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El bienestar laboral como indicador de éxito en cualquier organización.

Existe una tendencia e interés en aumento de parte de las organizaciones y empresas globales en invertir en entrenamientos y acciones que generen bienestar laboral y mayor valor en las relaciones dentro y fuera del tejido social que las componen. Estamos en la era digital, y es natural que comiencen equipándose con los adelantos que les sirven para lograr, en especial, sus metas económicas. Sin embargo, muchos líderes comenzaron a darse cuenta del error que supone pensar – y actuar – como si esto último fuese lo más importante para lograr dichos objetivos.

Este error se observa en las encuestas e informes de las Consultoras más importantes del mundo,  y les está cobrando tiempo, dinero, recursos, renuncias masivas de empleados, sinsabores, altos índices de stress (síndrome burnout)  y continuos dolores de cabeza, tanto a los altos ejecutivos como a los dueños de empresas que no tomaron en cuenta el factor humano al “aggiornarse”.

Este no es un problema menor. Porque invertir en tecnología para vincular clientes internos y externos es magnífico, siempre y cuando la Cultura de la organización o empresa que instaure este cambio esté en sintonía, es decir, sea coherente con el desplegar de dicho cambio y sus miembros la nutran apoyando a sus líderes.

Si las personas no la pasan bien en sus trabajos, si no son escuchadas, o se sienten simples “medios” para un fin que además no es propio…Si reciben maltratos de cualquier tipo (la violencia tiene muchos estadíos, por ejemplo, la desconsideración y el ignorar o “ningunear” a uno o varios miembros del equipo son solo dos ejemplos) se desprende que la Cultura en la que trabajan no es favorable, ni para ellos ni para lograr los resultados que la alta gerencia se haya propuesto.

La Neurociencia confirmó hace más de una década que es vital para las personas percibir valor en sus ambientes laborales y sentir un estado de bienestar donde la alegría compartida no sea señalada como comportamiento “extraño” o “para corregir”. Sin embargo, en la realidad esto dista mucho de ser una constante: las empresas siguen padeciendo de “seriedad serial”, fruto de paradigmas obsoletos en materia de Management, y todavía se resisten a moverse hacia un mayor bienestar.

¿Qué sucede? ¿Por qué no se priorizan, además de los avances tecnológicos, las prácticas humanas que valoren y conecten emocionalmente a las personas en el trabajo, como por ejemplo el diálogo, la inclusión, la instauración del humor y otros tantas prácticas que brindan enormes beneficios a la mente, cuerpo y alma tal como la ciencia lo sostiene desde hace años?

Las respuestas que se escuchan no convencen a nadie. Van desde: “Invertir en “soft-skills” (conocimientos mal llamados “blandos”) es poner dinero en lo que no se ve ni puede medirse” (lo cual es es falso), hasta “no podemos darnos el lujo de hacer grandes cambios en este momento”.

Bueno, esta última respuesta agranda el problema como una bola de nieve que rueda libre por la ladera de una montaña. Porque si no “es el momento” quizá sea porque no estás alcanzando los resultados que te propusiste. Y si esto es así, tu Cultura organizacional tiene grietas comunicacionales muy serias. Mejor reconocer esta verdad más temprano, para ponerte a trabajar en lo que la trasmutará positivamente, para bien de todos y también en virtud de alcanzar resultados de excelencia (que exceden las metas económicas).

También hay quienes se aventuraron a iniciar un cambio cultural, pero no tuvieron la constancia suficiente para solidificarlo: sus líderes continuaron aferrados a viejos estilos de gestión, lo cual derivó en una vuelta hacia atrás que trajo más dudas que certezas sobre las acciones necesarias para lograr ese cambio.

Por otro lado, las empresas y organizaciones en general exigen resultados inmediatos, cambios drásticos positivos, cuando por años se aferraron a culturas incoherentes, no alineadas con la Visión que ostentan en sus campañas de marketing, y por lo tanto no están en condiciones de exigir milagros. La realidad es que solo podrán verificar con claridad los resultados positivos si están dispuestas a transitar el proceso del cambio y sostener la nueva cultura que surja contra viento y marea, y por qué no decirlo, contra sus propias profecías. Este problema “in crescendo” depende solo de una cosa: la toma de consciencia real de su existencia de parte de los ejecutivos, líderes, y toda persona que tiene otras a su cargo, en cualquier empresa u organización.

Las siguientes sugerencias apuntalan el comienzo del cambio que tu Cultura probablemente necesite para promover mayor bienestar, alegría y confianza en tu trabajo:

1 – Decidí contratar ayuda externa ya mismo.

Se trate de una persona o un equipo que te aporte miradas diferentes a las tuyas sobre lo que esté pasando dentro de tu organización, y pueda ayudarte a identificar grietas y dificultades en la comunicación que no ayudan a mantener un buen clima entre tu gente.

2 – Hacé todo lo posible por acercarte con interés a cada uno de tus empleados:

¿Sabés qué les sucede, puertas afuera de la empresa?

¿Conocés sus valores, deseos, anhelos, ambiciones?

¿Tenés idea de cómo está conformado su entorno familiar?

¿Cuánto hace que no enviás un reconocimiento grupal (o personal) por una labor bien hecha?

¿Sos consciente de que todo problema humano tiene raigambre emocional y puede solucionarse si estás dispuesto a indagar en ese mundo?

3 – Cambiá tu mentalidad actual, y elegí poner en primer plano tu poder de escucha intencional:

Cuando escuches con intención de entender y aprender de tus equipos, estarás forjando mayor confianza de parte de ellos. Porque a nadie le gusta ser ignorado, y mucho menos notar que “lo escuchan pero no están presentes” al hacerlo.

