Quinto NO negociable del paradigma en Liderazgo: Comunicar excelencia.
La elección de cambio hacia una mejora en tu gestión implica en principio reconocer que no todo está funcionando como te gustaría cuando ejercés tu rol. Sin esa toma de conciencia, no hay cambio posible.
Seas Líder presencial o virtual, comunicarte con tus equipos no implica solamente informar las novedades, armar reuniones y darles directivas o delegar tareas para luego supervisar su cumplimiento. Dependiendo de la industria, sabemos que los estilos de liderazgo pueden variar, en particular en este último punto, la supervisión, y en virtud del mayor cuidado físico del personal: no es lo mismo liderar grupos en empresas de servicios o de distribución de productos que en una empresa metalúrgica o automotriz, donde se hacen necesarios controles específicos en especial en el cumplimiento de normas que atañen particularmente a la protección de los operarios.
Esto no implica que el cuidado físico de los grupos humanos se reduzca a este tipo de empresas. Todas pueden aplicar sistemas de protección que exceden la normativa vigente de contar con un servicio ART (Aseguradora de riesgos del trabajo) para cada uno de ellos.
Por eso todo estilo de liderazgo requiere la maestría en saber Comunicar, que es mucho más profunda y transformadora, porque implica la conexión emocional al interactuar, única manera de lograr la máxima calidad posible en todas tus relaciones, lo quieras o no reconocer.
Vos elegís: tenés la opción de continuar liderando desde tus patrones repetitivos de lenguaje oral y textual, tu gestualidad y comportamiento, o aprender a conectarte con un estilo de comunicación que empodera, enaltece, genera sinergia y confianza y por lo tanto eleva la calidad de todas tus relaciones, incluyendo la que mantenés con vos mismo/a.
La comunicación de excelencia no es un recurso “facilista” o “reduccionista”. Por el contrario, es disruptiva, porque replantea toda dinámica relacional rutinaria, imprimiendo una “marca”, donde el antes y el después se notan como el día y la noche.
Las ventajas de elegir mejorar tu estilo de gestión incorporando este NO negociable junto con los demás, son múltiples, y tienen efectos residuales positivos cuyos resultados podrás reconocer en la medida en que lo practiques.
Algunas de ellas son:
- Cercanía con la realidad de cada miembro del equipo.
- Mayor nivel de escucha con intención de ayudar/apoyar/reconocer/alentar/inspirar a los demás.
- Apertura a permitir diálogos mucho más distendidos y productivos.
- Cambio en la percepción del universo personal y de los demás y descubrimiento de fortalezas y debilidades «escondidas».
- Aumento de tu capacidad creativa y la de tus equipos.
- Enaltecer las relaciones y / o reparar vínculos reconociendo miedos personales y grupales
Es vital hacer hincapié en que no es simplemente aplicando y practicando de forma sostnida los 7 NO negociables del nuevo paradigma en liderazgo como lograrás convertirte en esa persona cuya forma de interactuar sea inspiradora y magnética.
Muchos deberían iniciar un proceso de terapia para devanar algunos de sus ovillos inconscientes arraigados y que no los benefician ni a sus equipos. Es el caso de muchos líderes – en las empresas abundan… – que tienen comportamientos narcisistas o psicopáticos, donde la violencia explícita e implícita es su modus operandi y disfrutan tanto mintiendo, como desprestigiando, acosando y/o menoscabando a los demás, es decir, maltratándolos.
Sin embargo, cambiar tu manera de comunicarte incorporando lenguaje, textualidad y gestos que denoten excelencia es el comienzo hacia la mejora en cualquier dinámica relacional, ya que su efecto es replicador y “en cascada”, tal como el efecto dominó. Una vez que se empieza a practicar, se notan las diferencias en la energía compartida y ya no se desea volver al estado anterior.
Te obsequio tres ejemplos desde el lenguaje y la gestualidad que te ayudarán a incorporar comunicación de excelencia.
