Sobre la felicidad podríamos filosofar toda la vida…y como ya se sabe, jamás llegar a un acuerdo y menos a una conclusión. Aunque…es justamente su falta de “definición” lo que la hace más misteriosa, esquiva y tal vez por eso, deseada.
Emoción temporal y ultra subjetiva condicionada por factores y variables tan diversos como se nos ocurra; no es posible “hablar” de ella, sino simplemente “sentirla”; tampoco es posible salir a “cazarla” porque como una mariposa, solo se posará y permanecerá por un tiempo cuando estemos tranquilos sin pensar en ella; depende de estados internos y estímulos externos, y otras tantas posibles aproximaciones e intentos de expresar lo que ella significa para cada quien. Lo cierto es que si hasta hoy teníamos dudas, la felicidad, tal vez por primera vez en milenios, es cosa seria porque hoy goza de base Científica con mayúscula.
Así lo vienen demostrado los expertos en campos como el del Bienestar, la Salud Mental y la Neurociencia – entre otros – convocados en la producción del Informe Mundial sobre la Felicidad de la ONU, que ya va por su versión año 2015, y cuyos datos estadísticos, estudios de rigor y mediciones en decenas de variables – tanto en niños como en adultos alrededor del mundo – nos brindan un panorama muy interesante en relación a los factores que inciden – o no – en su consecución, tanto a nivel individual como grupal.
La felicidad está dejando de ser lo “inexplicable” para convertirse así en un estado posible del individuo como tal y en su hábitat comunitario. El Informe Mundial sobre la Felicidad 2015 contiene más de 170 hojas de material excelente y está disponible en versión PDF on line en idioma inglés.
Este artículo se divide en dos partes. Hoy, en su primera parte, transcribo en primer lugar un extracto de la introducción realizada por sus editores en Español y más abajo una parte de la traducción libre que realicé sobre extractos del Capítulo 5: “La Neurociencia de la Felicidad”. Me tomé la libertad de traducir al idioma Español parte de este Capítulo en particular, ya que la investigación demuestra – como vengo compartiendo y enseñando en mi trabajo – las ventajas y beneficios comprobables y medibles de conocer el funcionamiento básico de nuestro cerebro, los estímulos emocionales que nos ayudan y los que no, y porque además es apasionante constatar a través del auxilio de la tecnología, cuáles son las bases posibles de una mejor calidad de vida, ligadas íntimamente – y esto no es un descubrimiento sino una confirmación irrefutable – a la práctica entre todos de valores humanos Universales. Estaremos preparados para semejante desafío?
Informe Mundial de la Felicidad 2015 – Extracto de la introducción publicada en Español por los editores John Helliwell, Richard Layard y Jeffrey Sachs.
Antecedentes: Preparando el Escenario.
El mundo ha recorrido un largo camino desde la aparición del primer Informe sobre la Felicidad Mundial en el año 2012. Cada vez más, la felicidad se considera una medida justa de progreso social y un objetivo de la política pública.
Un número cada vez mayor de gobiernos están utilizando los datos e investigación sobre la Felicidad en la búsqueda de políticas que pudieran permitir a la gente a vivir una vida mejor.
Los gobiernos están midiendo el bienestar subjetivo, y usando la investigación sobre bienestar como una guía para el diseño de los espacios públicos y la prestación de servicios públicos. La Felicidad está considerada en forma creciente como una medida apropiada de progreso social y es objetivo, además, de políticas públicas. Por lo tanto vale la pena empezar con algo de historia.
El primer Informe de la Felicidad Mundial fue publicado en Abril del año 2012, en ocasión de la celebración de la reunión de Naciones Unidas sobre la Felicidad y el Bienestar. Esa reunión en sí siguió a la Resolución de la Asamblea General de la ONU de Julio 2011, propuesta por el primer ministro de Bután, invitando a los países miembros a medir la felicidad de su pueblo y de usar estos índices para ayudar a guiar sus políticas públicas.
Inicialmente, el Informe Mundial de la Felicidad revisó el aval científico de la medición y explicación del estado de bienestar subjetivo en las diferentes naciones, y presentó una amplia gama de datos comparables a nivel internacional, incluyendo un ranking de las evaluaciones de vida promedio, basándose en datos de la agencia Gallup desde 2.005 a 2.011, y que comprendió 156 países.
El informe fue tan exitoso que alentó la producción del segundo, al año siguiente, 2013, esta vez publicado bajo los auspicios de la Red de soluciones de desarrollo sustentable.