La escucha intencional se logra cuando se tiene consciencia de que al interactuar con otros, el foco, es decir, toda la atención, se debe poner en los demás, ellos son los que saben más que nadie sobre ellos mismos, y están dispuestos a enseñarte si los escuchás atentamente y con humildad.

La alegría en el trabajo es un motor de satisfacción, motivación compartida y productividad personal y grupal sostenidas. Genera ambientes laborales más livianos y menos asfixiantes. Produce conexión emocional directa y alienta la motivación personal y grupal de forma natural y simple.

Ponela en práctica, será un antes y un después en tus resultados.

Si precisás cambiar tu Cultura Organizacional y no sabés por donde empezar, escribime a contacto@monica-arias.com y coordinamos una conversación vía zoom para conocerte y explorar si puedo serte de ayuda.

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Las mías son:

Ranking Millennials – Great Place to Work Argentina

Un/a verdadero/a Líder no crea separación. Un/a verdadero/a Líder une a su gente.

Comparto hoy este informe sumamente interesante que preparó la gente de Great Place to Work Argentina sobre la generación Millennials (año 2021) en virtud de acercar cada vez más a las empresas con el conocimiento y entendimiento necesarios para comenzar a mejorar diariamente su diálogo, cultura organizacional y gestión de liderazgo.

El diálogo y la escucha intencional fomentan ambientes laborales exitosos

Dialogar (que no es hacer tormenta de ideas) y escuchar con intención – actitud que precede y comanda todo diálogo – permite la práctica de conversaciones que destraban miedos, confusión y chateos tóxicos mentales, y por ende habilitan el avance de los proyectos sin cargas emocionales innecesarias.  Conversar eligiendo un lenguaje expansivo (con palabras y actitudes elegidas ex profeso, en particular por los líderes), y aprender a escuchar sin juzgar, es la receta clave para co-crear un ambiente laboral de confianza mutua y crecimiento sostenido, sea tu ámbito presencial, virtual o mixto (híbrido).

Estamos comprobando en carne propia lo que la Neurociencia constató hace más de una década: es indudable que la calidad del ambiente laboral depende de la calidad de las relaciones entre los miembros de la empresa, que a su vez depende de la calidad y tono emocional de sus conversaciones, personales o tecnológicas, virtuales o presenciales.

Se desprende entonces que, como Líder, el éxito de tu gestión – sea presencial, virtual o híbrida (mix entre ambas) – dependerá a su vez de la forma en que logres comunicarte con tu gente. Por eso, el cambio de mentalidad más importante que todo líder puede tener es darse cuenta de que tiene el poder de crear el espacio que habilite conversaciones creativas, expansivas, (no confundir con brainstorming) que generen mayor entusiasmo y reduzcan o eliminen el miedo, la apatía o la procrastinación de sus empleados.

Generar una “química sustentable” que amalgame a todos bajo el mismo “paraguas” de crecimiento y colaboración es la “nueva normalidad” instaurada durante la pandemia, que regirá el período post-pandemia según las Consultoras Gallup International, Deloitte y otras. Esto no es utópico, es posible focalizarse y / o generar las emociones de entusiasmo, compromiso y alegría dentro del trabajo, con la actitud adecuada y poniendo en práctica pasos simples que requieren la práctica sostenida en el tiempo y el compromiso de los tomadores de decisión.

Este es el diferenciador del siglo, porque incide directamente en la calidad de los resultados que planifiques lograr.

Van dos sugerencias que te ayudarán a mejorar tu clima laboral:

  1. Sé consciente de cómo iniciás tus conversaciones y del tono y contenido emocional que compartís 

Por ejemplo: el enojo o la bronca, hablar en voz quebrada, dudosa, dirigirse a tu personal con palabras o gestos de agresión o de disgusto por algún error que hicieron, etc «CIERRA» automáticamente al cerebro, lo paraliza, lo cual disminuye notablemente la plena atención y la escucha intencional, perjudicando las interacciones.

Intentá siempre elegir el estado emocional que contribuya más a tu expansión y la de tu equipo: iniciá tus mensajes con la mejor predisposición, aún si es muy difícil la conversación que debas mantener. Tené siempre en mente que tu intención es la de acompañar, de servir con alegría, de invocar al diálogo. Todos estos estímulos – y muchos otros que ponen el foco en la participación y colaboración – «ABREN» al cerebro, lo preparan para la creatividad, porque bajan notablemente el nivel de ansiedad y miedos que puedan estar perturbando a las personas.

Si el cerebro se «cierra», estarás caminando “sobre cáscaras de huevo” y en un laberinto sin salida: siempre vas a volver al mismo lugar – tal vez te haya sucedido por años – y no habrá cambio posible porque así estás “programado”.

Si en cambio, está en un canal «abierto» – tu mente estará relajada, y tendrás más posibilidades de elevar la calidad de tu comunicación, dado que los estados emocionales expansivos te habilitan para que puedas escuchar/comprobar/poner en práctica/explorar muchas más  opciones/posibilidades/alternativas sobre cómo cambiar una situación dada no deseada, lo cual, inevitablemente, enriquecerá tus relaciones.

