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Resiliencia que fomenta creatividad e innovación en el trabajo. Resilience that encourages innovation & creativity at work.

Todos estamos en gran medida de acuerdo con lo que el término resiliencia significa: la capacidad de recuperarse de la adversidad, enfrentar desafíos y adaptarse a los cambios. También muchos coincidimos en lo que implica ser una persona resiliente, que podría resumirse en alguien que sabe mantener su mentalidad y su actitud positivas a pesar de los obstáculos y/o experiencias no agradables, y continuar su crecimiento por encima de ellos.

No obstante, al hablar de resiliencia, se omite mencionar que este término suele mal interpretarse dentro de las organizaciones.

Me refiero a que existe una creencia creciente y real que vincula a una persona resiliente con alguien “dispuesto a tolerar” cualquier situación de abuso (verbal, no verbal o ambas), o tipo de violencia laboral (explícita, implícita o ambas).

Esta situación no puede estar más alejada de la verdad, ya que un individuo resiliente no es quien “soporta cualquier cosa o situación”, sino todo lo contrario: es un ser que, habiendo atravesado dificultades, muchas veces durísimas, entre otras capacidades aprendidas, conserva la de hacer frente a todos los desafíos que se presenten sin perder la calma, con dignidad y la convicción de que no está dispuesto/a a tolerar abusos de poder o situaciones de violencia de ninguna naturaleza.

Hecha esta aclaración, la realidad continúa mostrando en las empresas altos índices de desidia en contemplar e incluir resiliencia como valor en sus culturas organizacionales.

Esto se debe en gran parte a la ceguera de sus líderes en tomar en cuenta la ingeniería en reversa del problema: no hay forma de iniciar un proceso de innovación, y mucho menos de creación, a menos que, entre otras cuestiones:

  1. Se establezcan mecanismos de gestión concretos y medibles sobre la mejora en la comunicación dentro de todo el entramado social de la empresa.
  2. Se verifique si efectivamente la organización demuestra con los hechos que su cultura es diversa e inclusiva, o si se queda en enunciados de “buena intención”.
  3. Se realicen chequeos periódicos de salud mental con especialistas, en particular entre quienes tienen personal a su cargo.
  4. Se eduque permanentemente al personal, comenzando por el ejecutivo, en la importancia y enormes beneficios de saber cómo funciona básicamente nuestro cerebro y cuáles son los orígenes orgánicos de una gestión pobre en inteligencia emocional.
  5. Se revise la cultura organizacional cada tanto, y de ser preciso, se tomen decisiones respecto de realizar las mejoras y/o cambios necesarios.

Si bien este es un plan relativamente simple, no por ello es fácil de implementar. Porque en general las empresas – salvo excepciones – continúan aletargadas en materia de tomar consciencia de los problemas que pueden estar obstruyendo el nivel de creatividad e innovación de los individuos que la componen.

Por lo tanto, aquellos líderes que realmente lo consideren y lo pongan en práctica fomentarán la resiliencia en sus grupos y tendrán una ventaja competitiva que distinguirá su gestión al nivel de excelencia.

English version:

We all largely agree on what the term resilience means: the ability to recover from adversity, face challenges, and adapt to changes. Many of us also agree on what it means to be resilient, which could be summarized as someone who knows how to maintain a positive mindset and attitude despite obstacles and/or unpleasant experiences, and continues to grow in spite of them. However, when talking about resilience, it is often omitted that this term is somewhat misunderstood within organizations.

I refer to the growing belief that links a resilient person with someone ‘willing to tolerate’ any situation of abuse (verbal, non-verbal, or both), or any type of workplace violence (explicit, implicit, or both). This situation could not be further from the truth since someone resilient is not one who ‘endures anything or any situation’, but quite the opposite: it is them who, having faced difficulties – often very harsh ones – were able to develop among other abilities, the one that allows them to face all challenges without losing calmness, with dignity, and the conviction that they are not willing to tolerate abuses of power or situations of violence of any nature.

That being said, reality continues to show high levels of neglect in companies to consider and include resilience as a value in their organizational cultures. This is largely due to the blindness of their leaders in taking into account the reverse engineering of the problem: there is no way to initiate a process of innovation, much less of creation, unless, among other things:

a) Concrete and measurable management mechanisms are established for improving communication throughout the whole social fabric of the company.

b) It is verified whether the organization effectively demonstrates through actions that its culture is diverse and inclusive, or if it remains in simple statements of ‘good intention’.

d) Executives and staff are continuously educated on the importance and enormous benefits of understanding how our brain works and the organic origins of poor emotional intelligence management.

e) The organizational culture is reviewed from time to time, and if necessary, decisions are made regarding the appropriate improvements and/or changes.