En este segundo informe, se agregaron capítulos donde destacados profesionales de la salud mental y otros profesionales abocados al área de bienestar, volcaron sus investigaciones y aportaron valiosos datos para enriquecer la mirada del complejo escenario sobre la felicidad y el bienestar a nivel mundial.
Se realizaron encuestas que arrojaron resultados sorprendentes en relación a cuáles son los factores que influyen para que una persona sea más feliz, tanto físicos como psíquicos, y en relación a su entorno socio-económico, con claras evidencias que demuestran además, la importancia de una sólida base ética para la consecución de una vida más plena.
Todos los datos recopilados en la investigación del Informe de la Felicidad Mundial 2013, han ayudado a satisfacer y por cierto a alimentar el creciente interés público en la aplicación de la ciencia de la Felicidad en los asuntos públicos, ya que sus datos pueden ser utilizados para mejorar el bienestar de las personas. Este informe ha sido leído por un millón y medio de personas, un 50 % más de lectores que el primer informe del año 2012.
Aprovechando los datos sobre la Felicidad y la Investigación para mejorar el desarrollo sustentable.
El año 2015 es un hito para la humanidad, con la adopción pendiente de Objetivos de Desarrollo sostenible y sustentable (ODS), para ayudar a guiar a la comunidad mundial hacia un modelo más inclusivo y sostenible del desarrollo global.
Los objetivos de desarrollo sostenible incluirán objetivos, metas e indicadores cuantitativos. La Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible, en sus recomendaciones para la selección de ODS ha recomendado la inclusión de objetivos sobre bienestar subjetivo y afecto positivo para ayudar a guiar y medir el progreso hacia los ODS. Hemos encontrado considerable apoyo de muchos gobiernos y expertos en relación con la inclusión de tales indicadores de felicidad. El Informe Mundial de la Felicidad 2015 subraya una vez más lo fructífera que puede ser la utilización de mediciones de felicidad para orientar la formulación de políticas y evaluar así el bienestar general en cada sociedad.
Los hilos comunes son Sociales
Hay un tema social común que surge constantemente desde el Informe Mundial sobre Felicidad 2015. Tanto a nivel individual como nacional, todas las medidas de bienestar, incluyendo las emociones y las evaluaciones de vida, están fuertemente influenciadas por la calidad de las normas e instituciones sociales subyacentes. Estos incluyen la familia y amistades a nivel individual, la presencia de la confianza y la empatía a nivel de barrio y de la comunidad, y el poder y la calidad de las normas sociales generales que determinan la calidad de vida dentro y entre las naciones y generaciones.
Cuando estos factores sociales están bien arraigados y fácilmente disponibles, las comunidades y las naciones son más resistentes, e incluso los desastres naturales pueden añadir fuerza a la comunidad, ya que se reúnen en respuesta a ellos.
El reto es asegurar que las políticas se diseñen y se ejecuten en formas que enriquezcan el tejido social, y enseñen el placer y el poder de la empatía a las generaciones actuales y futuras. Bajo las presiones de corregir lo que está mal, a menudo se presta poca atención a la construcción del tejido social vital.
Prestar mayor atención a los niveles y fuentes de bienestar subjetivo nos ha permitido llegar a estas conclusiones, y recomendar que la felicidad sea el foco central para la investigación y la práctica.
Hasta aquí llega la reseña sobre la Introducción al Informe Mundial de la Felicidad elaborada en Español por sus editores.
Comparto ahora la primera parte de la traducción libre que realicé sobre extractos del Capítulo 5: “La Neurociencia de la Felicidad”, donde los experimentos en Neurociencia y avances tecnológicos arrojan luz sobre una variada gama de temas relacionados con el bienestar sostenido, tanto físico como psíquico, desde una mirada científico-técnica cada vez más precisa, que devela que una base emocional positiva permite conexiones neuronales que inciden en el logro del bienestar sostenido y sustentable.
Informe Mundial 2015 sobre la Felicidad – Extractos del Capítulo 5 : “La Neurociencia de la Felicidad” (primera parte).
La década pasada – 2000 / 2010, llamada la “década del cerebro” – ha presenciado una robusta atención a investigar las bases neuronales de la emoción humana. Mientras la investigación en esta esfera permaneció dormida por muchas décadas, la comunidad científica global ha comenzado a cuestionarse tanto sobre los cambios normales en la emoción típica, como en aquellos cambios generados por emociones patológicas.