La idea entonces es OBSERVAR sin juzgar qué tipo de mensaje estás enviando y cómo lo estás haciendo, cada vez que inicies una conversación, des una pauta, informes sobre nuevas iniciativas, un cambio, etc. Cuando sos consciente de la manera en que comunicás, podés elegir cambiarla si no te favorece. Podrás así co-crear una cultura que permita que los demás interactúen sin tanto miedo y compartan perspectivas, emociones, sentimientos y aspiraciones, lo cual hará que tu gente crezca – o quiera crecer en principio – y aprenda que el cambio, aunque genere miedos, no es el fin, sino el comienzo y continuación del crecimiento, que dicho sea de paso, nunca tiene fin. De hecho, y paradójicamente como lo dijo Heráclito hace siglos: LO ÚNICO CONSTANTE ES EL CAMBIO.

  • 2 Recordá la regla de Oro: Toda conversación, sin importar el grado de importancia del tema que se trate, estimula en los demás reacciones emocionales, de diversa índole e intensidad.

    En efecto, las conversaciones conllevan SIGNIFICADOS – y estos significados están entrelazados y activados mucho más en QUIEN ESCUCHA (tu equipo) que en QUIEN HABLA (Vos).

    Por eso, las palabras que elijas pueden causar que las personas se inspiren y refuercen un lazo de confianza con mayor intensidad, lo cual puede medirse fácilmente si sabés que para tu gente trabajar en tu empresa es como pertenecer a una familia… Cuando te des cuenta de esto, inmediatamente te surgirán las palabras, frases y actitudes que facilitarán tu conexión emocional con los demás.
    Sin embargo, tu forma elegida de dirigirte a ellos puede también desintegrar la confianza en un instante, haciendo que estén a la defensiva, critiquen permanentemente tu estilo de liderar y te consideren  – y a su juicio, te soporten –  solamente porque sos “EL/LA JEFE/A» .
    De ahí la importancia de lograr una comunicación clara, explícita, pero también con emocionalidad, serena, para que haya un equilibrio entre las responsabilidades a realizar y el estado emocional de todos los involucrados, incluyéndote.

Van 4 Preguntas Poderosas para interactuar con el equipo y generar diálogos:

  • Como no soy experto/a en el tema…quisiera que compartas/compartan… ¿qué pensás /piensan vos/ Ustedes sobre mi opinión?
  • ¿Qué otras posibilidades /alternativas pensás /piensan que podríamos crear?
  • Me gustaría pensar en grande sobre esto. ¿Cuál/es sería/n tu/s mayor/es aspiración/es – contribución/es para el proyecto?
  • Les cuento: estos son nuestros desafíos actuales. …¿Qué ideas/sugerencias tienen /se les ocurre aportar sobre cómo enfrentarlos y atravesarlos? Pensemos un minuto y luego me encantaría escucharlos e interactuar entre todos.

    Tu mente se abrirá ni bien comprendas la conexión íntima entre el ESTILO DE COMUNICACIÓN que elijas Y LA SALUD (psico-física) que compruebes al aplicarlo. De esa forma estarás habilitado/a para lograr que tu ambiente laboral sea más sano, con rituales de conversación que progresivamente generen emociones positivas e instauren alegría, autogestión responsable, humor y co-creación sostenida y sustentable.

Espero este artículo te haya sido de utilidad. Si es así, te pido le des un Like y lo compartas con quienes creas puedan necesitar leerlo.

Si te interesa comunicarte mejor con tus equipos y lograr un ambiente de auto-gestión responsable, escribime a: contacto@monica-arias.com y con gusto agendamos un encuentro.

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Comunicar es crear mundos…¿Qué mundo estás creando en tu empresa?

Hoy hablamos de pre y post pandemia y de trabajos “híbridos” (parcialmente online y presenciales) como parte de la “innovación” laboral que se cierne en las empresas. Y es cierto, el mundo cambió y hay que adaptarse. Pero más allá de conocer parte de los impactos que produjo la pandemia y aplicar herramientas para navegar mejor los cambios, lo más importante es darnos cuenta de lo mucho que todavía es preciso renovar, cambiar, mejorar en cualquier cultura organizacional, es decir, en nuestra dinámica relacional.

Comunicar es crear. Por eso, la respuesta más auténtica que des a la pregunta que figura en el título te dará la pauta del siguiente cambio que vos y/o tu empresa necesitan afrontar, aún con miedos, incertidumbres y dudas, “tomando el toro por las astas” y poniéndose en marcha. Todos los seres humanos podemos y queremos crecer, aunque no lo reconozcamos. Y siendo seres sociales, precisamos de los demás para lograr ese crecimiento y también necesitamos ser guiados por líderes amables, que nos conozcan y aprecien. Que no se cansen de escucharnos y nos apoyen en cada etapa del proceso de cambio que sea preciso encarar. En síntesis: en el fondo anhelamos pertenecer, y sentir al mismo tiempo que somos únicos: ese es el gran desafío de la comunicación inclusiva y de los líderes que estén dispuestos a practicarla.

Algunos “gurúes” dan consejos y sugerencias como si ya hubiésemos aprendido – y dominado – las enseñanzas del virus que sigue haciendo de las suyas. Por ejemplo, la mayoría de estas sugerencias apuntan a mejorar los medios tecnológicos que se usan en las empresas, a saber: cómo “seducir” a un cliente vendiendo sin vender; a dominar la “interacción productiva” en redes sociales y lograr más “likes” o “seguidores”; a “estar a la vanguardia” de los nuevos “espejitos de colores” – la mayoría tecno – que salen de la galera de la noche a la mañana, etc.

Sin embargo, y a pesar del zarandeo que nos perpetró la reclusión y sus innegables efectos colaterales, aún la mayoría de las empresas no parece darse cuenta de la imperiosa necesidad de transformar su cultura, de los niveles de alto stress que padecen sus empleados, ni de los problemas graves en comunicación que todos los integrantes de su organización padecen – comenzando por los líderes – que se agravaron sin ninguna duda con el coletazo que dio el dragón Covid-19.