While this is a relatively simple plan, it is not easy to implement. Because in general, companies – with some exceptions – continue to be sluggish in becoming aware of the problems that may be obstructing the level of creativity and innovation of all the members of their stuff.

Therefore, those leaders who truly consider it and put it into practice will encourage resilience in their groups and will have a competitive advantage that will distinguish their management to the level of excellence.

Autoconocerse: el secreto de los mejores Líderes.

Cuando de liderar se trata, por todos los Cielos entendamos de una buena vez que la tecnología es genial para solucionar mil problemas, y bienvenida por eso, pero nunca lo será para mejorar nuestras relaciones humanas, y mucho menos si gestionamos equipos de cualquier tamaño y en cualquier estilo (presencial, virutal o híbrido).

No hay excusas hoy para reconocer que el auto-conocimiento es el primer paso para crear confianza y seguridad, sin las cuales no es posible enfrentar los retos diarios de las dinámicas humanas en la empresa, porque la autoridad no es dada ni por un título, ni por el escalafón: SE GANA.

Podemos leer mil libros, asistier a incontables cursos o ver mil videos sobre cómo liderar de manera efectiva en este contexto histórico y terrible que nos toca vivir, pero la realidad es que las empresas que seguirán estando a la vanguardia, por cultura y resultados, son las que promueven valores no negocialbes, como la comunicación de excelencia o valorativa, la humildad, la paciencia, el diálogo y la escucha atencional de sus líderes (todo lo cual, es un combo que no muchos se animan a reconocer y menos experimentar).

Ellos aprendieron a crear ambientes diversos e inclusivos por esas razones y porque finalmente entendieron que son, antes que nada, servidores y aprendices, categorías que parecen no ser todavía moneda corriente en las empresas.

Seamos justos: si queremos mejorar nuestra gestión, y crear un «mundo mejor» , hagamos como decía la canción: «empecemos por el hombre /mujer en el espejo».

Empecemos tomando consciencia y aprendiendo a dar estos 3 pasos…





Liderazgo y miedos: un cocktail para el fracaso.

El miedo no es sonso” decía mi abuela, y nunca, mientras ella vivió y hasta mucho después que ella partió, entendí el significado cabal de esa frase. Entre los azotes de la pandemia, hoy parece que el miedo es rey, y que sus parientes, las fobias y otros estados mentales alterados, le “sirven la mesa” a un sinfín de terrores que no podemos ignorar: las personas se sienten más inseguras e inestables que nunca.

Los miedos son emociones restrictivas, contraen cuerpo, mente y espíritu. Bloquean la creatividad y todo intento de la persona en elegir conscientemente crecer. Porque el miedo “no es sonso” y el cerebro sabe que moverse hacia lo desconocido genera inicialmente y durante cierto tiempo, incomodidades variopintas: el poder del miedo es la defensa que esgrime el ego (entre otras cosas, cúmulo de nuestras inseguridades) para recordarnos cuántas creencias limitantes aún debemos reconocer y atravesar.

Por eso la realidad sigue pidiéndole a los Líderes que aprendan a explorar su mundo interno, a construir su red emocional, a basar su trabajo en elevar los estándares de su educación y puesta en práctica de principios no negociables, como la comunicación de excelencia, el Neuroliderazgo y la psicología positiva, entre otros, para generar un clima donde la gente recupere la alegría de “pertenencer” largamente olvidada, en especial por las nuevas generaciones.

Como Líder podés tener la mejor de las intenciones a la hora de volcar tiempo, energía y dinero en aprender lo que evidentemente sabés que te hace falta, y sin embargo caer en tu propia trampa cuando tus miedos toman el control.

La buena noticia es que se puede lograr una gestión exitosa esforzándote y aprendiendo. La mala, es que los miedos nunca desaparecerán. Lo importante es avanzar a pesar de ellos y junto a ellos. Después de todo, nuestro cerebro solo intenta protegernos de lo que cree es nocivo para la vida cuando opera en “zona restrictiva o de control”.

Los miedos vienen en todos los colores y tamaños. Hay para todos los gustos y para todas las generaciones: nadie puede decir que no los siente, con intensidades distintas de acuerdo a la etapa de la vida o contexto que le toque atravesar.

En la empresa, los líderes suelen tener una variante más o menos similar a esta:

Miedo al “qué dirán”, a “quedar como tonto/a”, a “no dar la talla”, a que las responsabilidades los excedan, a no saber poner límites o a ponerlos en exceso, a “fracasar”, a perder “credibilidad” como líder, al “papelón”, a que otro/a ocupe su puesto, a ser visto como una persona “no apta” para el cargo, y uno de los más importantes: el miedo al rechazo de los demás (en especial de sus superiores).