Comunicación mediocre y rutinaria (reprende y menoscaba) | Comunicación de Excelencia: es disruptiva, dinámica, enaltece y empodera. |
“Necesito que (me) entregues el trabajo urgente” Tono de voz: alta. Gestualidad: ceño fruncido, ademanes que denotan exigencia y negatividad. Mirada y actitud amenazantes. | “¿Cómo vas con el trabajo? ¿Creés que podrías entregarlo mañana? La verdad que lo necesito lo antes posible. Contá conmigo si necesitás ayuda para terminarlo, sí?” Tono de voz: medio (audible pero no alto) Gestualidad: mirada tranquila y directa a los ojos en señal de genuino interés por conocer la respuesta a la pregunta planteada. Ademanes que denotan real compromiso en ayudar si es necesario. Actitud positiva hacia el/la empleado/a aunque firme en relación a la urgencia. |
¿Tenés idea de la magnitud de lo que acaba de pasar? ¿Cómo pudiste haber perdido esa venta /cliente que le reporta ingresos importantísimos a la empresa? ¡Es increíble! Tono de voz: muy alto. Gestualidad: ceño fruncido, verborragia expresada en movimientos exagerados de la cabeza, ojos vueltos hacia arriba en señal de no poder creer lo que sucede, brazos denotando enojo y reproche. Mirada penetrante y displicente. Actitud amenazante y violenta. | “Me enteré de que no lograste cerrar la venta a X…Bueno, como te podrás imaginar, esto repercutirá en los números de la empresa y en las exigencias que se avecinan.., Te confieso me sentí desilusionado/a al enterarme, esperaba que sí lo hubieras podido lograr, porque tenés capacidad y experiencia de sobra. Sin embargo, soy consciente de que muchas veces “al mejor cazador se le escapa la liebre..Por eso, en vez de empezar a “darte con un caño y auto-castigarte”, me parece un buen momento para que reflexiones y exploremos juntos qué puedo hacer para que esto sea solo una historia del pasado a partir de ahora”. Tono de voz: sereno, cálido y firme a la vez. Gestualidad: gestos de cercanía y genuina preocupación. Mirada de frente y a los ojos, denotando desilusión sin menoscabar. Trato amable y respetuoso. Actitud humilde que denota responsabilidad y apoyo. |
«Parece que no fui claro/a cuando expliqué que tu manera de ser/ comportamiento/desenvolvimiento no está permitido en esta empresa. ¿En qué estabas pensando cuando hiciste X? Tono de voz: alto. Gestualidad: ceño fruncido, verborragia de menosprecio, expresada en movimientos exagerados de la cabeza, ojos vueltos hacia arriba en señal de no poder creer lo que sucede, brazos denotando enojo y reproche. Mirada penetrante y displicente. Actitud amenazante y violenta. | «En X situación (definir contexto con claridad) me llamó la atención que tu accionar no estuvo a la altura de quien demostraste ser hasta hoy.. ¿Hay algún problema que estés atravesando en tu vida personal que haya detonado este comportamiento? Si es así ¿Puedo serte útil en algo?” (escuche sin responder) Si no es así, “Sé que de aquí en más tomarás recaudos para no repetirlo, ya que las normas de la empresa claramente no apoyan ese comportamiento. Asi que te desafío a que de ahora en más las cumplas para bien de todos”. Tono de voz, gestualidad y actitud IDEM que el ejemplo anterior (arriba). |
Te invito a una conversación virtual gratuita de 30 minutos vía zoom, Google meet o whatsapp donde exploraremos cuáles son tus inquietudes actuales y qué te gustaría lograr en 2021 con tus equipos. Al finalizar, tendrás mayor claridad en reconocer e implementar las primeras acciones inmediatas de acuerdo a lo que surja en la charla.
Escribime un email a contacto@monica-arias.com, poné en el asunto: Conversación de cortesía y contame tus horarios para coordinar agendas.
Y como siempre, si te gustó este artículo, te invito a compartirlo con tus colegas, amigos y quienes pienses podrían beneficiarse al leerlo.
¡Excelente semana! Mónica