A continuación, en una simple mirada verás solo algunas de las causas de los desajustes relacionales en las empresas, y también algunas vías de posible solución.

Verna Meyers, VP Inclusion Strategy de Netflix, asevera: “La comunicación es fácil…siempre que te estés hablando a vos mismo/a”.

Gran verdad. Porque cuando comunicar involucra hablar con los demás, el asunto puede resultar muy complejo – en especial para quienes desean ser comunicadores especializados en espacios y culturas que promueven la inclusión. Además, el proceso comunicacional se gesta y perfecciona, como todo arte, a medida que se practica, si es posible diariamente.

Van seis sugerencias para poner en práctica ya mismo, que te pueden ayudar a mantener un flujo de comunicación genuina e inclusiva en tu trabajo.

Convertirse en un/a comunicador/a inclusivo/a NO es un proceso libre de errores.
La perfección no es sinónimo de conexión. Y mucho menos de excelencia. Si estás creando una atmósfera inclusiva, también estás en el camino de sentir y aprender a regular tus emociones, demostrando cuando es necesario, también tu vulnerabilidad. Es el camino de vivir en carne propia un posible papelón, un error, etc. Y es permitirte y permitir las equivocaciones para seguir creciendo. No es tarea sencilla, sin embargo, este sendero está lleno de oportunidades y afianzará tus relaciones, brindándote una perspectiva expansiva e inclusiva cada vez mayor.

No asumas absolutamente nada.
Tratá a las personas como lo que son: personas. Increíble que haya que dejarlo por escrito, pero hoy más que nunca es más que una necesidad, es una obligación. Es preciso que sepas que cada quien puede pertenecer a grupos con los que comparten identidad, gustos, pensamientos, cultura, desafíos, etc. que no necesariamente coincidan con los tuyos, o tal vez que no tengan absolutamente nada que ver con tu visión del mundo, experiencia, forma de pensar, etc.  No asumas que cada persona es una representación o estereotipo de un grupo que “encaja” en tu cuadro mental de creencias. Sé un/a oyente empático/a, esa es la clave.

Dejá de aparentar que te las sabés todas.
Ay Dios, este es un mal para el que parece no haber cura en las empresas…La realidad y cientos de estudios de famosas universidades indican que uno de los conocimientos que  más favorece la inclusividad es asumir que NO lo sabés todo. Decir : “No sé” encierra en sí mismo un enorme poder. Permanecer humilde y considerado con todos implica ser transparente con vos mismo/a en primer lugar: saber dónde están tus propios puntos ciegos y trabajar en vos para iluminarlos es el primer paso.

Pedí disculpas cuando cometas errores: Siempre. No dejes pasar oportunidad de demostrar tu equivocación. Practicá dejar de usar tus errores como excusas para suspender lo que vos mismo/a hayas establecido o dispuesto llevar a cabo o cambiar

Pequeños grandes gestos: Hay movidas que parecen demasiado simples para ser consideradas valiosas en una cultura laboral. Sin embargo, su poder radica en ponerlas en práctica. De esa forma se tornan en gestos invaluables. Por ejemplo: Decí “hola” sonriendo, y “gracias” tan a menudo como sea posible, en especial a la gente que no está por encima de tu rango. Aprendé los nombres de las personas y memorizalos. Trabajar sobre estos puntos sienta las bases para hacer la diferencia en tu gestión.

Aprendé a hacer preguntas abiertas sin juicios y con más cortesía, que inciten a participar y erradiquen miedos infundados:
Ejemplos:

¿Qué opinás sobre esta situación/ sobre lo que pasó, etc? –
¿Cómo podríamos hacer esto de forma diferente la próxima vez para obtener mejores resultados?
¿Cuál es la enseñanza más valiosa que te/nos dejó esta experiencia?

Compartí con tu personal información sobre cómo acceder a recursos valiosos. Esa es la única forma en que podés estar seguro/a de que tus prejuicios no están corrompiendo tus decisiones en la dinámica diaria de tu gestión.

La comunicación inclusiva se trata de ir desde los deseos y la buena intención de los líderes de cambiar las cosas que ya no sirven, hasta lograr concretar las buenas acciones y procesos que efectivamente cambiarán esas cosas. Pero todos, empezando por la persona con mayor jerarquía, hasta el empleado más raso, deben «subirse al bote». Esa es la razón por la que debés chequear diariamente qué mundo estás creando en tu empresa.

De otra forma, las organizaciones se «maquillarán» con los trainings del momento, para luego volver a viejos esquemas de trabajo y paradigmas que ya no es posible sostener a la luz, no solo del «nuevo mundo» que implantó la pandemia, sino de lo que las fuerzas laborales están reclamando desde hace más de una década: espacios inclusivos, diversos, alegres, regidos por valores humanos, y líderes comprometidos a encarnar ese reclamo.

Si querés gestar una cultura organizacional realmente inclusiva y diversa, sin estereotipos, necesitás anclar estos procesos con altos valores humanos y conversaciones transformacionales, donde como siempre hago hincapié, el/la primero/a en dar el ejemplo como Líder tenés que ser Vos..

¿Estás listo/a?





Agradecer no es solo signo de tu educación, es la premisa sin la cual te será muy difícil liderar en la era de las emociones.

