Empoderando Líderes – Dos tips prácticos

Hace ya tiempo, compartí mi artículo sobre el poder creativo e innovador de la Resiliencia Laboral (link a continuación en Español e Inglés)

Hoy deseo extender este concepto y llevarlo al terreno puntual de la práctica, con dos tips que pueden ayudarte en cualquier etapa de tu gestión como Líder.

  1. El primer tip se relaciona, como imaginarás, con mejorar o elevar la calidad tus interacciones con tu equipo/s y tu/s autoridad/es (conversaciones, gestos, formas de expresión, silencios, etc)

    Este esfuerzo se puede hacer de varias formas. Una de ellas es incluir esta propuesta en la agenda de tu reunión semanal más importante.
    Simplemente, arma un listado de tres o cuatro puntos ligados a la necesidad y/o ventajas y beneficios de mejorar la comunicación actual entre todos, y elegí un título que despierte la curiosidad de tu personal.

    Por ejemplo: el título podría rezar:“Ideas para llevarnos cada vez mejor”. Y los 3 puntos a incluir podrían ser:

    a) Hoy les hago esta pregunta para debatir entre todos: ¿Sabían que nuestras conversaciones y forma de gesticular son vitales para reforzar nuestros vínculos como equipo?
    b) Va otra para saber más sobre nosotros: En una escala del 1 al 10, ¿Cómo calificarían nuestro actual modo de interactuar?
    c) Para identificar grietas comunicacionales, les pregunto: ¿Cómo vive cada uno de Uds en el día a día sus interacciones? Si tienen ideas o sugerencias de mejora que nos enriquezcan, son todas bienvenidas.  

2, El segundo tip es igual de importante: Enlistá previamente lo que consideres ventajas y beneficios de realizar este ejercicio entre todos, compartí el listado con tu gente y solicitales feedback.

Por ejemplo: “Estimo que mejorar nuestro estilo de comunicación nos brindaría a todos estas ventajas y beneficios:

a) Aprender a escucharnos más intensificando nuestra escucha activa.

b) Solidificar nuestros vínculos
c) Unificar fuerzas con mayor sinergia y fluidez
d) Facilitar las tareas hacia los objetivos trazados
e) Qué otra ventaja o beneficio sumarían?”

Aprendiendo a comunicarte mejor e impulsando a tu equipo que practique otras maneras de interactuar les permitirá conocerse más, y cuando la gente conoce mejor a su líder – y viceversa – se forjan equipos (de cualquier tamaño) sólidos, más resilientes y de alta performance.

Y vos, ¿cuánto más vas a esperar para poner en práctica estos dos tips?

Tu consulta es siempre Bienvenida!

Dejame tus comentarios y o escribime a: excellencefanatic2@gmail.com.

Que sigas bien! Mónica Arias.

Seguridad Psicológica en la Empresa = Cultura Comercial Unificada

Es notable cómo siguen apareciendo en los escenarios de las organizaciones de todo tamaño y en todo el planeta, nuevas terminologías para denominar conceptos tan antiguos como el respeto mutuo entre los individuos, uno de los principales pilares del término de moda: “seguridad psicológica” en la empresa.

Sin embargo, sobran las razones que impulsaron a crearlo, ya que si bien la seguridad física en el ambiente laboral ha dejado prácticamente de ser una preocupación como lo era antaño, es innegable que hoy necesitamos también sentirnos seguros psicológicamente en el trabajo.

La realidad es que las personas no somos solo cuerpos sueltos, y esto que debería ser una obviedad, solo se confirmó hace apenas unos años cuando la neurociencia comprobó que somos seres 80 emocionales y que dependemos unos de otros, y se intensificó clara y drásticamente durante y después de la pandemia. Somos también seres gregarios, vivimos rodeados de otras personas y con muchas de ellas convivimos diariamente también en el trabajo.

Todos tenemos sentimientos y emociones, pensamientos y deseos. Y podemos lastimar a otros con facilidad, muchas veces sin ser conscientes de ello.

Por lo tanto, nuestro mundo emocional estará en jaque y perjudicará nuestras relaciones y comportamientos cuando no nos sintamos seguros psicológicamente donde trabajamos.