Durante años, la emoción y la razón fueron asociadas a diferentes sistemas del cerebro – la emoción asociada a las estructuras subcorticales y la razón a la corteza cerebral (lóbulos pre-frontales). No obstante, los desarrollos de técnicas de neuro-imagen en las últimas décadas arrojaron mucha más luz a la comprensión de la interrelación y participación interactiva entre las zonas corticales y subcorticales, especialmente en los circuitos de la emoción y su regulación dentro del cerebro. A esto se denomina actualmente “cerebro holístico”
El progreso logrado en comprender las bases neuronales de la emoción, y más específicamente, de la felicidad, se facilitó de forma exponencial por la ayuda de la disponibilidad de los métodos de imagen, con los que se interroga sobre las funciones y estructuras del cerebro humano y se visualizan los resultados. La contribución de estos métodos para comprender los diferentes constitutivos de la felicidad y el bienestar han sido y siguen siendo de vital importancia.
Enfatizaremos en este capítulo sobre desarrollos recientes en la neurociencia social y afectiva, que definen cuatro constituyentes del bienestar:
- Emoción positiva sostenida
- Recuperación de la emoción negativa
- Comportamiento pro-social y generosidad
- Mente errante y cómo transformar pensamientos mediante el proceso de Mindfulness (atención plena o consciente) y la práctica sostenida del afecto (atención capturada de la emoción positiva).
Los dos primeros puntos han sido estudiados dentro del marco de trabajo de la cronometría afectiva, el curso de tiempo de la respuesta emocional. Se ha sostenido que la habilidad de recobrarse rápidamente de la adversidad era el constituyente clave del bienestar general y que puede medirse objetivamente. Estudios recientes incluyen la medición directa del tiempo en la actividad cerebral en circuitos específicos de ambas emociones, positivas y negativas.
Más aún, algunos de estos nuevos descubrimientos sugieren que estos patrones de función cerebral se relacionan no solo a los informes sobre emoción y vida satisfactorias, sino a las mediciones biológicas asociadas con la salud física. Estos estudios miden resultados y ayudan a comprender los mecanismos de conexión psicológica tanto del bienestar emocional como de la salud física.
En cuanto al comportamiento pro-social y la práctica de la generosidad – tercer constituyente – se ha demostrado recientemente que juega un rol muy importante en promover el bienestar, y las bases neuronales de estos comportamientos sociales son ahora tema de estudios e investigaciones más intensivas y frecuentes.
El cuarto y final constituyente – Mente errante y cómo transformar pensamientos mediante Mindfulness (atención plena o consciente) y la práctica sostenida del afecto (atención capturada de la emoción) consideramos comenzó a recibir también seria atención dados sus efectos positivos en el bienestar general, aunque aún el tema permanece sin estudiarse en profundidad. Sin embargo, este último constituyente es particularmente importante ya que subraya la diferencia entre el bienestar – medido como evaluación de satisfacción de vida – y la felicidad, medida por informes sobre la emocionalidad de las personas.
Un individuo puede potencialmente tener altos niveles de bienestar subjetivo y aún así no ser feliz en todo momento. Por ejemplo, cierta persona podría responder con intensa tristeza al conocer un evento trágico que involucra una pérdida. Otra persona con altos niveles de bienestar podría también sentir y expresar rabia en respuesta a una transgresión moral o en respuesta a un individuo que se percibe estar obstruyendo un objetivo importante.
Si esta persona con alto nivel de bienestar subjetivo se recobra rápidamente y no hay persistencia de resentimiento (práctica sostenida del afecto), entonces es probable que sus altos niveles de bienestar permanezcan aún al enfrentar estas emociones fuertes, aparentemente inconsistentes. Estas consideraciones llevaron a dos conjeturas importantes:
Una es que desde una perspectiva Neuro-científica, debe haber algo diferente en los patrones base de la función cerebral que distingue aquellos con alto nivel versus bajo nivel de bienestar, ya que este no depende de los estados emocionales momentáneos o de corta duración.
La segunda es que hay una distinción importante entre felicidad (que puede ser momentánea y de corta duración) y el bienestar (muy probablemente más duradero y relacionado con la satisfacción de vida). La felicidad y el bienestar en los sentidos utilizados aquí contribuyen a diferenciar otros aspectos de la salud mental y física y son consideraciones de las secciones que siguen.
En la sección Conclusión de este capítulo, consideramos las implicaciones del hecho de que todos aquellos circuitos cerebrales implicados en el bienestar, exhiben Neuro-plasticidad: la habilidad (y enorme flexibilidad) del cerebro de crecer, adaptarse y cambiar.