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¿Cuánto tiempo pasará hasta que por fin reconozcas que el éxito como líder no depende de tu «técnica» o tu formación, sino en cómo lográs relacionarte con tus equipos? Una de las mejores formas de incrementar tu influencia es aprender a expresarle a cada persona tu genuina gratitud. El primer paso es ser honesto/a con Vos Mismo/a: Sos capaz de sentir y expresar verdadera gratitud? Para experimentarla no hay secretos. Simplemente se logra a través de un proceso inicial de aceptación sobre lo que definitivamente es necesario que cambies en tu gestión, y con humildad, des los pasos necesarios para transformarla.

Hablemos de gratitud. El sentirse agradecido/a no es una elección simple. Solemos sentirnos torpes de tan solo pensar en cómo demostrar gratitud. Sin embargo, es sumamente necesario aprender a practicarla. Es uno de los sentimientos más sublimes, porque en su raíz yacen valores éticos y un profundo reconocimiento del cambio inminente que es preciso hacer. Es transformar la mirada y el paradigma: salirnos de nosotros mismos y empezar a observar con humildad qué es lo que ocurre en nuestras relaciones y cuánto hay de nuestra parte para que así sea.

Es decir, la gratitud es como un «grabado en piedra» interior que nos obliga a dejar de lado una concepción egocéntrica de la vida en general, y de la gestión de liderazgo, en particular. Empezamos a darnos cuenta de que es mucho más reconfortante servir, escuchar y ayudar, que exigir y obligar.

Pin de Lin Je Agui en Gratitud | Imagenes de agradecimiento, Frases de  agradecimiento, Gratitud

¿Pero, qué es la gratitud? La definición más simple es que es un sentimiento de alto aprecio y valoración por todo: tu vida, tu salud, tus afectos, tus experiencias, tu trabajo, tu entorno, las personas que liderás, y agregale lo que vos quieras… Es vivir en un estado de reverencia, para cada quien distinto, pero sumamente profundo, que elimina el narcisismo, poniendo el foco en reconocerse humildemente vulnerable y con necesidad de aprender a desaprender lo que ya no sirve más.

Algunos piensan que ser agradecido se equipara a generar una «deuda moral con quien nos hace bien»…Sin embargo, ser agradecido no implica un «cálculo» o «trueque». Todo lo contrario: implica la intención de sumergirse en una dimensión interior donde se revisa exactamente qué pensamientos y emociones se estuvieron anidando durante suficiente tiempo como para lograr una forma de ser y hablar que no está dando los resultados deseados, en este caso, coordinar acciones eficaces con tus equipos, evitar conflictos recurrentes, etc.

Un efecto altamente positivo y directo del sentimiento de gratitud es un estado mental de quietud y paz que sirve como fuente de creación de nuevas posibilidades. Cuando esto sucede, nuestros tres centros neuronales: cerebro, corazón y vísceras, están equilibrados, se comunican y generan neuro-transmisores (células que funcionan como mensajeros químicos) como la oxitocina y la serotonina cuya función es brindar inmediato bienestar psico-físico y reducir los efectos de otro neurotransmisor, aunque con mala fama: el cortisol, que se propaga cuando nuestros niveles de stress se disparan.

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Para lograr sentir y expresar gratitud, lo primero que te sugiero es empezar a pensar en todas las dificultades y obstáculos que has atravesado y resuelto. Esa es una forma simple de reconocer no solo el inmenso valor de haber superado esas pruebas, sino también de la ayuda que seguramente recibiste de otros seres para lograrlo.

Porque no somos islas…sino seres tribales. Precisamos el contacto con otros seres para continuar creciendo y expandiéndonos, en todos los ámbitos. Y el ámbito laboral, hoy más que nunca precisa reconocer esta realidad y poner en marcha estilos de gestión inclusivas y honestas, con visión grupal pero cuidado individual.

Según un estudio que llevó a cabo el Institute of Heart Math (USA) las personas agradecidas mejoran el funcionamiento de su corazón, tienden a enfermar menos y son, en general, más felices y generosas. Además, han comprobado que difícilmente dan cabida a pensamientos y sentimientos negativos como el resentimiento o la envidia. Son capaces de sentir genuina gratitud, precisamente porque eligen ver lo mejor de cada persona e interactuar desde esa visión interna.

Aquellos Líderes que aprenden a auto-gestionar sus emociones, reconocen que la ayuda mutua es un valor importante y por eso son capaces de pedir ayuda cuando lo precisan, apreciar la ayuda que reciben y brindarla a otros en todo momento. Por otro lado, expresar gratitud diariamente en el trabajo es clave para descubrir puntos ciegos en la comunicación, e invitar a cada persona a expresar sus emociones en un marco de respeto y valoración mutuos. ¿De qué forma y con qué frecuencia le demostrás tu gratitud a tu gente en el trabajo/la familia/tu entorno social?

He aquí algunos dichos sobre la gratitud que espero te inspiren a la auto-exploración y te animen a practicarla en forma diaria con tus equipos:

«La gratitud descubre la riqueza real de la vida; puede tornar lo poco que tenemos en suficiente, y aún más; puede cambiar lo que resistimos en aceptación; el caos en orden; y la confusión en claridad. Puede convertir una comida simple en un banquete, una casa en un hogar, y un extraño en un amigo.» Melody Beattie.

«Desarrolla una actitud de gratitud diaria, y da gracias por cada cosa que te sucede, sabiendo que cada paso hacia adelante es un escalón al logro de un estado más expansivo y mejor que tu estado actual.» Brian Tracy

«Date a tí mismo/a el regalo de 5 minutos de contemplación reverencial de todo lo que ves alrededor tuyo. Sal de tu casa y pon atención en los innumerables milagros a tu alrededor. Este ritual de 5 minutos diarios de apreciación y gratitud te ayudarán a focalizarte en cuán inmensa es la reverencia que debes al regalo de tu vida.» Wayne Dyer.