¿Qué significa el término seguridad psicológica?

Veamos primero lo que NO significa.

  • Ser extra amables o políticamente correctos todo el tiempo y con todo el mundo.
  • Mimar y / o contener a personas que se victimizan continuamente.
  • Eximirnos de nuestras responsabilidades en pos de no “herir” sentimientos o generar “susceptibilidades” en otros.
  • Ser blando, permisivos, indulgentes o enseñarle al personal que “está todo bien” aunque no lo esté.

Seguridad psicológica en el trabajo significa que, empezando por las autoridades, todos están dispuestos a reconocer la humanidad común, respetándola y respetándose. Y una vez logrado este primer pilar, trabajar juntos en aras de lograr el segundo: contribuciones significativas para el crecimiento de todo el entramado humano interno, que replicará en el externo, e inevitablemente se verá reflejado en la continua mejora de los resultados operativos.

Se trata de lograr una cultura interna que reconozca y premie la mutua vulnerabilidad, sin caer en “golpes bajos” o “chicaneos” psicológicos para justificar una mala gestión.

Cuando la vulnerabilidad se reconoce y/o se premia, la gente se compromete más, contribuye significativamente, y eleva su nivel de productividad y performance, dando de sí mayores esfuerzos para crear alto valor en su tarea diaria.

Ser vulnerable significa exponerse a un daño potencial o una posible pérdida. El simple hecho de interactuar con otras personas es un acto que conlleva vulnerabilidad, y dentro de la empresa, nuestro comportamiento estará directamente relacionado con el hecho de que los actos donde nos sintamos vulnerables sean reconocidos – y hasta premiados – o por el contrario, se los ignore y/o castigue.

Por eso, según los responsables en la empresa respondan (reconociendo o castigando), así será el comportamiento de su staff y el signo de su cultura organizacional.

Van algunos actos de vulnerabilidad más comunes en los espacios laborales:

  • Hacer una pregunta/consulta (en particular cuando se repite la misma)
  • Admitir un error (de cualquier tamaño)
  • Demostrar desacuerdo explícitamente
  • Decir “No sé”
  • Compartir un punto de vista diferente del que tiene la autoridad
  • Compartir algo personal
  • Desafiar el status quo
  • Dar feedback
  • Compartir emociones
  • Compartir una idea
  • Pedir ayuda
  • Hacer algo en lo que no se es bueno, o es nuevo o difícil para quien lo hace.
  • Decir “No”.

Un ejemplo de castigo a la vulnerabilidad, que sigue siendo “moneda corriente” en cualquier empresa:

En una reunión de trabajo, le preguntas de buena fe a tu gerente acerca de un detalle que no comprendes del proyecto que están tratando. El/Ella te responde con desagrado delante del grupo: “Qué clase de pregunta es esa fulano/a? A estas alturas ya deberías conocer la respuesta.” Y luego continua la reunión como si nada…

¿Alguna vez experimentaste esto ante una autoridad? Si así fue, seguramente no fuiste muy propenso/a a realizar preguntas en futuras reuniones a partir de entonces…Porque cuando la vulnerabilidad es castigada, las personas se retraen y entran en “modo defensivo” (de auto preservación y de preservación del trabajo), y cumplen con lo mínimo necesario para mantenerse allí, hasta que surja una posibilidad de irse.

En cambio, la vulnerabilidad reconocida o premiada genera que las personas deseen hacer un esfuerzo extra discrecional, quieren contribuir significativamente, valoran los lazos humanos y la creatividad compartida que genera alta productividad.

Siguiendo el ejemplo anterior: en una reunión de trabajo, le preguntas de buena fe a tu gerente acerca de un detalle que no comprendes del proyecto que están tratando. El/Ella te da las gracias por tu pregunta sobre el detalle en cuestión y te contesta delante de todos. Y luego te consulta si tienes otras preguntas o dudas sobre ese punto u otro punto del proyecto.

Esto quiere decir, ni más ni menos, que cuando hay seguridad psicológica, existe una cultura naturalmente inclusiva que genera confianza sostenida y alta performance.