Teniendo esto presente, es clarísimo que a los líderes les resultará de gran ayuda iniciar un proceso de auto-conocimiento para lograr equipos más estables y comprometidos. Porque ninguna persona que sostenga que puede liderar a otras sin conocerse bien será, para esas personas, confiable.

Y la confianza – frágil como el cristal – no se logra de la noche a la mañana ni se mantiene sin esfuerzo. Convertirse en Líder confiable implica realizar continuas demostraciones de coherencia, dando el ejemplo y actuando según valores humanos universales, manteniendo una constante atención en virtud de preservar dicha confianza.

La neurociencia avala que somos seres 80% emocionales que emanamos y absorbemos energía permanentemente. Cuando no existe genuino interés por su personal, la energía que emanarán los líderes se captará consciente o inconscientemente por su gente, que sencillamente, percibirá la farsa y no los apoyarán.

Y esto a su vez generará más miedo en los líderes, lo cual generará una cadena sin fin de juicios de valor, hacia ellos mismos y los demás. Esto cercenará posibilidades y destruirá los sueños de concretar metas ambiciosas reales, porque cerrará un círculo vicioso que no dará nunca pie a cambiar lo necesario para crear una cultura más inclusiva, diversa y comprometida.

Decía Ludwig Borne: “El hombre más peligroso es aquel que tiene miedo”.

Pero volviendo a los miedos, como dije, hay muchos y muy variados. Y cuando los enfrentamos con humor, dejan de hostigarnos y se convierten en fuentes de aprendizaje.

Veamos un ejemplo: Jia Jiang sentía un terrible miedo al rechazo, pero lejos de dejar que lo dominara, logró superarlo cuando decidió hacer una prueba que llamó “100 días de rechazos”.

En la TED Talk que adjunto, él mismo lo explica (pueden colocar subtitulado al Español desde la ruedita de configuración de Youtube, abajo, a la derecha del video).

Estimo que toda persona que lidere personal o esté en ventas encontrará este video sumamente valioso. A mi juicio, es una verdadera joya.

Cierro esta nota con un recordatorio: puede que el miedo no sea sonso, pero tal vez ya sea hora de que le demuestres quien manda aquí. Mónica M. Arias.

Liderazgo femenino: elegancia efectiva en contextos de crisis

En el mes de Abril de 2022, la revista española femenina de negocios Visionarias, creada y dirigida por mujeres, publicó mi artículo «Liderazgo femenino: elegancia efectiva en contextos de crisis».

Comparto el link y el contenido del mismo a continuación.

Cuerpo del artículo:

“El éxito es como llegar a ese cumpleaños tan esperado, y descubrir que sigues siendo exactamente la misma persona”.  Audrey Hepburn.

Les confieso algo de entrada: este artículo fue escrito con mucho amor hacia las mujeres líderes que pueblan “Visionarias” y hacia cualquier persona que llegue a sus páginas. Por eso va una aclaración importante: mi intención no es alimentar una “guerra” inútil con los líderes varones desde el enunciado del título. Nada más alejado. ¿No es suficiente con la que se desató de repente y sin sentido, afectando la vida de miles de personas? Creo firmemente en la convivencia basada en el respeto entre mujeres y hombres en el ámbito laboral y en cualquier otro. Cuando hablo de liderazgo femenino, me refiero a todas las personas que, siendo mujeres biológicamente, o sintiéndose mujeres, o eligiendo esa sexualidad en cualquier momento de su existencia, han adoptado el camino emprendedor como forma de vida y han integrado virtudes como la elegancia al momento de liderar, en especial en escenarios de crisis mundial, como el actual (y tantos otros que fueron y serán).

Surge entonces la pregunta obvia: ¿Qué significa liderar con elegancia efectiva y por qué las mujeres líderes en su mayoría cuentan con esta magnífica capacidad?

Como seguramente ya adivinaron, el término “elegancia” en este caso no tiene nada que ver con la vestimenta o la moda…sino con una actitud practicada con perseverancia en el día a día de la gestión, cuyas virtudes y resultados son innegables, y que en breve pasaré a comentarles.