«Cuando nos focalizamos en el agradecimiento pleno por todo, la ola de decepciones se retira y la marea del amor fluye.» Kristin Armstrong.

¿Cuánto hace que no demostrás tu agradecimiento? Aprendé a agradecer, regalá seguido tu gratitud, y disfrutá de liderar con Excelencia, porque la Joya, sos…Vos!

Mónica M. Arias

Auto-Coaching / Auto-Conocimiento: Primer NO negociable

Continúo contándote más sobre los 7 NO negociables del paradigma del liderazgo actual.

Hoy comparto una síntesis de lo que significa el AUTO-CONOCIMIENTO.

Es el primer NO negociable y el más importante porque cuando como Líder logres profundizar en tu mundo interno, reconociendo tus habilidades y capacidades y también tus zonas de mejora, te acercarás mucho más a tu gente, ya que les darás también el beneficio de reconocerse ellos mismos y bucear en sus habilidades, capacidades y zonas de mejora naturalmente, lo cual cimentará la confianza que siempre es necesario fomentar en los grupos humanos que lideres.

Recordá la regla de oro del liderazgo: Sos el espejo donde todos se miran y por eso también es preciso seas un verdadero ejemplo para ellos.

El auto-conocimiento se logra cuando empezás a hacerte preguntas poderosas, aquellas que llevan a reflexiones profundas y te invitan a meditar, tanto en tu estilo de comunicación como en tu gestión.

Te ayudo a iniciar el camino interno hacia tu mejor versión como líder con estas tres preguntas poderosas que te invito a que te hagas y respondas con la mayor honestidad posible:

  1. ¿Cómo estoy acostumbrado/a a pensar sobre mí como Líder? Reflexionar.
  2. ¿Qué creencias tengo que avalan ese pensamiento? Detallar.
  3. ¿Qué ambiente se respira en mi empresa y cómo lo vivimos diariamente?  Detallar.

    Comenzá hoy mismo a explorar cómo estás siendo al liderar, qué pautas que considerabas hasta hoy inamovibles podés cambiar, y desde qué lugar tu estilo de liderazgo puede y ta vez debe, mejorar.

    Puedo ayudarte y para ello te invito a enviarme un correo a contacto@monica-arias.com solicitando una charla de cortesía vía zoom, Skype o google meet de 30 minutos. Durante ese tiempo, escucharé cuáles son tus inquietudes y al finalizar la charla, habrás logrado mayor claridad para dar tus próximos pasos. Y si estás de acuerdo, exploraremos luego si somos compatibles para ayudarte a iniciar y lograr tu próximo nivel como Líder.

    Que sigas muy bien! Mónica

7 NO negociables del actual paradigma de Liderazgo.

¿Te gustaría ser el líder que tu gente ame seguir? Liderar con elegancia, ética y efectividad es posible. Proponete a Vos Mismo/a lograrlo en 2021. En este gráfico te enseño los 7 NO negociables básicos e imprescindibles del paradigma actual para lograr una gestión de excelencia.

¡Feliz año 2021! Ya respiramos el aire del nuevo año con ansias e intenciones de continuar creciendo, tal vez a paso lento, pero clara y definitivamente.

Te habrá pasado experimentar que durante el año que pasó, la irrupción de la pandemia Covid-19 hizo añicos tus planes, anhelos y quizá también tu salud psico-física o la de alguien cercano o muy querido. Seguramente también te habrás sentido desorientado/a, incierto/a, con el ánimo por el piso, desbordado/a o un mix de todas estas sensaciones juntas.

No estás solo/a, lamentablemente a todos nos marcó en mayor o menor medida el coletazo de este virus que continúa siendo severo y que siembra más dudas que tranquilidad en nuestras vidas y la de nuestras familias, amigos, vecinos y seres queridos.

Sin embargo y a pesar de todo el mal trago que debimos tolerar, algo no cambió y sigue vigente tal como ayer, hoy y siempre: Tu elección consciente: la actitud con la que decidís diariamente hacer frente a «lo que venga», sin garantías ni seguridades ni vacunas ni nada.

Elegir conscientemente qué actitud presentar ante lo sorpresivo, máxime si es indeseado, hace la diferencia entre lograr o no el equilibrio emocional necesario para atravesar cualquier dificultad y sentir o no una paz interior que perdure pase lo que pase.

Como líder, me animo a suponer que tampoco te pudiste escapar de los estragos de la pandemia. Me refiero a los enormes cambios que tal vez tu compañía instauró, y que sufriste directamente como resultado.

Una cosa es cierta: liderar, pre-durante-y-post pandemia no es tarea simple ni liviana y con esto no te estoy diciendo nada que no sepas. Siempre requerirá de dosis enormes de humildad genuina, compromiso, predisposición y actitud positiva tanto para crear las condiciones favorables que lleven a tu equipo a lograr las metas como para inspirar a tu gente a auto-gestionarse.

En el cuadro siguiente te enseño los 7 NO negociables del paradigma actual del Liderazgo, a modo de referencia y para que actualices tu conocimiento sobre lo que ya están estudiando y poniendo en práctica los líderes en las empresas de cualquier tamaño en todo el mundo.

Y en breve te hablaré de cada uno de estos requisitos NO negociables por separado, para que comiences a considerar qué acciones tenés que emprender para sintonizar con tu mejor versión y lograr junto con tu/s equipo/s los mejores resultados, aún a pesar de esta o cualquier otra pandemia invasiva que intente amargarte el día, o la vida misma.

Los 7 NO negociables son:

Todos somos Maestros y Aprendices, sabés que ese es una de mis frases favoritas y además forma parte de mi filosofía de vida y de trabajo.