Al contrario, sin seguridad psicológica las organizaciones pierden, y mucho…podrían estar arriesgándolo todo.

Por ejemplo:

  • Pueden causar que sus mejores talentos emigren, o que les sea difícil retener a los que decidan quedarse, ya que estos individuos no tolerarán un ambiente de inseguridad psicológica, donde no sientan que pueden contribuir significativamente mientras crecen en productividad.
  • Sufrir estancamiento, reduciendo los procesos de innovación y creatividad de las personas, ya que ambas cosas precisan de un ambiente agradable y que propicie la integración e inclusión. Las nuevas ideas y la puesta en práctica de permitir asumir diferentes riesgos son vitales para co-crear alternativas de crecimiento comercial y profesional.
  • Volverse empresas “tóxicas”. Está comprobado que las culturas que castigan la vulnerabilidad se tornan hostiles rápidamente. Los líderes no pueden ignorar la falta de responsabilidad que genera una cultura que incluye maltratos, bullying, acoso, avergonzar públicamente, etc. Estos comportamientos, lamentablemente normalizados, siguen presentes en muchas empresas y en distintos grados, provocando riesgos en el desempeño, compromiso y en la productividad, y podrían también incidir en graves problemas legales para la organización.
  • Y ni qué decir cuando esta cultura “tóxica” internalizó los acosos por cuestiones de género. Es mucho más común de lo que se cree y sigue siendo foco de problemas de todo tipo, simplemente porque muchas organizaciones niegan esta realidad y por ende, se aferran a paradigmas rígidos que ya no garantizan la continuidad de ningún negocio y mucho menos su éxito.
  • No propiciar un ambiente con seguridad psicológica produce, en el caso de los clientes internos, una reducción drástica en la calidad del trabajo que realizan, y como efecto dominó, baja calidad hacia los clientes externos, quienes no reciben la experiencia de excelencia que buscan y merecen con los productos y/o servicios que adquieren, así como con cada interacción que la empresa realiza con ellos.

En los últimos años esto se convirtió en un problema cada vez mayor, porque se ha pasado de un concepto de “buen servicio” a uno de “experiencia excelente y por ende recomendable”.

En síntesis: ¿Es la cultura de tu empresa capaz de empoderar a su gente brindando un nivel de seguridad psicológica adecuado?

Si tu respuesta es negativa… es hora de dejar de lado las excusas para co crear y crecer.

10 Suggestions to elevate the quality of your leadership

I love the increasingly refined creative resources achieved with artificial intelligence. Since the initial ChatGpt (just over a year ago) AI platforms have intensified their offering, going through Pika, Tome, Blender, Midjourney, Runway, Leonardo.ai – the list continues – and now Open AI “new baby”: SORA, and Google’s: Gemini.ai. A platform for every user need and many of them completely free. Terrific.

However, it is useless to learn these tools updated month after month, if we are not able to master the art of communicating and relating in an effective, coherent way that implies growth for all parties, particularly in the labor sphere.

If you are a leader, here are 10 suggestions that may help improve your level of emotional intelligence and the quality of your management.

1 – Keep a process of deep self-knowledge or Self-Coaching: It is necessary to carry out exhaustive introspection to recognize your own strengths and weaknesses before pointing out those of others.

2 – Assume full responsibility for the role you occupy, and remain attentive to the variables of relational dynamics and the internal and external context of the company.

3 – Continuously train on new trends within organizations. It is no longer enough to read books or attend workshops and courses, today it is necessary to make decisions in real time by learning and using skills such as: emotional intelligence, excellent communication, Neuroleadership, collaborative management with generational differences, inclusion in global contexts, etc., essential abilities in today’s reality.

4 – Increase your dose of empathy and humility to:

a) Be aware that you do not know that you do not know;

b) Take the initiative to reach out to learn more about each individual you lead

c) Recognize points of improvement in your leadership style by requesting periodic feedback.

5 – Hire a Neuro Coach with a neuroscientific and holistic background to optimize your communication style and support your own and the team’s professional growth process.

6 – Be coherent: what you do must reflect what you said. Educate by example, both at home and at work. This is not a new concept, but coherence ceased to be a value in companies a long time ago. It is necessary to recover it.