La neuro-plasticidad se produce a sabiendas o sin saberlo (consciente o inconscientemente) y la realidad es que la mayoría de las influencias en nuestro bienestar que forman esos circuitos son inconscientes.
Estamos expuestos a la adversidad y a una vida estresante, a eventos que están a menudo más allá de nuestro control. Estas influencias contextuales inducen cambios plásticos en las funciones cerebrales y claramente impactan en la estructura de nuestro bienestar.
Sin embargo, la plasticidad del cerebro en estos circuitos, también podría aprovecharse intencionalmente. Por ejemplo, participando en formas de entrenamiento específicas para cultivar el bienestar, como la meditación, la psico-terapia, los ejercicios de relajación y otras formas de entrenamiento mental que ayudan a inducir cambios funcionales y estructurales del cerebro.
Emoción Positiva y Bienestar
A menudo, el bienestar se define de dos maneras diferentes pero relacionadas: hedonismo (placer o bienestar momentáneo) y eudaimonía (traducida del Griego como “felicidad”: es el bienestar floreciente, el de aquellas personas que viven una vida significativa), distinción hecha en primer término por Aristóteles.
Se han realizado innumerables trabajos explorando los correlatos neuronales del bienestar hedónico en animales, mediante el estudio de la respuesta del cerebro a la recompensa.
Estas investigaciones y sus mecanismos aplicados en poblaciones animales y humanas han generado datos cruzados de gran valor. El bienestar hedónico y eudaimónico están altamente correlacionados en los seres humanos y según las observaciones, muchos de los mecanismos cerebrales implicados en el placer hedónico (sensorial) también se activan en la experiencia del placer más altruista y de orden superior (placer eudaimónico).
Al combinar técnicas de vanguardia como la grabación celular, micro-inyección y experimentos con medidas de comportamiento matizadas en un gran número de especies, el Dr Berridge y sus colegas fueron capaces de aislar representaciones neuronales, especialmente dentro de los circuitos de estriado ventral, en el núcleo accumbens y otras áreas del cerebro, para detectar cómo se activan estas áreas con estímulos tales como por ejemplo el gusto, e identificar aquellos circuitos activos relacionados con áreas de la recompensa. El cuerpo ventral estriado del cerebro es una región profunda ubicada en el centro del cerebro asociada con el deseo, el gusto y la recompensa en un gran número de especies. Nos referimos a ella como subcortical, lo que significa que se encuentra por debajo de la corteza (que cubre la superficie del cerebro).
En los seres humanos, la región más activa del placer hedónico es la corteza pre-frontal ventral – región en la parte frontal del cerebro ubicada por encima de los globos oculares), pero también hay actividad en el cuerpo estriado ventral (la misma región identificada en roedores). En experimentos típicos diseñados para investigar circuitos activados durante el placer hedónico, los participantes se presentaron con el texto que había sido calificado como altamente positivo ( por ejemplo: ganar la lotería), y luego se les requirió que crearan imágenes relacionadas a ese texto durante 12 segundos, tiempo en el cual las funciones cerebrales se vigilan con un dispositivo fMRI (Functional Magnetic Resonance Imaging).
Cuando las condiciones de las imágenes positivas se contrastaron con una condición desagradable, se observó mayor activación en el núcleo accumbens y una mayor conectividad entre este y la amígdala (región del cerebro usualmente activa por estímulos emocionales positivos y negativos). Asimismo, se observó mayor actividad entre la corteza pre-frontal ventral y la amígdala, durante las asociaciones a imágenes positivas en comparación con las condiciones de imágenes negativas.
También se observó un patrón similar de la activación pre-frontal en un estudio de laboratorio realizado con madres luego de haber dado a luz a su primer hijo. Mientras estaban dentro del scanner, se les presentaba a las madres imágenes de sus propios hijos, de otros bebés o de un adulto. Se encontró mayor activación pre-frontal en respuesta a fotografías de sus propios bebés. Estas imágenes también suscitaron significativamente mayor afecto positivo y activación pre-frontal a partir de la intensidad del estado emocional de las pacientes (…)
Por otra parte, algunos estudios han sugerido que el bienestar también se asocia con una mayor capacidad de recuperación de respuesta a la adversidad, interpretado por algunos como una recuperación más rápida después de los acontecimientos negativos.
(Fin de la primera parte)
Richard J. Davidson y Brianna Schuyler
Traducción libre por Mónica Arias.