Por eso, y aunque creas que es muy difícil, te cuento que es posible lograr un liderazgo elegante y eficaz siguiendo un proceso que cumpla cada uno de esos puntos, siempre que tu eje emocional cardíaco-cerebral-visceral esté equilibrado y mantengas ese equilibrio a pesar del entorno, las exigencias, responsabilidades, auto-sabotajes y otras yerbas. Te estaré contando más en sucesivos artículos.

Por otro lado, aprender estos 7 NO negociables te facilitará muchísimo la toma de decisión para tus procesos de cambio. La razón por las que elegí colorear cada punto es muy simple: el cerebro «se interesa» mucho más cuando lo que le presentamos como información nueva o relevante está «vestida» de colores. En especial cuando esa información «contradice» lo que reconoce como familiar («zona de confort») y por lo tanto lo induce a pensar diferente a como «cree», y por lo tanto lo acerca más a la «zona de crecimiento», a la que teme, pero disfruta cuando comienza a recorrerla. Este es también el motivo por el cual cuando estudiamos, nos concentramos más y mejor y disfrutamos del proceso de aprendizaje si utilizamos colores para hacer gráficos, resúmenes o mapas mentales.

Te ayudo a empezar el año con una conversación virtual de 30 minutos vía zoom, whatsapp o google meet de cortesía donde exploraremos cuáles son tus inquietudes actuales y qué te gustaría lograr en 2021. Al finalizar, contarás con un «mapa o ruta» a implementar de acuerdo a lo que surja en la charla.

Para solicitarla, escribime a contacto@monica-arias.com.ar y poné en el asunto: Conversación de cortesía.

Y si te gustó este artículo, te invito a compartirlo con tus colegas, conocidos o quienes piensen podrían beneficiarse al leerlo.

Que tengas una hermosa semana! Mónica

¿Conflictos laborales? 7 claves para sortearlos…

“Si andas enredado en pleitos, no es posible que tengas un corazón sosegado ni tranquilidad de ánimo: tus pensamientos serán tu verdugo interior.” San Agustín.

Escribí este artículo en 2018 para la Revista Orientar, hoy lo comparto por su absoluta vigencia a pesar de la pandemia.

El conflicto en el lugar de trabajo – y las personas conflictivas –  conforman una realidad frecuente y en algunos casos demasiado dolorosa.

Si bien los conflictos son parte natural de la dinámica en la comunicación humana, justo es decir que en las empresas conforman la razón clave por la cual irrumpen, entre otras, emociones tóxicas como la frustración, el síndrome burn-out o exceso de stress, la bronca y la ansiedad que suelen acumularse cuando la cultura organizacional no promueve el diálogo entre todos sus actores. Cuando las situaciones conflictivas en el trabajo se ignoran, van in crescendo y suelen ser motivo de despidos y desvinculaciones voluntarias prematuras.

El ambiente se enrarece, la hostilidad crece y como resultado, tanto el nivel de confianza entre las personas como el de la productividad caen bruscamente.

¿Quién no tiene gente en su equipo que busque y cause problemas o esté siempre en disonancia con las directrices? Personas que hacen muy pesada la atmósfera de trabajo para los otros y que siempre encuentran la forma de tergiversar lo que se dice o se indica? La mayoría de nosotros ha conocido al menos a una persona problemática durante su experiencia laboral.

¿Quién que trabaje dentro de una organización no se vio – o tal vez se vea hoy mismo – perjudicado/a por recibir indicaciones incoherentes, malos tratos o abusos de poder de parte de su líder? También todos hemos sufrido en carne propia variables de este tipo.

¿Quién no presenció un estallido subido de tono por enfrentamientos entre el personal y su líder o viceversa? O entre pares? Les resulta familiar?

El punto es claro: cuando surge el conflicto, este suele ser abarcativo y se expande de manera que, inadvertidamente, ensombrece a todos los sectores. Es decir, no se va como por arte de magia y lamentablemente, empeora cuando se lo ignora.

Cierto tipo de conflictos laborales se identifican con mayor rapidez que otros. Es el caso del roce “notorio” entre dos o más personas por un asunto específico, o un acuerdo que tarda en llegar. Todo el mundo sabe que entre fulano/a y mengano/a hay “problemas”.

No obstante, otras formas de conflicto suelen no ser tan fáciles de detectar. Por ejemplo, el conflicto encubierto: esos pequeños e irritantes eventos como los gestos desagradables y las actitudes negativas, que ocurren en forma repetitiva una y otra vez, día tras día, pueden causar que las personas se maltraten unas a otras.

Y que en el mejor de los casos acumulen resentimiento que hará crecer demasiado su nivel de desconfianza.  Estas maneras de “llevarse” pueden convertirse en una cultura nociva que se arraiga cada vez con más fuerza, y que se parece a un laberinto sin salida.

¿Qué clase de conflictos laborales requieren de una intervención?

Cualquiera que discontinúe el nivel medio de productividad, impacte en la relación entre pares, pares y superiores, genere roces innecesarios o implique una posible amenaza (a los empleados o al personal jerárquico).

Sabemos que los conflictos laborales surgen en todas las escalas del staff; Sin embargo, si al inicio incluye las escalas jerárquicas, se necesita una intervención clara y mucho más rápida, porque la responsabilidad de los cargos altos es mucho mayor, y el impacto de los conflictos repercute directamente en toda la cadena operativa de la Empresa.

Por otro lado, una situación donde un empleado – o superior –  amenaza a otra persona verbalmente o con otro tipo de demostración explícita  también requiere de una acción inmediata.