7 – Get rid of “Selfism” and the search for perfection. Nothing is more undesirable and demoralizing than being managed by selfish leaders who constantly demand perfection – something which does not exist in the Universe – and seek to receive permanent approval.

8 – Establish a culture of appreciation, respect, care and harmony, where mistakes are part of everyone’s learning. If you are one of those leaders who use the index finger to point out those who made mistakes, you need to work hard on yourself before continuing to be the one who is making the worst mistake.

9 – Keep an open mind with more spontaneous, lighter, happier, real and beneficial interactions for everyone.

10 – Become a Leader-Coach to educate yourself and others in all of the above.

Questions? contacto@monica-arias.com

10 Sugerencias para elevar la calidad de tu liderazgo

Me encantan los recursos creativos cada vez más refinados de la inteligencia artificial. Desde ChatGpt (hace un año apenas) IA intensificó su oferta, pasando por Pika, Tome, Blender, Midjourney, Runway, Leonardo.ai, etc, y ahora el “bebé” de Open IA: SORA, y el de Google: Gemini.ai.
Una plataforma para cada necesidad y muchas de uso gratuito. Maravilloso.

Pero, de nada sirve aprender estas propuestas increíbles, si no somos capaces de dominar el arte de comunicar y de relacionarnos de manera efectiva, coherente y que implique crecimiento para todas las partes, en particular en el ámbito laboral.

Si sos líder, van 10 sugerencias que te pueden ayudar a mejorar tu nivel de inteligencia emocional y la calidad de tu gestión.


1 – Efectuar un proceso de profundo auto conocimiento o Auto-Coaching: Es necesario realizar una introspección exhaustiva para reconocer fortalezas y debilidades propias antes de señalar las ajenas.


2 – Asumir plena responsabilidad de tu rol, y estar atento/a las variables de las dinámicas relacionales y del contexto interno y externo de la compañía.


3 – Capacitarte en las nuevas tendencias dentro de las organizaciones. Ya no alcanza con leer libros o hacer cursos, hoy es preciso tomar decisiones aprendiendo y utilizando inteligencia emocional, comunicación de excelencia, Neuroliderazgo, gestión colaborativa y de personal con diferencias generacionales, habilidades de inclusión en contextos globales, etc, capacidades todas imprescindibles en la realidad actual.


4 – Incrementar tu dosis de empatía y humildad para:


a.  Ser consciente de que no sabés que no sabés;
b. Tomar la iniciativa de acercarte para conocer más sobre cada individuo que lideras.
c . Reconocer puntos de mejora en tu gestión solicitando feedbacks o retroalimentación periódica.


5 -Contratar ayuda externa como un/a Neuro Coach con base neurocientífica y holística para optimizar tu comunicación y apoyarte en el proceso de crecimiento profesional propio y del equipo.


6 – Ser coherentes: que lo que haces refleje lo que dices. Se educa con el ejemplo, así en casa como en el trabajo. Esto no es nuevo, pero la coherencia dejó de ser un valor hace rato en las empresas. Es necesario recuperarlo.


7 – Correrse del “Yoísmo” y de la manía por la perfección. Nada más indeseable y desmoralizante que gestionar personal desde el egoísmo, la manía de exigir perfección – cosa inexistente en este Universo – y la necesidad de recibir permanente aprobación.


8 – Instaurar aprecio, respeto, cuidados y armonía, donde el error sea parte del aprendizaje de todos. Si sos de los que usan el dedo índice para señalar a quienes cometieron errores, necesitás trabajar en vos antes de seguir siendo quien comete el peor error.


9 – Mantener la mente abierta con interacciones más espontáneas, menos acartonadas, más alegres, reales y beneficiosas para todos.


10 – Convertirse en Líder-Coach para educarse y educar en todo lo anterior.

Consultas: contacto@monica-arias.com

Psychological Safety at Work

Who wants to work in a place where they don’t feel safe to speak, refute or even give their opinion?

Nobody.

Psychological safety is a daily construction of the company and the commitment of its leaders to sustain the Culture that puts it into practice.

Here goes a document with some tips to start builidng psychological safety at work because…

Nothing changes if nothing changes.

