas a ver identificada con este mapa de la procrastinación…a todas nos ha pasado en algún momento!!!

Otra sugerencia es focalizarte en realizar UNA TAREA POR VEZ. Te sorprenderás de la productividad que podés lograr cuando tu mente se propone trabajar en un solo trabajo por vez. Podés inclusive poner una alarma con los minutos aproximados que considerás te podría llevar esa tarea. Si suena antes de terminarla, no hay problema. Ponés la alarma unos minutos más y listo. Si terminás antes de que suene la alarma, date permiso y gritá: Qué GENIO/A!!! Le gané a la alarma!!! Ya te estoy escuchando decir: «pero eso es medio ridículo». No, en realidad no es medio ridículo, sino MUY ridículo. Y por eso, te vas a sentir genial. Haceme caso, probalo

Por último, te sugiero lo siguiente: perdónate y no seas cruel con vos mismo/a si no llegaste a cumplir todas tus metas semanales. Y definitivamente, celebrá aquellas que sí hayas logrado, poniendo el foco en ellas, y reconociendo el esfuerzo, entusiasmo y perseverancia que les dedicaste.

Da las Gracias por cada bendición con la que contás. Y recordá que todas tus actividades conforman un camino que elegiste iniciar tal vez hace mucho tiempo. Es la actitud con la que elijas transitarlo – no las metas cumplidas o líneas de llegada – lo que hará toda la diferencia para tu crecimiento y evolución.

Si precisás ayuda para identificar áreas de tu negocio que precisan de tu máxima atención, o si querés dejar de procrastinar, escribime a contacto@monicaarias.com.ar o llamame al 155-937-3158 y te enseñaré estrategias simples para “destrabarte” y continuar creciendo.

Que tengas una linda, divertida y productiva vida! Mónica Arias.