Es sabido que “crisis es oportunidad”, y aunque la frase sea por demás trillada, encierra una verdad insoslayable: ante ella podemos optar por dos “respuestas”: crecer, es decir, aceptarla, observarla, pensar alternativas o posibilidades y aprender de ella, o estancarnos, o sea negarla, hacer de cuenta que “no existe”, seguir nuestro camino “como si nada” aunque sus señales sean contundentes, mentirnos a nosotras mismas, porque después de todo “las cosas hay que seguir haciéndolas para generar resultados”, etc. Entonces, dependiendo del lugar donde “estemos paradas”, podremos tanto empoderarnos y a nuestra gente, como desmoronarnos y dejarnos abrumar por los coletazos que toda crisis siempre, irremediablemente, repartirá.

Y aquí es donde el liderazgo femenino toma la vanguardia: la mujer que lidera y decide crecer, es un referente imprescindible, un espejo donde muchas podemos mirarnos y a la vez reconocernos. Un ejemplo a seguir…

En mi experiencia como NeuroCoach transformacional, he podido observar durante años que somos las mujeres, en gran mayoría, quienes tomamos las riendas de cualquier “asunto” por más oscuro que parezca, y como verdaderas artesanas relacionales, vamos tiñendo de luz cada “problema”, desafío, desacuerdo, etc.

Esto tiene una razón biológica: estamos “cableadas” neurológicamente para reconocer y aceptar nuestro mundo emocional, interno, íntimo, misterioso y sublime, y ponerlo al servicio de la construcción de “puentes” – relaciones – que unen mundos y plasman bienestar y entusiasmo. Y también tiene una razón lógica: históricamente nos costó mucha sangre, sudor y lágrimas llegar a puestos de poder, y ahora podemos desplegar esas virtudes que tanto le hacen falta al mundo con total naturalidad.

Este despliegue les cuesta mucho más a la mayoría de los varones líderes. Ellos se orientan y focalizan en lograr los resultados – y en eso debemos admirarlos – son claros “goal oriented” y, salvo en casos verdaderamente excepcionales, no le dan importancia a valores que nosotras consideramos fundacionales en toda relación humana, en particular cuando asumimos la responsabilidad de liderar personas.

Valores como la tolerancia, la paciencia y la humildad, por nombrar solo tres, indispensables desde siempre para invitar a la gente a navegar la aventura de los cambios, siempre necesarios, contagiarlos del ánimo de co-crear otras posibilidades, animarlos a confiar en sus capacidades para atravesar cualquier crisis, afianzando lazos y saliendo mucho más fortalecidos de la “prueba”.

Las mujeres líderes gestionamos con elegancia por la simple razón de que nuestros modelos no son tan agresivos ni únicamente orientados a resultados como los modelos masculinos. Nuestra mirada es holística, porque integra, abarca y significa mucho más que una estrategia de mercado o el cumplimiento de unas metas, y muchísimo más que un plan de negocios “exitoso”.

En líneas generales y salvo excepciones, las virtudes con las que lideramos nos definen como:

Restauradoras: estaremos siempre dispuestas a tener un diálogo reparador, y nos mantenemos en todo momento a una conversación de distancia de cualquier conflicto que haya surgido.

Mediadoras: solemos intervenir cuando hace falta para escuchar todas las “campanas” con la intención de reconciliar partes.

Reflexivas: nos tomamos el tiempo necesario y “rumiamos” cada decisión, en especial cuando necesitamos tomarla “con urgencia”.

Compasivas: la inteligencia emocional es nuestro sello de “fábrica”: sabemos escuchar, entender y disculpar sin necesidad de  “preámbulos” ni demasiadas vueltas.

Creativas e imaginativas: vivimos haciendo hincapié en que todo puede ser/hacerse diferente y mejor, y buscamos con quienes lideramos, espacios de interacción donde reine el diálogo y la tormenta de ideas, para seguir creando y creciendo juntos.

Alegres: nos gusta mucho vibrar en esta frecuencia. Hacemos todo lo que podemos para que también los demás gusten compartir momentos de alegría y humor cotidianos. La neurociencia avala con miles de estudios que la alegría en el trabajo es factor clave de alto desempeño.

Intuitivas: aprendimos a lo largo del camino a honrar, escuchar y prestarle mucha atención a esta voz presente en nuestro espíritu. Por no hacerlo, muchas veces experimentamos la frustración y nos arrepentimos.

En síntesis: hemos perfeccionado el arte de ser, como diría Maya Angelou, verdaderos “arco iris” en la “nube” de los otros. Trabajamos como verdaderas “amortiguadoras” de todo tipo de dolores emocionales. Somos unificadoras de mundos, sanadoras y hasta guías amorosas cuando la situación así lo requiere. Y hoy en día se requiere muchas más veces de las que quisiéramos reconocer.