Seguridad Psicológica en la Empresa

¿Quién quiere trabajar en un lugar donde no se siente seguro de hablar, rebatir o siquiera opinar? Nadie.

La seguridad psicológica es una construcción diaria de la empresa y el compromiso de sus líderes en sostener la Cultura que la ponga en práctica.

Va un documento pdf con algunos tips para comenzar a construirla porque…

Nada cambia si nada cambia.

La empresa-elefante inamovible…

Hace unas semanas, leí un interesante artículo en inglés en la revista Harvard Business Review sobre gestión del talento humano, escrito por Marcus Buckingham, llamado: “Designing a job that people love” (“Diseñando un trabajo que la gente ame”- link al final del artículo).  Desde la introducción, el autor comparte un análisis de la realidad laboral actual en la mayoría de las empresas del mundo, imposible de soslayar: la huida masiva de empleados (la gran renuncia) que elevó los índices de rotación de personal por las nubes. Según el autor, parte del problema es la falta de amar lo que se hace en el trabajo. En este artículo reviso algunas razones – o excusas – que se siguen escuchando para evitar los cambios, ya inevitables, dentro de las organizaciones.

Las empresas ya no logran retener un plantel estable aplicando fórmulas “estandarizadas” y  obsoletas con las que intentan frenar esta tremenda “sangría”. Pero este problema no es nuevo…es parte de un cambio que se inició mucho antes de traspasar las puertas del milenio.

Se podría decir que hoy se aceleró este proceso porque los más jóvenes se atreven con más frecuencia a plantear sus inconformidades, reclamar sus derechos, denunciar abusos y acosos, etc, y finalmente….retirarse sin más.

En su artículo, Buckingham explica que en las encuestas más recientes con muestras aleatorias de trabajadores de todo el mundo, se comprobó que las características más potentes de retención y compromiso del personal no incluían la resiliencia o la inclusión, tampoco el salario, el estar a gusto en el lugar de trabajo o llevarse bien con los colegas, ni siquiera una fuerte creencia en la misión de la organización. Factores todos obviamente importantísimos, pero según el autor, ninguno tan significativo como las respuestas que dieron los encuestados a estas 3 auto-preguntas:

  • ¿Tenía ganas de trabajar en esta empresa todos los días de la semana pasada?
  • ¿Tuve la oportunidad de usar mis puntos fuertes todos los días?
  • En el trabajo, ¿tengo la oportunidad de hacer lo que se me da bien y algo que me encante?

Entonces, está más que claro que el paradigma cambió. Considerablemente. Y la neurociencia lo viene advirtiendo hace años: solo cuando la empresa u organización aprenda a vincular de manera inteligente lo que la gente ama hacer con sus actividades reales logrará un mayor rendimiento, compromiso, resiliencia y como resultado, un menor índice de rotación.

El artículo es sumamente interesante, porque el autor sostiene que amar lo que uno hace es sinónimo de responder positivamente a las 3 preguntas planteadas más arriba. Lo cual no deja de ser cierto, aunque lamentablemente aún siga siendo utópico en la mayoría de las organizaciones.

La pregunta obvia entonces es:

¿Por qué las empresas saben que para que su personal se “ponga la camiseta” y quiera colaborar con sus líderes debe forzosamente poner el foco en crear y proponer un estilo de cultura (conjunto de valores, creencias y normas internas) cuyo norte sea que “las personas son lo más importante” para ellas (People First), pero la realidad sigue demostrando que se resisten terriblemente a hacerlo?

Una respuesta es que las empresas están en un período de transición paradójica porque saben que deben cambiar, pero se quedan en deseos. Sus intenciones conviven con lo que ya es obsoleto aunque todavía tiene fuerza: los paradigmas a derribar o descartar siguen siendo muchos.

Además, y como vengo enseñando hace años, una de las razones más importantes de la diferencia entre el saber lo que deben hacer y el hacer concreto en las empresas, es que estas sobre estiman demasiado los aspectos tangibles que logran sus competidores o rivales (resultados, campañas de marketing y redes sociales, etc), mientras subestiman descaradamente su principios y valores – filosofía de la compañía – y los motivos de su manera de proceder (la autorreflexión sobre su accionar prácticamente no existe).