El grado de tolerancia de una situación conflictiva antes de intervenir puede variar. Un gerente o líder puede no sentir necesidad de intervenir cuando hay un pequeño intercambio de palabras entre empleados o mandos medios, a menos que el incidente llegue a repetirse diariamente y se expanda más allá de los empleados involucrados inicialmente (expansión del conflicto inicial).

Si en su lugar de trabajo hay situaciones de conflicto laboral, las siguientes sugerencias le serán de utilidad:

  1. Comprenda la situación e investigue ambos lados del problema.

Pocas situaciones son exactamente como parecen o como son presentadas a primera vista. Por eso, antes de intentar resolver el conflicto, si Ud es líder, asegúrese de que ha investigado ambos lados del mismo.

2. Reconozca el problema como tal ante los demás.

Tenga en mente que lo que para Usted puede ser un conflicto menor o insignificante, para otra persona puede ser muy importante o definitivo. Reconocer la frustración y preocupación de los involucrados es un paso importante para resolver el conflicto.

3. Ármese de paciencia y tómese su tiempo.

Tómese el tiempo necesario para evaluar toda la información que recopile. Una decisión muy rápida hace más daño que bien cuando resulta ser la decisión equivocada, ya que puede alienar más profundamente a los individuos involucrados y generar mayor rencor innecesariamente.

Evite por todos los medios utilizar la coerción y la intimidación, así como los arrebatos emocionales o realizar acciones coercitivas impulsivas. Esto puede tal vez interrumpir el problema temporalmente, pero no se engañe pensando que es una solución a largo plazo, porque provocará un efecto boomerang: el conflicto siempre volverá.

La realidad es que el problema resurgirá antes de lo pensado y tal vez en mayor escala. En ese momento, no solamente tendrá el problema inicial sino también los sentimientos negativos de bronca e impotencia que se mantuvieron debajo de la superficie en el interín, esta vez expandidos y magnificados.

4. Focalícese en la búsqueda de soluciones. Sepa separar conflicto de personas.

Evite tener actitudes que denoten pre-juzgar a las personas. Fulano/a puede no ser la/el que más congenie con Usted, o la/el que mejor se lleve con el grupo, o tal vez pueda tener un conflicto específico con alguien en el equipo o con Ud., pero eso no significa que dicho problema o conflicto no sea legítimo y Ud no pueda hacer nada por cerrar la brecha que se abrió.

Si, luego de un análisis profundo y cuidadoso, Ud determina que el individuo en cuestión es el problema porque su actitud no cambia, entonces focalícese en trabajar – si no puede por su cuenta con la ayuda de un especialista, como por ejemplo un Neuro.Coach – directa y puntualmente con ese individuo recién a partir de ese momento.

5. Establezca guías de comportamiento para las reuniones de negociación.

Antes de conducir una reunión formal entre quienes tienen un conflicto, haga que ambas partes acuerden sobre unas premisas y pautas básicas y claras para conducirse en dicha reunión. Esta estrategia lo ayudará a que la reunión tenga éxito.

Para eso, por ejemplo, pídale a las partes que se comprometan a expresar sus posiciones en forma más calmada y en una forma de hablar más lenta que lo usual, en un tono de voz mucho más bajo, y en lo posible dejando de lado su emocionalidad.

También, haga que acuerden intentar entender la perspectiva del otro y ponga un timer por lo menos 10 minutos para que respeten ese tiempo de exposición de cada quien.

Dígales a continuación que si violan las pautas, la reunión se cancelará hasta nuevo aviso.

6. Mantenga el canal de comunicación abierto con ambas partes.

El objetivo máximo de la resolución de un conflicto es que ambas partes puedan resolverlo entre ellas y en la medida de lo posible, se comprometan a no volver a repetirlo. Permita que ambas partes expresen su punto de vista, pero también comparta su propia perspectiva y fundamente la misma.

Intente facilitar la reunión y ayudar a que las partes punteen los temas que causan el conflicto y al mismo tiempo puedan reconocer cuáles son los beneficios de eliminarlo para ellas y para todos. Para eso, Ud. es quien debe saber cuáles serán esos beneficios de antemano.

7. Actúe con decisión.

Una vez que se tomó el tiempo de hablar con todas las partes involucradas, recoger y recopilar información, hablar con todas las partes y revisar todas las circunstancias y el contexto en que se desarrollaron, tome el toro por las astas y actúe. Acuerde una vía de posible resolución consensuada con las partes. No deje el problema irresuelto.

Porque tomarse demasiado tiempo para actuar podría dañar su credibilidad y mediante la percepción que los demás tienen sobre Usted como Líder, puede correr el riesgo de ser considerado muy débil, indiferente, o ambas cosas.

Mantenga la firme resolución de negociar desde el comienzo con los involucrados y recuerde: No todo el mundo estará de acuerdo con su decisión final, pero al menos sabrán cuál es su posición y quienes hayan reconocido los beneficios de terminar la “guerra” lo considerarán un Líder fuerte, listo para mantener las conversaciones difíciles que es necesario mantener cuando surgen conflictos que enrarecen el ambiente laboral.

Si necesita ayuda con su estrategia de prevención/resolución de conflictos en su empresa, generados por gap generacional o de otra índole, puede escribirme a contacto@monica-arias.com. Estaré encantada de asistirlo/a.

Mónica M. Arias – Consultora Boutique en Comunicación de Excelencia

Video-Webinars para Líderes del Siglo XXI.

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Muchas gracias!

Mónica Arias
Consultoría en Comunicación de Excelencia – Neuro-Liderazgo y Marketing Emocional
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