La dinámica relacional más acorde con nuestra naturaleza y que nos interesa crear y mantener es rica y trascendente. Rica porque nutre a los demás mientras nos nutre. Trascendente porque no encaramos ningún negocio que no contemple la puesta en práctica, respeto y sistematización de las mal llamadas “habilidades blandas” como premisa básica de nuestra gestión.

Porque decididamente somos expertas en forjar estilos de comunicación que si bien no están exentos de límites (todo buen líder debe aprender a ponerlos bien temprano y a respetarlos cuando la ocasión lo requiera), están basados en valores humanos universales que encarnamos, a veces contra viento y marea, para dar el ejemplo.

Tal vez una manera de terminar este artículo sea concluir que a ninguna líder mujer “se le caen los anillos” si se equivoca…porque tenemos la humildad de reconocer errores, caer, lastimarnos tal vez, pero volver a levantarnos cada vez con mayor fuerza, mirándonos al espejo y si es preciso, pasándonos el peine y maquillándonos.

De ahí nuestra elegancia efectiva, nuestro verdadero poder, nuestras misiones y nuestros logros.

Ah, por cierto, casi me olvido…Además, y como si todo esto fuera poco, contamos con la invaluable y maravillosa cualidad de NO ser para nada perfectas… ¡Gracias al Cielo!

                                                                  Mónica M. Arias – 27-4-22

Hablemos de «sustentabilidad emocional»…

En Junio de 2017, fui invitada a participar del programa radial «Basta de Excusas», de Susana Abelson, donde hablé de la importancia del mundo emocional en las empresas, y en particular, en el desarrollo de un liderazgo basado en el nuevo paradigma del management, que las incluye indefectiblemente en todas las culturas organizacionales exitosas del mundo.

A continuación, te invito a escuchar el audio del programa…

Los 4 Pilares en Oratoria Creativa

Aquí van los 4 pilares más importantes del curso de Oratoria Creativa para Líderes, Profesores, Disertantes, Empresarios, Empleados y toda persona que tenga como asignatura pendiente aprender a hablar en público usando su propio caudal creativo, divirtiéndose en el proceso.


La Presencia tiene que ver con el auto-descubrimiento. Es la impronta personal, la identidad inside-out del orante.

El equilibrio psico-físico se logra con ejercitación y es vital para que el orante mantenga su eje emocional equilibrado durante toda la disertación / presentación / clase, etc.

Disfrutar es vital en todo proceso de aprendizaje, y en Oratoria Creativa crearás tu espacio para explorar tus estilos de disfrute, y amalgamarlos al estudio del curso.

La práctica sostenida es el pilar más importante para cualquier orador creativo que desee lograr la Maestría en hablar en público y magnetizar a su audiencia al mismo tiempo.

Te enseño a neutralizar tus miedos a hablar en público y a brillar como disertante, conectando emocionalmente con cualquier audiencia y dejando una huella positiva en su mente, un recuerdo inolvidable que les despierte una sonrisa al recordarte.

La práctica, la paciencia y la entrega son clave para convertirte en un/a Orador/a Creativo/a que magnetice a su público en cada disertación / presentación / clase / etc..

Estos son algunos beneficios de estudiar mi curso de Oratoria Creativa:

Tus terrores de hablar en público se desvanecerán.
Te vas a divertir aprendiendo, creando tus disertaciones y/o brindándolas.
Podrás hablar ante cualquier audiencia con autenticidad, haciendo uso de tu propia creatividad para conectar con tus públicos emocionalmente.
Ser orador/a creativo/a te abrirá muchas puertas tanto en tu emprendimiento, tu cargo o profesión como también en tus clases, presentaciones o disertaciones.
Presentarás proyectos, iniciativas, seminarios o webinarios sin ninguna dificultad.
Dejarás una huella positiva inolvidable en cada una de las personas que conformen tus audiencias.


Y muchos beneficios más…

No te demores, convertirte en un/a Orador/a Creativo/a es un conocimiento que te servirá durante toda tu vida personal y profesional.

Escribime a contacto@monica-arias.com y te cuento los detalles.

Adjunto el video de una de mis mejores alumnas de Oratoria Creativa, mi querida Lizzy Nobile – 2022.

MS. LIZZY NOBILE – TESTIMONIO ORATORIA CREATIVA / TESTIMONIAL CREATIVE ORATORY – 2022



Sos Líder? Te obsequio este regalo :)

En este mini auto-test, te ayudo a reflexionar sobre algunas preguntas poderosas para considerar la realidad de tu gestión actual de Liderazgo, y animarte a cambiarla si es preciso.

Nada cambia si nada cambia

Sin misteriosos ni complicados sistemas. Proponete co-crear y cambiar tu Cultura laboral y hacela realidad.

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