Es decir, es casi infantil observar cómo algunas se animan a hacer cosas distintas, pero “copiando” las prácticas de sus rivales, sin lograr los mismos resultados, sencillamente porque no realizan los cambios interiores profundos en referencia a su filosofía y cultura.

Es decir, el cambio iniciado es superficial, sugiere una forma de liderar rígida y uniforme, un estilo de cultura cuyo modelo de competitividad descarnada no puede sostenerse en el tiempo porque no es genuino, y porque en su propia base subyace la intención de “hacer copy-paste con intención de ganarle al enemigo a como de lugar”. (Cualquier parecido con alguna frase en estado de guerra no es casualidad).

Otra razón es que el temor y la resistencia hacen muy difícil la transformación cultural, ya que las organizaciones – a pesar de sus intentos en “probar” modelos nuevos – suelen desistir de creer que la transformación sea posible, porque no se dan tiempo, les falta paciencia y continuidad, y descartan con rapidez los esfuerzos que exige el proceso de cambio, volviendo al círculo vicioso de modelos conocidos, aunque año tras año se demuestre que son nocivos e inútiles para mejorar las relaciones humanas, y por ende para lograr equipos con altos índices de productividad y fidelidad.

(Me recuerdan al elefante que a fuerza de ser encadenado desde pequeño, no supo moverse y liberarse una vez que le quitaron la cadena, porque sufre de indefensión adquirida: a pesar de su enorme fuerza, sigue creyendo que no puede hacerlo).

Un paralelismo de este caso lo encontramos en algunos comportamientos humanos individuales: ¿quién no ha “insistido tezudamente” y por la razón que sea, en permanecer – disimulando felicidad – en una relación extremadamente tóxica o nociva, aún a sabiendas de las consecuencias negativas para su salud psicofísica?

Así es, nos pasó a muchos. Y este comportamiento, trasladado al mundo empresarial, se ve complejizado de manera feroz por los cambios que las nuevas generaciones vienen imponiendo hace años y por la testarudez de los empresarios en no querer iniciar y sostener cambios positivos en sus organizaciones, empezando por educar a sus líderes, en especial con prácticas de comunicación de excelencia consigo mismos y su personal.

Otro motivo es que se acabaron las épocas donde los líderes apoyaban su poder en la función formal (posición jerárquica), que desde la época del taylorismo solidificó sus comportamientos muchas veces incoherentes e irracionales en su forma de interactuar con los clientes internos, pero sumamente cordiales al interactuar con los externos. Cosa que sigue sucediendo, a pesar de todos los esfuerzos que ponen las empresas en negarlo.

Lamentablemente, este tipo de líderes continúan formando el staff ejecutivo de muchas organizaciones del mundo, aunque no cuentan con lo más importante para lograr una gestión destacada, que vaya mucho más allá de los resultados económicos: autoridad natural, es decir, aquella conferida por los mismísimos miembros de sus propios equipos. Esta autoridad se gana, no se obtiene por “mandato” ni por posición o cargo.

En realidad, los modelos ultra piramidales y que enseñan solo a competir para “derrotar al enemigo y ganar”, tienen cada vez menos fuerza, pero aún siguen “vivitos y coleando”.

Hace falta una cuota de valor y coraje enormes para aceptar que los componentes de un cambio profundo en cualquier cultura organizacional están basados íntegramente en procesos educativos a mediano y largo plazo, nunca son inmediatos y mucho menos instantáneos.

Cada empresa puede diseñar con ayuda externa, su propio sistema basado en valores tales como el respeto, la comunicación de excelencia, la diversidad e inclusión, la escucha intencional, la reflexión antes de la acción, la actitud analítico-crítica, la innovación, la educación emocional y la creatividad tanto para evitar y / o resolver conflictos, como para mejorar todas las interacciones dentro y fuera de la organización.

Ya lo dijo claramente el genial Richard Branson: “Entrena a tu personal tan bien como para irse. Luego trátalo tan bien como para que no quiera hacerlo”. ¡Salud!

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«Designing work that people love» – by Marcus Buckingham